Capitulo 34

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Había pasado solo un día desde lo ocurrido en el acantilado. No había vuelto ver a Seth, pero suponía que estaba en clase. Leah había llegado hace una hora y estaba con Magnus haciendo el almuerzo o eso creía, ya que se escuchaban sus voces en la cocina.

Llevaba todo el día tirada en mi casa sin querer hacer gran cosa, pero quería ir a hablar con Gwen, así que como pude me levanté de mi cama y me dirigí a su habitación. Toqué dos veces hasta que ella dijo "sigan". Al abrir la puerta, encontré a Gwen sentada en su escritorio, rodeada de libros y papeles. Levantó la vista y me dedicó una sonrisa cansada, pero cálida.

—Hola —dije, entrando y cerrando la puerta tras de mí—. ¿Tienes un momento?

—Claro, pasa —respondió ella, haciendo a un lado algunos libros para hacerme espacio en su cama—. ¿Cómo te sientes?

Me dejé caer en la cama, sintiendo de nuevo el peso de todo lo que había sucedido. No estaba segura de por dónde empezar, pero sabía que Gwen era la persona indicada para hablar sobre cualquier cosa.

—Bien, supongo —admití, jugueteando con mis manos—. Todo ha sido tan... intenso. Como tú dijiste, no salimos de una para meternos a otro.

—Ya, al menos nuestra vida no es aburrida —respondió cerrando uno de los libros—. Un adolescente normal tiene problemas en la escuela, y nuestros problemas son que no nos mate una sirena o alguna otra cosa sobrenatural.

No pude evitar reírme un poco. Era cierto, nuestra vida distaba mucho de ser ordinaria.

—Supongo que tienes razón. Aunque a veces desearía tener problemas normales, como exámenes y tareas.

Gwen asintió, su expresión volviéndose más seria.

—Lo sé. Pero esto es lo que nos ha tocado. Y estamos juntos en esto. ¿Has hablado con Seth desde lo del acantilado?

Negué con la cabeza, suspirando.

—La última vez que lo vi le dije que tenía lindos ojos —dije, tirándome en la cama de espaldas mientras cubría mi rostro, avergonzada.

Gwen se echó a reír, y yo la seguí poco después, sintiéndome un poco tonta por lo que había dicho.

—Vaya... el golpe fue fuerte —dijo mientras se reía—. Pobre bebe Seth, se tuvo que haber puesto superrojo.

Me quité las manos de la cara, sonriendo ante la imagen de Seth sonrojado.

—Sí, creo que sí. No sé qué me pasó. Fue como si mi boca hablara por sí sola.

Gwen asintió, todavía sonriendo.

—Es normal, a veces las emociones nos juegan esas pasadas. Además, no es como si le hubieras dicho algo malo. Al contrario, seguro le halagó.

—Tal vez tengas razón —dije, sintiéndome un poco más tranquila—. Aunque ahora no sé. Me siento rara.

—Tal vez... al fin te diste cuenta de que te gusta Seth.

Miré a Gwen con los ojos muy abiertos, sentándome de nuevo sintiendo un rubor subir por mis mejillas.

—¿Qué? No, no es eso... —dije, aunque la inseguridad en mi voz me delataba.

Gwen arqueó una ceja, sonriendo de manera traviesa.

—Vamos, es obvio. Te pones nerviosa cuando hablas de él, y lo de los "lindos ojos" no fue solo un desliz. Admitirlo no tiene nada de malo.

Me mordí el labio, pensándolo por un momento. ¿Era posible que tuviera razón? ¿Que mis sentimientos hacia Seth fueran más profundos de lo que había querido admitir?

I'm back bitches/Seth clearwater.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora