Capítulo 48

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~Narrador~

La escena era demasiado reveladora: Jae estaba sentado sobre la silla, un tanto alejado del escritorio y mantenía ambas piernas separadas; justo delante de él, una chica que vestía una diminuta falta que dejaba ver sus piernas perfectamente, se encontraba sentada sobre el escritorio, con las piernas cruzadas de manera que la punta de su tacón, descansaba sobre la parte masculina de él.

Jae, intento mantener su expresión serena, pero pudo notar la palidez del rostro de Hannia, que se había quedado inmóvil, mientras sus ojos pasaban de Ney a él.

― ¿No sabes que debes tocar antes de entrar? ―Pregunto Jae con brusquedad. Intentado fingir malestar.

La dureza de las palabras de Jae, sacaron a Hannia del trance en el que se encontraba y lo miro a los ojos, con una mezcla de decepción y enojo. Sabía que Jae, solo utilizaba ese tono de voz cuando había presente alguien que no debía saber lo que había entre ellos. Pero estaba demasiado consternada por lo que veía para prestar atención a tal detalle. Lo único quería hacer en ese instante, era tomar del pelo a la tipa y bajarla del escritorio, también darle unas buenas bofetadas a Jae.

―Lo siento. No quise interrumpir ―Contesto con firmeza, para después darse la vuelta y salir, cerrando la puerta. La secretaria de Jae, se había movido de su puesto, cuando regresaba se encontró con Hannia y vio su expresión furiosa.

―Señora… ―Comenzó a decir, pero ella la ignoro siguiendo su camino― ¡Rayos! ―Murmuro. Podía darse una idea de lo que acababa de pasar en esa oficina y sabía que estaría en problemas.

Jae aparto con brusquedad el pie de Ney, casi tirándola del escritorio y se puso de pie alejándose de ella. Le preocupaba lo que podía pensar Hannia, pero le preocupaba aún más, el hecho de que Ney se diera cuenta de lo que había entre ellos.

Ney se acomodó y soltó una carcajada, mirando burlona a Jae. Los segundos en los que se habían mirado y la expresión de sus caras, le habían bastado para llegar a una conclusión. Una que desde luego no se esperaba y que la ponía furiosa.

― ¿Y esa quién es? ―Pregunto manteniendo la calma. Jae la miro con desagrado, no deseaba darle detalles sobre Hannia, pero seguro le preguntaría a Seung.

―Mi cuñada ―Contesto con indiferencia. Ella rio de nuevo, confirmando sus sospechas. Tanto tiempo con él, le había servido para conocerlo.

―Vaya, vaya ¿Así que te estas acostando con tu cuñada? ― “Demonios” maldijo Jae, sosteniéndole la mirada.

―No sé de qué hablas ―Fingió.

―Por favor, Jae. Te conozco demasiado, además la cara de ella lo dijo todo.

―Creo que has perdido la razón. Aunque eso no debería de sorprenderme.

― ¿Tú crees? Puede ser que perdiera la razón, pero casi te puedo jurar que tienes algo que ver con ella. Es linda, tengo que reconocerlo, pero no se compara conmigo.

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora