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‐¡Saengil chukha haeyo!

Mis ojos se entreabirron un poco, y a pesar de que la luz era jodidamente molesta en mi cara, ezbocé una sonrisa boba.

-¡Hoy es tu cumpleaños mami! ¡Despiertaaaa!- percibí la voz de Eun, probablemente fuese ella quien tiraba de mi edredón

Me senté en la cama estrujándome los ojos todavía riendo. De pronto achiqué la sonrisa.
¿estaba escuchando bien?
¿Era mi cumpleaños y lo olvidé totalmente?

Eun-Sang se me tiró encima, afianzando lo que era deverdad, mi cumpleaños número 23. Entrando en razón la abracé, conteniendo las carcajadas con su reguero de besos en mi mejilla.

Me limpié su saliva y ella hizo un puchero- te besaré otra vez!- lo intenta

-¡Quítate, mocosa!- dije riendo, pero aún así consiguió besar mi nariz

Reí levemente y besé la suya- Te amo, mami.

-Y yo a ti mi amor- jugué con nuestras narices

Reparo en que no hay nadie más en la habitación -me extrañó que Tae no estuviese aquí también dandome un cálido buenos días y un feliz cumpleños- es completamente de día. Mentiría si digo que me dormí muy entusiasmada de la fecha al día siguiente. Es decir, si estaba feliz, Tae había regresado y si no me acuerdo mal hicimos el amor como dos veces seguidas. Lo había extrañado mucho. Casi todas las noches pasaba algo entre nosotros antes de su viaje así no fuera del todo sexo, y yo había pasado una semana o más durmiendo sola y con huecos mentales por lo de mi hermano y Jungkook además de tener que estudiar hasta tarde.

Escucho el chirrido de la puerta, causado por la intromisión de otras dos personas. Mis labios ceden cuando sonrío, solo por ver a Tae sosteniendo a Dae entre sus brazos.

-Mira, campeón, mamá ya está despierta, tu querías verla- mece al pequeño junto a él, acercándolos a ambos a la cama

Se sentó en el borde y me lo entregó suavemente. Yo lo tomé sonriente.

-Holaa- dije levemente a quien balbucea sin parar mostrando sus peuqeñitos dientes, tenía un ruidoso juguete en una de sus manos, sacudiéndolo torpemente

Todos tuvimos que reír porque se le asomó de inmediato una sonrisa enamorada en el rostro, me sorprendía lo mucho que cada día se iba apareciendo a mí, también tenía algunos rasgos de Eun-Sang a su edad.

-¿Quieres mucho a mamá, Dae?- él mencionado no hacía otra cosa que reír emocionado.

-Sí que la quiere, pero yo mucho más, además soy la mayor, mamá me quiere más a mí- comentó una orgullosa Eun-Sang, se veía graciosa con los brazos cruzados y ese puchero que le queda tan bien, además el flequillo que lucía siempre en la frente nunca le quitaba ese porte tierno

-¿No es cierto, papi?- Tae movió la cabeza complaciendo su ego de niña mimada

La atrajo con su brazo, ella lo abrazó y él besó su coronilla, haciéndome un gesto gracioso después. Los dos sabíamos cómo de orgullosa era.

Minutos después una de las chicas del servicio nos ayudó llevándose a Dae, a conciencia propia le dijo a Eun de unos dulces abajo y así ella se iba también.

Apenas Tae tuvo la oportunidad me atacó a besos, los cuales le permití darme con gusto.

-No me cepillé los dientes todavía- casi no se me entienden las palabras pero hago que se parte

-¿Te digo cuando te importa?- me pregunta con una risa de medio lado expresando su buen humor

-Feliz cumpleaños- acaricia mi mejilla con dulzura, su palma es tan suave que me incita a cerrar los ojos

Wings And Trust (ᴋ.ᴛ.ʜ ʏ ᴛᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora