Los pasos de tres personas resonaban en los pasillos del centro de investigación, uno firme y lento, acompañado de dos pares más rápidos y desordenados.
_ Niñas, cálmense, por favor_ Dice Roger, mirando a dos niñas de 5 años, una de rizos rubios y otra de cabellera negra.
_ ¡Pero quiero ver que hay detrás de estas puertas!
_ ¡Black, este no es buen lugar para abrir puertas!
_ Igual todas están cerradas. Es aburrido. _ Dice la niña rubia.
_ Sarah, todas las puertas están cerradas por una razón. Solo quédense cerca.
Los pasos se vuelven más regulares y luego de un rato, se detienen frente a una puerta, que Roger abre con una tarjeta. Dentro hay tres personas más, usando batas blancas de laboratorio y mascarillas médicas. Un silencio incómodo llena la habitación, Black camina hacia atrás, escondiéndose detrás de su padre, mientras los desconocidos se acercan a ellas. Uno de ellos agarra a Sarah por el brazo, y con gentileza, la arrastra hacia una de las otras puertas. Ella mira a su padre, confundida, pero cuando él le da una sonrisa, ella se calma.
_ No te preocupes Sarah, iré justo detrás de ti, pero necesito que vayas con él.
La niña asiente, se va a la habitación contigua y la puerta se cierra a sus espaldas. En ese momento, la sonrisa de Roger se desvanece y su rostro se oscurece.
_ Papá _ Murmura Black, aún nerviosa y agarrándose cada vez más fuerte de la ropa de su padre_ No quiero que me lleven papá.
Roger mira a su hija de reojo y le agarra el brazo con fuerza, sobresaltándola por un momento y logrando que le suelte la ropa.
_Llévenla a la habitación L-68 y acabemos con esto de una vez. _ Dice, empujando a Black hacia uno de los extraños, quien la agarra inmediatamente.
_ ¡Papá!
_ ¡CÁLLATE! _Grita Roger, sin mirar a su hija, sacando un cigarrillo de su bolsillo y prendiéndolo_ Sáquenla de aquí.
Ella grita y patalea, pero el hombre se la lleva y cierra la puerta, dejando atrás solo un sonido lejano de gritos.
Roger se recompone, pasando sus manos por su cabello y secando el sudor de su frente mientras fuma su cigarrillo. Él traga saliva y mira la puerta por donde se llevaron a Sarah. Él suspira y camina, entrando a la habitación contigua. Sarah está sentada en una silla demasiado alta para ella, mientras el científico junto a ella prepara una jeringa.
_ ¡Papá! _ Dice ella, sonriendo al ver a Roger, pero mirando detrás de él, buscando con la mirada a alguien más_ ¿Y Black?
_ Ella _ Tartamudea su padre, evitando el contacto visual _ Está descansando un poco, el camino la cansó.
_ Oh, bueno. _ Murmura Sarah, un poco decepcionada.
_ Cariño, voy a tener que pedirte una cosa. _ Dice Roger.
_ ¡Dime! _ Dice la niña, entusiasmada.
_ No te asustes ¿sí? Acuéstate en esa mesa y deja que papá te ate. Es como ir al médico.
Con cuidado, Sarah hace lo que su padre le dice y él la ata a la mesa con varios cinturones de cuero, mientras el científico se le acerca por detrás.
_ Sarah ¿Como te sientes?
_ Todo bien. _ Dice la chica, aún confundida.
_ Mi amigo aquí va a ponerte una inyección cariño. Todo va a estar bien, lo prometo.
_ P-pero _Tartamudea Sarah_ Tiene un color raro, no me gusta.
Pero sus preocupaciones no fueron oídas, el científico se acercó y, agarrando con fuerza el brazo inquieto de la niña, le inyectó el fluido de color oxido. Ella miró como las venas de su brazo se empezaban a marcar y a oscurecer y en pánico, miró a su padre, quien se acerca y la abraza.
_ Lo siento cielo, lo siento tanto_ Susurra Roger, abrazándola fuertemente y llorando en su hombro.
Sarah mira todo su cuerpo, viendo como le empieza a crecer pelo gris y como sus uñas se comenzaban a alargar, y ahora, desesperada, comienza a llorar y gritar del dolor.
ESTÁS LEYENDO
Black Kurenai: La Guerra (Boceto)
Science FictionBlack deberá pelear en una guerra, obligada por sus habilidades especiales, mientras su relacion con su padre se deteriora, pierde amigos y descubre partes de su pasado