I'm back bitches/Seth clearwater.

Cap 20

Hoy había quedado con Seth para comprar el regalo de Gwen y Magnus. Lo había llamado a su línea fija porque ninguno de los lobos tiene teléfono, ya que siempre los rompen. Él me dijo que lo recogiera en casa de Emily, así que fui en camino. Cuando llegué, me bajé de mi moto.

— ¡Llegó Brujilda! — gritó Jared en tono burlón.

— Brujilda tu abuela — respondí, haciendo reír a todos los metamorfos presentes.

Entré a la casa y Emily se abalanzó inmediatamente para abrazarme.

— Hola — dije, devolviéndole el abrazo.

— Sasha querida, ¿cómo estás? — preguntó en su tono maternal.

— Bien, Emily — le sonreí —. ¿Y tú?

— Bien — contestó —. ¿Buscas a Seth?

Asentí y busqué a Seth con la mirada, pero no lo vi. Los únicos en la sala eran Jared, Sam, Jacob, Paul y Quil.

— No ha llegado — informó Paul en tono pícaro, mirando a Jared.

Me senté frente a ellos.

— ¿Pero ya viene? — pregunté.

— Sí, estaba haciendo la ronda con Leah — respondió Emily.

Asentí.

— ¿Qué vas a hacer con Seth? — preguntó Jacob, serio y un poco amenazante.

Lo miré seriamente. Siempre que estaba cerca de Seth, Jacob me miraba amenazante.

— Gwen cumple años el 9 de septiembre — Paul abrió los ojos como platos, lo cual me pareció extraño porque cada vez que esos dos se reunían solían pelear como niños chiquitos —. Así que Seth se ofreció a acompañarme a comprarle su regalo.

Intercambiaron miradas con complicidad.

— ¿Por qué no la traes el martes que es el 9 para cenar? — propuso Emily.

Pensé un segundo.

— Está bien — sonreí —. Hablaré con Sam para que todos estén disponibles.

Asintió.

— ¿Podría traer postres? — pregunté.

— Claro, cariño.

— Pero tengo una duda — los metamorfos me miraron —. ¿Les hace daño el chocolate? — Quil soltó una risa —. Digo, son perros.

Emily rió junto con Quil, Jacob y, como era de esperar, Paul frunció el ceño. En eso, se escucharon pasos en el porche de la casa.

— Leah ya — habló Seth seriamente —. Se me hizo tarde.

Leah gruñó y entraron a la casa. Seth llevaba una camisa blanca de manga corta y pantalones beige, con el rostro serio. Pero cuando me vio, sonrió con una de esas sonrisas divinas. Sacudí mi cabeza para apartar esas ideas.

— Sasha — me susurró él —. Perdón, se me hizo tarde.

Le sonreí, intentando tranquilizarlo.

— No te preocupes — me levanté de la silla y me dirigí hacia él —. ¿Alguno podría recoger a Gwen para que mire su auto, por favor? — Sam asintió y lo miré agradecida —. Vamos, se nos hace tarde — lo tomé de la mano y me estremecí por su tacto. Lo arrastré fuera de la casa.

— ¡Adiós! — grité —. ¡Y lo del martes, yo traigo postres y cervezas!

Salimos de la casa y le entregué un casco.