Capítulo 49

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~Noemí~

― ¿Segura que estas bien? ―Insistí mirándola fijamente. Era evidente que ni ella misma tenía idea de lo que estaba mal. Titubeo un instante y pude ver como se ponía nerviosa, como si de pronto encontrara una respuesta a sus malestares. Desde luego que tenía que atar cabos y saber que esos malestares podrían deberse a un embarazo.

―Si ―Aseguro, pero aun podía percibir la duda en su voz. Y aunque luchaba por aparentar tranquilidad, el ligero temblor en sus manos delataba su inquietud.

―Creo que deberías ver a un médico. No tienes buena pinta ―Comente con tono serio. Ella me miro y asintió débilmente.

―Sí, lo hare más tarde. ¿Te parece bien si reviso la propuesta, y me pongo en contacto para una nueva reunión?

―Por supuesto. Pero… lo digo en serio, deberías ver un médico ―Dije adivinando que no estaba en sus planes hacerlo.

―Lo hare ―Contesto. Tomo sus cosas y se puso de pie― Nos vemos luego ―Dijo dándome su mano y luego encaminándose a la puerta. La observe salir, mientras aparecía el chico que vi al llegar, quien después de dirigirme una mirada y ligera sonrisa, tomaba del brazo a Hannia y se retiraban.

Eso había sido extraño.

~Hannia~

No me sentía bien, de pronto las fuerzas me habían abandonado y creí por un instante que perdería el conocimiento. Era extraño. Lo primero que pensé, fue que era debido al cansancio y que no había comido nada aun, pero había desayunado bastante, por lo que no podía ser eso sin duda. Las preguntas y mirada de Noemí me hicieron plantearme algo que me había dejado atónita. ¿Podría ser lo que me estaba imaginando?

― ¿Pasa algo? ―La voz de Max me tomo por sorpresa y pegue un salto sobre el asiento del auto― Tranquila ¿Todo bien? ― ¿Todo bien? ¿Cómo podría estarlo? ¿Qué iba a pasar si mis sospechas eran ciertas?

―Si ―Conteste intentando que mi voz fluyera con normalidad. Pues era consciente de que si Max se percatara de mis malestares y mis sospechas, era como si lo hiciera el mismo Jae. Y justo ahora, no deseaba verlo, ni hablar con él.

― ¿Aun estás molesta? ―Pregunto mirándome con su típica sonrisa socarrona. Puse los ojos en blanco ante su cuestionamiento. Ojala solo fuera eso.

―No ―Dije mirando por la ventanilla del auto.

La idea de un embarazo llenaba toda mi mente en este preciso momento, tanto que no podía pensar en Jae y esa tipa. Sabía que era algo que debería esperar después de toda esa práctica que habíamos tenido las últimas semanas, pero el pánico me inundo de pronto. Ahora que mi marido estaba de regreso las cosas eran distintas y después de lo ocurrido con Jae, no sabía que esperar. ¡Tengo miedo, muero de miedo!

―Hannia, no le des vueltas al asunto. Jae está perdidamente enamorado de ti, créeme. En todo el tiempo que lo conozco, nunca lo vi perder la cabeza por alguien, como desde que tu apareciste.

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora