Capítulo 47

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~Hannia~

―Pero ¿Si alguien me busca en mi habitación? ¿Y se dan cuenta de que no estoy ahí?

―Por eso no te preocupes. En estos momentos hay alguien durmiendo en tu cama ―Lo mire sorprendida, aunque no me costó nada imaginar que esa personas era Flor.

―Jae… ―Quise protestar.

―Tengo todo bajo control ―Aseguro.

―Siempre que dices eso, me da miedo, porque las cosas se vuelven complicadas ―Sonrió mientras me abrazaba.

―No tienes nada de qué preocuparte.

―Está bien ―Conteste. Mi aprobación le basto para comenzar a quitarme el vestido y dejarme en ropa interior. Retrocedió unos pasos y me miro pasándose el dedo por los labios, sus ojos brillaban con deseo y no pude evitar agitarme. Jae seguía provocando el mismo efecto en mí, como la primera vez que nos vimos.

―Me encantas ―Murmuro acercándose a mí y tomando mis pechos con ambas manos. Acaricio mi pezón, por encina de la tela. Me mordí los labios, mientras la zona entre mis piernas palpitaba de deseo. Jae retiro el sostén, y sin nada que se interpusiera, sus labios devoraron con impaciencia cada uno de mis senos

― ¡Ah! ―Gemí mientras echaba la cabeza hacia atrás, disfrutando de la suavidad de sus labios sobre mi piel.

―No puedo esperar ―Murmuro con impaciencia. Me cargo y me recostó sobre la cama, rápido se despojó de su ropa y se colocó sobre mí. Sus manos acariciaban mi rostro mientras retiraban algunos mechones de cabello que caían sobre mi cara.

―Creí que me abandonarías ―Comente mirándolo fijamente.

―Eso nunca, Hannia. Podría abandonar todo, pero no a ti.

Dicho eso, comenzó a besarme con ardor. Sus labios se movían con intensidad sobre los míos. Después bajaron por mi cuello, succionando y lamiendo mi piel. Sentir su aliento y su lengua deslizarse por mi cuello, me ponían al límite. Mis gemidos aumentaron y eso lo excito aún más. Me despojo de mis bragas y rápido se situó entre mis piernas, todo sin dejar de mirarme. Sus dedos recorrieron la longitud de mi abdomen y ese gesto hizo que me arqueara, Jae aprovecho para tomar mis piernas, separándolas aún más y entonces sentí como entraba en mí. Me tomo con urgencia, tanta que no pude callar un grito cuando entro por completo. Sentí su cuerpo temblar de deseo sobre mí, su aliento caliente en mi cuello y el sudor de su piel mezclarse con el de mi piel. Ambos gemimos al unísono cuando alcanzamos el orgasmo y después de eso, Jae se dejó caer a mi costado. Su pecho subía y bajaba mientras mantenía los ojos cerrados. Me incorpore y me coloque sobre él, comenzando a depositar besos sobre su pecho, él abrió los ojos y me miro complacido ante mi osadía.

Me olvide de Seung, de su madre y del hecho de estar en la misma casa. Y me concentre en disfrutar del sabor de la piel de Jae. Alentada por los sonidos roncos que emitía su pecho y los jadeos que dejaba escapar de sus labios, continúe besando su pecho y bajando hasta su ombligo. Donde me detuve y jugueteé unos momentos, antes de continuar mi recorrido hacia más abajo. Nunca antes lo había hecho, pues Jae era quien siempre llevaba el control a la hora de hacer el amor, pero hoy era distinto, continuaba mirándome con una chispa de lujuria. Lo que me alentó a tomar entre mis manos su virilidad y lentamente llevarla a mi boca. Jae apretó la sabana y dejo escapar un sonido casi animal cuando saboree su órgano.

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora