La Esposa de mi Hermano

Capítulo 60

 

~Sandra~

― ¡Oye Sandra! ¿Quieres quedarte quieta un segundo y prestarme atención? ―Exigió Noemí de mal humor.

Era consciente de que odiaba cuando la ignoraba, pero no lo hacía apropósito, el asunto era que estaba segura de que si la miraba sabría que algo no iba bien.

―Hay mucho trabajo que hacer ―Dije con normalidad, sin mirarla.

―No tanto como parece.

―Te equivocas. Estamos atrasadas con el nuevo pedido, también hay nuevos productos que se debemos incluir en los inventarios y también lo de las campañas de publicidad…

―Ya entendí. Pero creo que no deberías de matarte trabajando ―Era lo único que mantenía mi cabeza ocupada, lejos de los pensamientos que se relacionaban con mi hermana y con él.

―No me estoy matando.

― ¿A no? Entonces ¿Cómo se le llama?

―Trabajar, Noemí. Solo es eso. Mejor verifica cómo va el pedido para el complejo turístico.

―Sí, ya voy, Jefa ― ¡Complejo turístico! Quería que eso terminara cuanto antes y no saber nada relacionado con la familia Kim. Sentí unos ojos sobre mí.

― ¿Y ahora qué pasa, Noemí? ―Pregunte sin mirarla.

―Soy yo ―Reconocí la voz de Sid y la mire. Parecía un tanto nerviosa.

― ¿Sucede algo?

― ¿Puedo hablar contigo un momento? ―Inquirió sin ocultar su nerviosismo. La verdad es que no quería hablar con nadie en ese instante― Se trata de Ney.

―Pasa ―Seguro había hecho algo de nuevo. Mentira, quizás solo quería saber si tenía relación con Seung. Se acomodó frente a mí y la mire expectante.

―Bueno… ―Dijo dudosa.

― ¿Qué pasa?

―No sé si sabes lo que ocurrió con la esposa de Seung ― ¿Su esposa? Me había parecido extraño que no fuera ella quien se presentara a la cita, pero no le había tomado importancia.

―Para ser sincera, no. ¿Qué le paso? ―Suspiro y se froto las manos.

―Casi pierde a su bebé ― ¿Qué? No tenía idea, pero no entendía que relación tenía con mi hermana.

―Sid…

―Ney le metió ideas en la cabeza a Seung, para que él… reclamara su derecho de esposo, pero al parecer él estaba muy tomado y termino golpeándola ― ¡No! No podía creerlo.