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Meses después.

No fue mi intención.

Nada es lo que parece.

Pero él no lo entendía.

El tiempo pasa frente a mis ojos. Otra vez tengo miedo de que no piense con nitidez y cometa estupideces de las que sé, va a arrepentirse. Podría parecer gracioso, y en otras situaciones es solo juego. Incluso he podido deliberar ante sus reclamos e insinuaciones cuando está celoso por más secas y crueles que resulten ser. Sin embargo, en este tema Taehyung no sabía distinguir la linea que no se debía sobrepasar.

No fui capaz de imaginarme que el haberme dicho esa noche que no tiene límites conmigo, tendría tanta repercusión en un futuro.

Sin medida, se obstaculizaba tanto mentalmente que podría ser un mounstro. Sí, el Tehyung atento que me repetía que me amaba día tras día...

-q-que te puedo explicar!- yo misma me asusto al oírme hablarle así. Mis manos ya tiemblan y mi voz está por quebrarse.

Veo como cierra la puerta añadiendo seguro, un detalle que es más importante de lo que parece. Todo mi sistema nervioso brinca en el lugar y mi corazón no está muy normal si hablamos de mis latidos. Su mano escabrosa está encerrada en mi antebrazo y mis pies por obvias razones no quieren caminar. Es la segunda pelea y no sé por qué siento que estas extrañas discusiones no nos llevarán a nada bueno.

Su expresión es más dura de lo que quisiera. Sus ojos están en alguna parte de la habitación. Es que como si oyera lo que le digo, pero al mismo tiempo no lo hiciera. Quien sabe si estuviera consultando a su podrido subconsciente, llegando a acuerdos tácitos de silencio.

-Tae, escúchame, deverdad que no es lo que. . .- me petrifico totalmente al ver no deja que lo toque apartando mi mano abruptamente. Mi corazón quiere salirse de mi pecho, y no hay nada más malo que las ideas que pueblan mi cabeza mientras empieza a quitarse el cinturón

-Bájate el vestido- espetó duramente sin dejar de sacarse el cinto de las hebillas del pantalón.

Quise saber si no sintió lástima una vez me vio suplicarle que parara y hacerme un ovillo, alejándome lo más posible, hasta que choqué con el cabecero de la cama y no seguí porque no tenía a donde más, sin poderlo aguantar, huyendo de otro azote.

¿Tenia sentido? ¿Golpeas a la persona que amas?

Eso solo él lo sabía. O no. Tal vez nunca se hizo esa pregunta.

Una semana antes.

El auto se desplaza por la carretera con calma, en la radio suena una canción de lo más relajante, tanto que mis ojos se cierran del cansancio que tengo. Dae-hyun está en mi regazo sentado a horcajadas, más que dormido así que me encargo de sujetarlo como puedo y estar pendiente de que no vaya a caerse o algo así.

Siento una caricia en los nudillos de mi mano izquierda y abro los ojos lentamente sonriendole a Tae -ya vamos a llegar.

Me asomé a los asientos de atrás viendo a Eun-Sang dormitando. Hoy habíamos decidido salir. Estuvo bien hacerlo porque nos estábamos perdiendo de algo muy lindo. Salir con nuestras lindas ternura fue estupendo y apuesto a que nos veríamos bien por la calle los cuatro.

En unos pocos minutos más estábamos en casa.

Mientras Tae se fue a la habitación yo me encargaría de verificar que nuestros nenes durmieran, dijo que podía ayudarme pero le dije que yo podía sola.

-¿Mañana hay escuela?- pregunta mientras levanta los bracitos ya que le ayudaba con su pijama.

-Si- dije - a las siete tienes que estar en pie.

Wings And Trust (ᴋ.ᴛ.ʜ ʏ ᴛᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora