Capítulo 61

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  En Cartagena, Armando abrió la puerta del apartamento, ya que Betty le había dado la llave. Pero ella no estaba por ningún lado.

-¿Betty? Betty?

-¿Conoces a la señorita del 602? – él preguntó al portero.

-¿Señorita Pinzón?

-Sí.

- Parece que se fue de viaje.

-¿Viaje? ¿Para donde?

-Ah, no sé. Eres su prometido, ¿no?

-Sí.

-¿Quieres que le pregunte al dueño del apartamento?

-Ah sí.

-Sres. El prometido de la señorita Pinzón quiere hablar contigo. -Hablé por el intercomunicador con él -Ya está abajo.

Armando se puso blanco cuando encontró a ese tipo allí.

-¿Michel Doinell?

-Oh, sí Armand.

-Pero que haces aqui?

-Soy dueño del departamento que renta Betty, se lo compré a Catalina.

-Oh, muy conveniente, ¿no?

-¡No es lo que estás pensando!

- ¿Cómo sabes lo que estoy pensando? ¿Dónde está Betty?

-De viaje.

-Esto me informó el portero. ¿Sabes donde?

-Por trabajo, creo que Santa Marta.

- Guau. Es que ella no contesta su celular.

-Debe estar ocupado. Regresa el lunes. Ella no sabía que vendrías, como no lo ha hecho en muchas semanas.

-¡Estaba trabajando! ¿Y tu restaurante?

-Va bien.

Ese día, Armando todavía dormía en el apartamento en el que vivía Betty, que ahora sabía que era de Michel, estaba molesto por eso a no poder. Quería verla. No podía soportar tener que viajar más. Ya como presidente pensó en contratarla como vicepresidenta ejecutiva, pero entendió que era difícil para ella tener que aguantar a Marcela, Patricia, Hugo, entre otros.

__________

Armando regresó a Bogotá. Betty seguía desaparecida. Armando quería esperarla en suregreso, pero imprevistos en Ecomoda le impidieron esperar a Betty en Cartagena. Estaba preocupado porque su celular no contestaba. Estaba pensando en ir a buscar a Rosa Ventura y preguntarle por Betty, pero sabía que la novia no querría que él se interpusiera en su trabajo. Novia, qué dulce nombre. No había hecho la solicitud oficialmente, pero Betty se la había presentado de esa manera al conserje, tal vez para evitar chismes sobre un hombre que venía a verla todo el tiempo. Sobre todo, esto les impedía pensar que ella tenía algo que ver con el dueño del apartamento, Michel. No le había gustado nada de lo que ella no le había dicho que había alquilado el departamento del francrute, como decía.

-¿Cómo no le dijiste que el departamento que rentastó era de este? Claro, Armando, porque Betty sabe cómo eres, qué celoso no lo permitirías. Si confiabas en ella. ¿Cuándo aprenderás a confiar? ¿Y ahora este problema en Ecomoda? Si hubiera dejado poderes para que Nicolás los resuelva, no tendría que ir allí. Idiota. ¿No confías en él también, bien? No, yo sé que entre él y Betty son como hermanos.

Armando regresó a Bogotá. Betty seguía desaparecida. Tal vez Rosa supiera de algo, ya que debe haberse comunicado.

_____

Ajeno a lo ocorria con Betty, que no contestaba su celular, Armando pasó una semana horrible y convulsa en Bogotá, a pesar de que el lanzamiento fue un éxito y las ventas favorables. Había logrado volar el viernes para verla. Esta vez iría a Rosa si tuviera que hacerlo.

Así que, preocupado y ya haciendo uso del look playero, llegó a la entrada del apartamento de Beariz.

-¡Buenas tardes!

El portero lo reconoció de inmediato.

-¡Oh, sí, la señorita Pinzón ha vuelto!

-¿Ah sí? - él sonrió. -Atraparé a este fugitiva.

Cuando llegó, abrió la puerta, estaba ansioso y loco de añoranza, pero la escena que lo enfrentó le partió el corazón. Betty estaba en los brazos de Michel. Sin esperar comenzó a gritar.

-Entonces, ¿és esto que haces en Cartagena, Betty? ¿Revolclar con este tipo?

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¡AY NO!  ¿Está Betty traecionando Armando mientras él trabaja duro y és fiel a ella?

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora