Wings And Trust (ᴋ.ᴛ.ʜ ʏ ᴛᴜ)

₅₃|Final

Tn.

De besarnos sin querer que acabe, a gritarnos verdades y mentiras en la cara. De mirarnos y sonreírnos, a ignorarnos y limitar los diálogos. De tocarnos con deseo y cariño, a dormir con la falta de calidez de nuestros cuerpos en camas separadas. De confiar, a desconfiar... De todo... a nada.

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-Shhh.

Cubro mi boca por inercia pero sigo riendo- ¿Por qué te ríes? ¿Son efectos secundarios de las ganas de que estemos en la cama, eh?- habló en un tono coqueto justo sobre mis labios.

Yo camino de espaldas por culpa de sus torpes pies, expuesta a caerme de bruces pero es imposible porque me tiene me sujeta de la cintura y sé que no dejaría que me cayese. Mi risa no es tan escandalosa como dice, pero si es cierto lo de que quiero que me lleve a la cama.

-Tal vez si es eso- seguí su juego con su aliento y el mío volviéndose uno, moriamos por comernos a besos y pronto lo íbamos a hacer

-Eres preciosa.- su voz hizo eco en el pasillo

-¿Es momento de decir eso?- dije colorada sintiendo sus manos bajo mi trasero. Es verdad ¿Por qué estoy caminando y no me ha levantado todavía?

En un abrir y cerrar de ojos rodeé su cintura, quedando un poco más arriba. Había que apostar por un segundo en el que dejáramos de sonreírnos -Siempre es momento- murmuró robándome un húmedo y corto beso.- Sé que estoy a punto de verte sin ropa y así lo eres mucho más, pero eres preciosa como sea.- dijo subiéndome la autoestima a mil.

Abracé su labio inferior con los míos, ansiosa por sentirme suya una vez más. La madera de la puerta de nuestra habitación, chocó oportuna con mi espalda. Tae con su diestra tiró de la manija para abrir y entrar.

Al instante llegamos a la cama. Me puso y se puso luego encima mío con el cuidado de siempre, buscando lugar entre mis piernas, las abro para él. Tae con satisfacción rompe dulce intercambio de gérmenes y se encarga de retirar mi blusa tomando de apoyo sus rodillas. Continuó con un perfecto ataque a mi dispuesta boca.

Se aparta exclusivamente para cruzar los dedos de nuestras manos dejándolas a la altura de mi cabeza y me mira- Despierta.

-¿Qué?- dije mientras mi sonrisa disminuía

-Estas soñando.

Abrí los ojos, sentándome en la cama. Son unos segundos para darme cuenta de que su lado está vacío e igual a la última vez. Cambié la mirada recordando el sueño que acababa de tener. Nos veíamos tan felices como meses atrás. Lo que soñé era muy irreal si lo que ahora estoy viendo es que ni siquiera llegó a dormir conmigo.

Con un lastimero suspiro, saqué los pies del edredón y los coloqué en la alfombra aún sin bajarme de la cama. Hace tiempo que mis días no comienzan bien.

Volteé a ver la puerta esperando que se abriera y él entrase por ella con mi desayuno, así no sea elaborado por sus propias manos porque no se le da bien la cocina. Me enderecé triste, fijando la vista en la ventana. Este mismo mes es su cumpleaños, me pregunto cómo estaremos en ese entonces. Faltan unos días y dos semanas. Bien podría ir pensando en que regalarle. Tal vez antes de ese día puedo buscar la manera en que estemos bien.