¡Qué ironía!

Capítulo 19

El único sonido presente en este momento es el del reloj que marca cada segundo que me separa de la mujer que tanto me vuelve loca; no logro despejar mi mente y pensar en otra cosa que no sea ella.

Volteo a ver el reloj que está en el muro que se encuentra detrás de la bibliotecaria y el tiempo avanza tan lento que, de no ser por el ruido del segundero, podría asegurar que las manecillas no avanzan.

Se supone, elegí venir a la biblioteca, porque, al menos aquí, siento que el tiempo se me pasa volando; pero, hoy no es la ocasión. Tampoco quise quedarme en mi habitación para evitar salir corriendo a buscar a Verónica; debo hacerle caso a Andrea y darle espacio para que tome un respiro y pueda asimilar las cosas aligerando esta situación.

Releo por tercera vez el mismo párrafo del libro que sostengo en mis manos y me convenzo que, una vez más, no comprendo nada porque no logro concentrarme.

Mi cabeza repite los besos con Verónica y el recuerdo de sus labios me trae en las nubes. Sin embargo, no todos los recuerdos son así de buenos, también recuerdo sus lágrimas y esa culpa que la invadía, mientras le pedía perdón a Alma.

¿Por qué se siente tan mal?

¿Por qué tendría que pedirle perdón?

Hay miles de preguntas en mi mente y pocas respuestas que puedan esclarecerlas.

No logro entender por qué Verónica reacciona así; si no mal recuerdo, incluso la directora le ha dicho que no debe sentirse culpable.

De pronto, mi memoria trae a la luz aquella queja que me dijo acerca de la sonata que tanto me gusta de Beethoven. ¿Por qué no le gustará?

¡Claro! Nunca hice mi tarea que no era obligatoria.

Dejo el libro, que no he logrado terminar de leer, sobre la mesa y saco mi celular de mi bolsillo; desbloqueó la pantalla y rápidamente abro el navegador; en el cuadro de búsqueda comienzo a escribir: "significado de la sonata claro de luna de Beethoven"; apenas selecciono la opción de buscar, y un sinfín de resultados comienzan a aparecer en la pantalla.

Selecciono el primer enlace que aparece y la página carga inmediatamente, deslizo mi dedo intentado encontrar la explicación, hasta que la información que me interesa aparece ante mis ojos.

"Beethoven dedicó la Sonata No.14 a la condesa Giulietta Guicciardi​ de 17 años, de quien se decía estaba enamorado."

Comienzo a relacionar las palabras y alguna que otra hipótesis aparece en mi mente.

"Se decía que Beethoven era amigo de la familia Guicciardi, así que la condesa pronto se convirtió en su alumna, como un favor a la familia".

Ahora mis ideas comienzan a tomar otro rumbo y casi puedo emitir una teoría.

"A pesar de la diferencia de edad, pues él tenía casi 30 años, se enamoraron y las relaciones entre ellos tomaron un afecto más cálido; sin embargo, la relación no duró mucho por ser prohibida, y Beethoven compuso la sonata dedicándosela a su amada."

No lo puedo creer.

¿Es por eso que Verónica decía que no quería repetir la misma historia? Porque, si es así, eso quiere decir que Alma ya había pasado por esta situación.

Me siento una estúpida.

Todo este tiempo creí que Alma era la victima de Verónica y resultó ser todo lo contrario; aunque, aún no logro saber el resto de la historia. Tanto ella, como la directora, mencionan una culpabilidad y no sé a qué se refieren con eso.