«Piensa en otra cosa, por favor. Deja de pensar en él».
El agua caliente cayó sobre el cuerpo de Dominic, concentrándose en las sensaciones y en los deseos que latían en cada fibra de su ser.
Nyx estaba herida y estaban a punto de enfrentarse a muerte con su primo, el mismo que creía muerto y enterrado desde hacía años. El mismo imbécil que se encargó de que todos los Callum lo odiaran un poco más. Sin embargo, Dominic sentía su verga latir como si estuviera en celo, olvidándose del puto mundo, que no iba a parar hasta destruirlo. Suspiró. Esparció el shampoo en su cabello y lo lavó. El agua resbalaba por sus abdominales y piernas musculosas. Pasó sus manos por los pectorales y descendió hacia el pene, el cual acarició. Buscaba aliviar la tensión.
Su mano derecha resbalaba por él. Jadeó cuando su dedo pulgar acarició el glande e hizo círculos. Dominic tenía los ojos cerrados cuando percibió un toque familiar imitando su movimiento de ascenso y descenso sobre el pene. Abrió los ojos con sorpresa. Ni siquiera lo había escuchado cuando ingresó al estrecho lugar.
—Cameron, ¿qué haces aquí?
—¿Qué parece que hago? —respondió sin dejar de acariciar el impresionante cuerpo del abogado. Sus brazos lo rodearon y lo acercaron para que lo empujara contra la pared de piedra.
—Basta.
—¿No te gusta? —indagó con seducción y agarró ambos penes entre sus delicadas manos para enjabonarlos.
Un gemido se liberó de la garganta de Dominic.
—Sí, yo creo que te gusta, y mucho.
Sus miradas convergieron entre el agua y el placer de sus caricias.
Sus respiraciones eran profundas.
—Te deseo, Dominic.
El hombre negó.
—Lo lamento, ya no te puedo ofrecer mi corazón.
Cameron controló las ganas de llorar ante esa declaración. Se concentraría en esa noche, en ese segundo en donde volvían a ser uno aunque fuera como amantes.
—No te pido el corazón, no esta noche —susurró con dulzura.
Dominic lo empujó hacia la pared y se desmoronó en un beso profundo sobre él. Cam enredó sus brazos en su cuello. La boca infame y desquiciada de su abogado favorito recorría su mandíbula.
Cameron intercambió lugares y dejó a Dominic apoyando su espalda en la pared. Se giró y afirmó su espalda al torso musculoso de su amante. El pene endurecido descansaba entre sus nalgas blanquecinas. Era demasiada tentación para cualquier hombre gay con ojos.
Las manos poderosas, esas que lo habían protegido y cobrado venganza, recorrieron sus pectorales hasta que los dedos apretaron los pezones. Cameron gimió y se estremeció. Dominic lo sostuvo del cuello y el otro brazo, en la cintura, lo inmovilizó.
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DOMINIC - T.C Libro1 (Romance gay +18)
RomanceLa vida de Dominic Callum tiene sentido después de mucho tiempo. Un trabajo tranquilo como abogado de una importante compañía lejos del Londres que lo vio nacer, amigos grandiosos y su esposo, Cameron, el hombre que ha amado desde siempre, por el cu...