—¿Vas a renunciar? ¿Por qué?
«Porque apenas puedo mirarlos a los ojos».
Cameron no iba a decir aquello que su corazón gritaba.
—Necesito tiempo para pensar.
Martin y Bastian lo habían observado sorprendidos, sin entender el motivo.
—Sabes que puedes volver cuando desees.
—Gracias, Bas. De verdad les agradezco la oportunidad que ambos me dieron.
Los muchachos lo despidieron y Cameron salió de la oficina. Desconocía qué le deparaba el destino. Sin embargo, rogó que el bastardo de Callum hubiera cumplido su promesa.
—Firmó todos los documentos y te envió esto. —Gaspar le mostró el anillo y lo arrojó sobre el escritorio junto con una carta.
Cameron agarró la pieza de oro y platino y la besó, colocándola en su cuello junto con su anillo. Luego se dispuso a leer la carta. Se sentó en esa silla andrajosa del despacho de Gaspar y no se perdió detalle de cada letra dolorosa que formaba parte de la epístola.
«Te deseo paz, felicidad. Te deseo que encuentres aquello que anhelas. Nunca te rindas, porque yo no lo haré. Y quizá no te importe, pero te perdono. Te perdono todo, no porque lo merezcas, sino porque lo necesito para volver a ser yo».
La carta le enseñó a Cameron dos cosas.
Primero, Dominic lo amaba incluso más de lo que imaginaba.
Segundo, él nunca sería merecedor de un hombre como él ni en esta vida ni en la próxima.
Cameron había perdido a la única persona que lo amaría sin medidas, la única que siempre habría estado para él. El bastardo primo le había ganado. Cam había logrado eso.
—Viajarás a República Checa mañana en la noche —le informó Gaspar—. Desde allí mi cliente te brindará la dirección del sitio en donde se encuentra tu hermana.
—Está bien. —Cam guardó en su bolsillo la carta.
—Es un hombre único, ¿verdad?
El muchacho se puso de pie y caminó hacia la puerta, girando la perilla.
—Sí, y lo he perdido para siempre.
La carta había sido la demostración que Cameron había necesitado para entender que Dominic lo superaría y que, pese a su optimismo, el dolor había sido tal que había llevado a Dom a buscar nuevos rumbos y dejar de aferrarse a él.
Esa noche se la pasó mirando las fotos de su boda; recordó los buenos tiempos y agradeció por ellos. Se alojó en su antiguo departamento, en ese sitio que no había visitado en mucho tiempo, y cuando subió al avión al día siguiente, cerró los ojos y afirmó los anillos de matrimonio en su pecho; el último resabio de su antigua vida, de aquel lugar donde había quedado su alma.
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DOMINIC - T.C Libro1 (Romance gay +18)
Lãng mạnLa vida de Dominic Callum tiene sentido después de mucho tiempo. Un trabajo tranquilo como abogado de una importante compañía lejos del Londres que lo vio nacer, amigos grandiosos y su esposo, Cameron, el hombre que ha amado desde siempre, por el cu...