Capítulo 34 -¿Amigos?

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     Michel estaba hablando con Betty, quien apenas escuchaba de qué hablaba, ya que estaban en Armando y lo que estaría haciendo él en Cartagena. Ni siquiera vio que Michel había detenido el coche frente al hotel hace algún tiempo y la miraba con curiosidad.

    De repente, de la nada, sintió un beso en los labios. Fue Michel quien, al ver que Betty estaba ahí parada sin reaccionar, mirando distraídamente hacia adelante, no pudo resistir, le tomó la cara, le quitó las gafas y la besó en la boca.

   Tomada por sorpresa, Betty no tuvo ninguna reacción para decir nada, simplemente corrió hacia el hotel. Michel, dándose cuenta de que se había apresurado demasiado, corrió tras ella.

-¡Déjame, Michel!

Al ver que este no era el momento de hablar con ella, Michel se quedó en la puerta del vestíbulo. Por suerte para él, porque en ese momento Armando pilla a Betty en el vestíbulo, junto al mostrador de recepción

-¡Betty!

-¡Don Armando, qué susto!

-Lo sé, ¿por qué no? ¡Lo vi, Beatriz! ¡Los vi a los dos besándose en el coche! ¿Por qué?

-¡Eso no es lo que está pensando, doctor!

-¡Beso es beso! ¡Yo sí vi! -señaló al ojo -¡Vi! ¿Por qué me haces esto, Betty?

-¿Me estabas vigiando, me seguia por todas las partes?

-¡No!

-Entonces, ¿cómo lo viste?

-Yo estaba en la playa, tomando y tomando.

-¡Ya veo, está bebiendo mucho, doctor! ¡Mejor vete a tu habitación a dormir!

-¿Igual qué? ¡No puedo ir a mi habitación, no después de lo que vi! ¡No después! -Armando sujeta tu brazo

-¡Suéltame, doctor!

¡Por favor Beatriz! ¡Necesitamos conversar!

-¡No tenemos nada de qué hablar!

-¡Si tenemos! Podemos dar un paseo por la playa, ¿no?

-No sé...

-Juro que no hablaré... sobre el beso.

-Está bien, doctor.

-¿Puedo tomar tu mano?

-Será mejor que mantengamos nuestras distancias, doctor.

Michel los ve mientras salen juntos del hotel. Fue tras Betty para explicarse, pero decide dar un paso atrás al ver Armando y quedase observandolos desde lejos.

-Beatriz, me gustaría que me escucharas.

-Está bien. ¡Hablemos!

-La carta, el plan, todo esto ¡fue un terrible error!

-Lo sé, ¡no es necesario que me lo digas!

Armando le explica.

-¡Fue despreciable que accediera a participar en este plan, más aún porque siempre confié en ti!

-Buena forma de confiar.

-Sí, lo hice, pero pensé que Nicolás podría seducirte, porque me dijeron que te gustaba.

Betty lo mira con extrañeza.

-¡Está loco, doctor! ¡Ya te dije que Nicolás es como mi hermano!

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora