La Esposa de mi Hermano

Capítulo 5

~Ney~

Imaginar la cara de Jae molesto, me hacía sonreír, la sola idea de que riñera por mí con su propio hermano, resultaba sumamente placentera. Había muchas razones por las que ese hombre me importaba demasiado, pero la principal de ellas, era porque nadie sabía hacerlo como él lo hacía. Todas esas noches de pasión que habíamos pasado juntos, eran simplemente imposibles de olvidar.

—Pero él te dijo que no volvieras a buscarlo, ni aparecer en su vida —Me recordó Sid.

— ¿Y? —No importaba lo que dijera, seguro tampoco podía olvidarme— No seré yo quien lo busque, será su hermano quien me invite a entrar de nuevo en su vida. De esa forma no romperé ninguna de sus reglas.

—Estás loca, Ney.

— ¿Hasta ahora te das cuenta? —Tome mi celular. Había una llamada que debía hacer, para comenzar a armar las cosas que me llevarían de nuevo a mi amado Jae.

— ¿A quién llamas? ¿A Jae? ¿Le avisaras que pronto se verán? —Rodé los ojos, desde luego no pensaba ponerlo sobre aviso, sobre todo por su molesto achichincle, que se la pasaba fastidiándome. Esta vez las cosas serían distintas, sencillamente no se esperaría verme y eso sería muy divertido.

—Diga —Contesto una voz en el teléfono.

—Dian.

—Señorita Ney ¿En qué puedo servirla?

—Necesito que investigues todo sobre Seung Heon, el hermano mayor de Jae —Sabia que no tenía que dar más detalles, muchas veces le había pedido investigar cosas sobre Jae.

— ¿Necesita algo en particular?

—Quiero que me avises que hace, a donde va y con quien.

—Entendido —Colgué y mire a Sid, quien me miraba con reproche.

— ¿Qué? —Quise saber.

— ¿En eso gastas la fortuna de tu abuelo? —Me encogí de hombros.

—Él siempre dijo que debía invertirla en lo que me hiciera feliz y fastidiar a Jae, me hace feliz como no tienes una idea.

— ¿Y si te quedas en bancarrota?

—Eso no pasara. No soy tan tonta, tengo varios millones invertidos y mi hermanita se hace cargo del negocio, el cual genera bastantes ingresos. Eso no pasara, querida.

—“Todo sea por Jae” —Comento con ironía.

—Eso mismo.

— ¿Y no piensas investigar sobre su mujer?