Valeria & Bizarrap | +18 - lanenadeltrap

𝐂𝐚𝐩. 𝟑𝟒

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POV Selena

Todo iba según los planes... todo iba en perfecta dirección. Gracias a mí y a la ayuda de Emiliano pude escuchar toda la conversación desde el teléfono pinchado de Valeria y así completar mi misión, matarla.

Obviamente, Mauro era muy estúpido para dejarse manipular de esta forma. Los localizadores que les puse a la moto de Valeria y todos los vehículos de los chicos me permitían saber dónde estaba cada uno de ellos a tiempo real, y también sabía cómo podía acabar con la vida de esta molesta chica.

Y ahí me encontraba, en el mismo coche con el que accidenté a Trueno. Nunca pensé que iba a volver a atropellar a alguien, pero es que ella es... perfecta.

Es demasiado perfecta, la envidio muchísimo, la envidio a niveles enfermizos. Llevo mucho tiempo detrás de ella, acosándola, buscando cada pista para descubrir más de su vida. La primera vez que escuché de Leo fue hace tres años cuando mi ex novia la descubrió, y ahí fue cuando las ganas de tener su vida empezaron a ser presentes en mí.

Quería todo lo que ella tenía. Absolutamente todo.

Mi profunda obsesión con Valeria llegó demasiado lejos, y la única solución para este problema era acabar con ella. Cada vez que escuchaba su nombre se me aceleraba el corazón, y cuando me comparaban con ella... un sentimiento extraño e insatisfactorio se apoderaba de mi alma. La quería para mí, solo para mí, necesitaba tenerla y hacerle todo lo que yo quisiese. Pero por más que lo intentaba, siempre conseguía librarse y alejarse cada vez más, así que sí no la puedo tener yo, ¡no será de nadie!

Selena: ¡Mierda! - y el choque de la moto de Valeria hundió todo el morro de mi preciado coche.

Cuando escuché aquel fuerte ruido contra el suelo tuve que parar al segundo, quemando así los frenos. Mi cara en ese momento era de terror y angustia. Intente bajar del coche lo más rápido que pude para ir a buscarla, tenía que comprobar su estado.

Me agaché junto a su cuerpo. Éramos yo y ella, y nadie más. La carretera estaba vacía, y el suave viento rozaba contra nuestras pieles erizando los finos cabellos y poros de los brazos. El cielo oscuro nos daba más privacidad y las única espectadora era la brillante y hermosa luna. Vi como ella no se movía y la sangre no paraba de salir de su cabeza...

Selena: ¿Valeria...? - mis emociones no eran nada agradables.

Pero la chica seguía sin responder.

Selena: Valeria... yo... - empecé a sentir un grueso nudo en la garganta. - Yo sólo quería tenerte... yo... - un sollozo salió sin poder ser retenido.

Mi obsesión por Valeria no se inició porque fuese mejor que yo. A mí me daba igual eso, pero necesitaba sentir lo que era ser ella... estaba completamente rendida por su fuerza mental y su talento por todo. ¿Porqué alguien con una vida tan dura logró llegar tan lejos sin dejar que nadie la parase?

Y en ese momento, supe que estaba enamorada de Leo.

Mis lágrimas de rencor y traición hacia mí misma resbalaban por mis mejillas. Esto... esto no era lo que yo quería. No, ¡realmente no la quería matar! Me metí en su vida, ahora ya no tiene sentido que yo siga aquí. He vivido estos últimos años como lo ha hecho ella, haciendo algo de música, intentando batallar en las FMS, uniéndome a la mafia Romeo...

La seguía a casi todas partes, incluso en aquellas misiones de su propia familia. Y aunque nunca pude quitarme aquel asqueroso pasamontañas, amaba la forma en la que decía "Stereo", mi apodo.

Selena: Si tú te vas... me tengo que ir yo también. - intenté calmar mi llanto.

Agarré el rostro de la mujer, y sin importar la sangre que hubiese por la zona, le besé la frente. Era la primera vez que estaba tan cerca de sus labios, pero no podía besarlos sin su consentimiento.

Me levanté y saqué mi navaja favorita, y sin más pensarlo, se la clavé en el cuello a la chica para asegurarme de que muriese de verdad. A continuación, me tumbé al suelo junto a ella dispuesta a clavármela en el mismo lugar del cuerpo. Miré a la maldita navaja y como la sangre de Valeria me caía en diversas gotas manchándome de rojo. Aguanté la respiración y cerré los ojos con fuerza dejando que las últimas frías lágrimas escaparan de mis ojos. Voy a entregarme a ti para siempre, Valeria Romeo. Agarré su mano y apreté el objeto filoso, y sin más pensarlo, me lo enterré en el cuello y...

...adiós.

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