Capítulo 55

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~Hannia~

Agradecí que el resto de la semana pasara prácticamente volando. Me había sumergido en el trabajo, claro que Seung no puso un pie en mi oficina, no tenía idea si era por las amenazas de Jae o porque estaba aún molesto conmigo. Así que todo lo que tenía relación conmigo, lo hacía llegar por medio de Dae. Cosa que me alivio, no deseaba verlo, ni a él, ni a la fulana esa.

― ¿Lista? ―Me sorprendió ver al que sería mi chofer, el viernes por la mañana.

― ¿Qué haces aquí? ―Pregunte mirando desconcertada a Jae. Había jurado que se había marchado muy temprano y yo tenía cita con el ginecólogo, dando por hecho que sería Max quien me llevara.

―Esperándote para ir al médico ―Me mordí el labio y casi me arrojo sobre él. Pero sabía que probablemente ya fuera su madre o Inés nos estarían vigilando, así que me limite a reprimir la sonrisa y a entrar al auto.

―Creí que Max me acompañaría ―Frunció la frente y gruño.

―Soy yo el padre. No él ―Solté una risilla. Había olvidado lo celoso que era.

―Eso lo sé. Créeme que lo sé ―Dije con tono sugerente y él puso mala cara― ¿Qué pasa?

―Pasa que no podre tenerte donde se me antoje, ahora debo cuidar de ambos ―Aunque su expresión era de malestar, sus ojos brillaban mientras miraba mi vientre.

―Tonto.

Después de salir de la clínica tenía dos cosas claras: la primera de ellas, es que Jae era un celoso sin límites, no había estado contento hasta que la persona que me atendió fuera una mujer. La segunda, era que ver a tu hijo en una pantalla era algo hermoso, a pesar de que aun fuera tan pequeño y no pudieras descifrar bien que parte era cual. El medico había asegurado que no había problemas con el bebé, pero de nueva cuenta insistió en que debía cuidar mi alimentación. ¡Rayos!

―Ya escuchaste al médico ―Susurro Jae mientras me abrochaba el cinturón.

―Pero si como bien… ―Proteste.

―Mentirosa ―Puse los ojos en blanco. Si seguía así, al final del embarazo terminaría con sobrepeso.

―No miento.

―Te estaré vigilando ―Sonreí.

―Jae ―Dije después de un rato.

―Dime.

― ¿Qué paso con Seung? ―Sabía que todos esos días no había regresado a casa, aunque seguía asistiendo a la empresa. No tenía idea si habían vuelto a hablar, pero tenía mucho miedo de que terminaran a golpes. Emitió un sonido de molestia.

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora