Capítulo 58

3.9K 380 10
                                    

 

~Jae~

Todo había salido como lo planee, tanto Hannia como Seung habían firmado, sin saberlo, los papeles del divorcio. Aunque una parte de mí se sentía culpable por ocultarle las cosas a ella, sabía que era todo por su bien. No estaba en las mejores condiciones para preocuparse por esas cosas y cuanto antes fuera libre, podría tenerla conmigo sin importarme lo que opinaran mi madre o Seung.

―Yo siempre hago buen trabajo ―Contesto con orgullo Max. Sonreí, él siempre tan modesto. Pero aun no podía cantar victoria, no hasta que tuviera en mis manos la resolución.

― ¿Sospecho algo? ―Quise saber.

―No lo creo. Al principio pareció desconfiar, pero ni siquiera le di tiempo de poder razonar y lo hice que firmara ―Me lo imagine encogiéndose de hombros con expresión satisfecha. Siempre le había gustado tomarle el pelo a mi hermano y estaba seguro de que se la había pasado a lo grande.

―Muy bien.

― ¿Sabes? Parece que se está tomando las cosas en serio, lo vi trabajando y parecía muy concentrado.

― ¿En serio? ―Yo también había notado que parecía cambiado. Como si lo ocurrido lo hubiera hecho reflexionar. Lo único que faltaba para que su cambio fuera completo, era que se deshiciera de Ney.

―Si.

― ¿Y Ney? ¿Sabes algo de ella? ―Se había mantenido al margen de las cosas, a pesar de asegurar que la pasaría muy mal. La conocía bastante para saber que tramaba algo.

―Mateo me dijo que no le ha quitado los ojos de encima. Pero no ha notado nada sospechoso en su comportamiento, dice que se la pasa hablando por celular. Aunque…

― ¿Que? ―Pregunte inquieto.

―Me dijo que el sábado, ella estuvo con Seung, justo antes de que él se fuera para la casa ―Lo sabía.

― ¿Estás seguro?

―Si. Creo que tu hermano es malo, pero no lo suficiente para intentar lastimar a Hannia deliberadamente.

― ¿Quieres decir que Ney lo manipulo? ―Era una posibilidad que ya había pensado.

―Lo ha hecho desde que regreso ¿No? ¿Por qué no pensar que intenta hacer lo mismo ahora? Tú la conoces, ella sabe lo de ustedes, es evidente que ve a Hannia como un obstáculo y al bebé también.

―Lo sé. Sigue vigilándola.

―Lo hare ―Vi abrirse la puerta de la habitación y entrar a Hannia acompañada por una enfermera.

―Te llamo después ―Dije dedicándole una sonrisa a Hannia. Se veía mejor, sus mejillas tenían su acostumbrado color rosado y sus ojos se veían más alegres.

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora