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Tonalidades azuladas, paredes blancas y lámparas borrosas, todo parecía de terror, este tipo de momentos para nada bienvenidos me hacen dudar de querer ser doctora.

De pequeña siempre me pregunté como los médicos podían ser tan desalmados de encarar agujas y hacer a niños llorar.

Desde esa vez cuando tenía cinco años, que se me metió una bacteria al estómago por no lavar bien mis manos y me hicieron un lavado espantoso, le agarré una fobia tan grande a los hospitales y a esas personas que decían salvar vidas, que hacía hasta lo imposible por no pisar uno otra vez.

Pero no se si quiera ponerme a pensar en como es que quiero ser doctora ahora mismo.

-Aaah!- grito sintiendo de todo, inhalo y exalto como me enseñaron los camilleros

-¡No me asustes! respira profundo, todo va a salir bien- Tae acompaña la camilla hasta la sala de partos a la que me conducen para poder dar a luz.

Tengo esa mezcla de ansiedad y felicidad, sé que después de todo este alboroto tendré a mi pequeño niño en manos y nada podría quitarme esa extraña emoción. También está el miedo de que algo pueda salir mal.

La primera vez que pasé por este proceso fue... peculiar. luchaba porque aquella bebé saliera de mí de una vez, pero no con ganas de verla, mimarla y criarla como después hice. Ahora al menos tengo motivos para querer que este bebé nazca sano y salvo.

Mi frente suda frío- Amor, iré contigo ahora! ¿vale?, ¡Respira!

Lo dejo de ver y me llevo la imagen de su carita asustada y preocupada.

-¿Usted es el padre?

-¿Eh?, si, soy yo. Podré pasar ¿no?

-Está bien, pero no es factible sin los implementos de bioseguridad, acompáñeme- escucho antes de que cierren las puertas

Horas después aprieto con todas mis fuerzas la mano de Tae gritando por el perro dolor que siento. Las enfermeras y la doctora que siempre estuvo a cargo de mi y mi bebé durante estos largos nueve meses, me animan a seguir, pero incluso la garganta me dolía. El sudor corre desde mis sienes, mi respiración no puede estar peor y las contracciones me destruyen cada vez más.

-¡Vamos! tu puedes, Tn! Venga, hazlo denuevo!- la doctora me sigue fomentando con palabras alentadoras, lista para recibir la criatura de la que ya no me queda esperanza alguna sacar por mi propia cuenta

Niego con la cabeza, derrotada y con dolor.

-Y-ya...yo ya no puedo!- grito cuando el dolor se intensifica, estrangulando el brazo de Tae

-Amor, escucha, escúchame- volteó para atender a Tae- puja lo más duro que puedas, te lo suplico, hazlo por él, él va a vivir y lo cuidaremos como se merece. N-no te puedes dar por vencida- soba mi frente, con los ojos inyectados de lágrimas.

-Nooo- sollozo mientras pronuncio el monosílabo, enderezando la cabeza, las lágrimas calientes brotan de mis ojos- Ya no más, Y-ya no puedo, aaaaah!

-No desaproveches las contracciones!- me dijo la doctora- vamos otra vez, a la cuenta de tres, si se aproxima la contracción puja fuerte!

-Puedes hacerlo- murmuró Taehyung, lo miré por última vez con el conteo de la doctora de fondo, respiré profundo sintiendo el dolor que propugna pequeño y se vuelve severo con los segundos

Tragué y soltando un grito desgarrador pujé con fuerza, Tae aprieta mi mano, me imagino lo asustado que está viéndome en este estado, se debe sentir como un pez fuera del agua.

-¡Eso es!, ¡Muy bien, muy bien! ¡Intenta otra vez!- no lo pensé y pujé nuevamente.

Solo se percibe mi respiración agitada y las difíciles bocanadas se aire que intento tomar, siento un vacío en mi interior y pasan dos segundos antes de que se escuche el nítido llanto de un bebé.

Casi que no puedo asimilar por completo que he vuelto a ser madre oficialmente por segunda vez en mi vida, simplemente me tumbo en el duro espaldar de la camilla, respirando a duras penas.

-¡Pudiste!, ¿Ves?- Tae me sonríe, yo hago lo mismo profundamente agradecida de que le hayan dejado quedarse conmigo . Pega su frente a la mía y besa mi nariz cariñosamente.- otro hijo de los dos, amor.

-De nada- bromeo en mi muy mal estado

Una enfermera nos trae al bebé una vez ya lo han limpiado un poco y cortado el cordón umbilical.

Los labios de Tae se extienden, es a él a quien se lo dan primero.

-Yeei!, ¡Mira a este pequeño de aquí!- lo mece levemente detallándolo con la mirada- . Diste trabajo eh, no querías salir?

-Yo también quiero ver- protesto

-Oh- me lo acerca y yo extiendo los brazos pidiéndole que me lo ponga encima, él lo hace con cuidado. Está envuelto en una mantita blanca de colcha.

-En dos meses ya es tiempo de que se parezca a mí- comentó mientras los dos lo mirábamos fijamente

-¿A ti?, ya, y yo lo dejo en adopción, es injusto que de todas estas horas de parto nazca un mocoso con la cara de su papá

Tae frunce el ceño- No hables así, al fin y al cabo es mi espermatozoide ¿o no?

-Tae, no es momento- dije riendo por lo bajo

-Solo bromeaba- carcajea levemente- dijiste que sería robusto, se ve bajo peso.

Hice un puchero enfocando al bebé, tenía las facciones de la cara bastante hinchadas pero en lo general es delgado.- Es que comía mucho.

-Pienso que hicimos bien en ponerle Dae-hyun.

-Queda bien, empezando porque es parecido al tuyo- le dije deleitándome con su sonrisa y su asentimiento

-Pequeño Dae- sonríe mirándolo

Este es el embarazo más largo que han visto en un fanfic, admitanlo 🙃 KSKSKS Bromis.

Besitos anaranjados 🧡🧡🧡🧡

Wings And Trust (ᴋ.ᴛ.ʜ ʏ ᴛᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora