🐍Sweet Pea y Tu🐍 | Obsesión

✨Cap. 39✨

Amaba lo que tenía con Kurtz, me alegraba saber qué mí hija se estaba criando en un lugar lleno de amor y cariño. Se que si a ella le dieran a elegir a ella entre su padre o yo, ni siquiera dudaría en elegirlo a el, era su preferido más por qué el sedia a todos sus caprichos, si ella quería una muñeca iba y se la compraba, si se le antojaba armar un castillo inflable en el comedor el iba y se lo armaba. No había nada que Kurtz no hiciera por ella, quien iba a decir que una niña de apenas dos años de edad iba a controlarlo por completo, ni siquiera yo había podido con el, y ella solamente le sonreía y lo abrazaba y el ya estaba a sus pies. Ahora habíamos ido a un parque de diversiones, Jane amaba la adrenalina que sentía cuando subía a cada juego, claro solo subía a lo que eran acordé a su edad.

—Te dije que sería divertido —Le dije sonriente al ver qué Jane se la estaba pasando bien, Kurtz solo me miro sonriente y me pareció curiosa la forma en la que me miraba —¿Por qué me miras así?

—Te amo tanto que quisiera estar toda la vida a tu lado —Menciono haciendo que me sonrojara, amaba ese lado cursi de el, no siempre es así y había que aprovechar esos momentos.

—Juralo —Le dije en forma de amenaza señalando con mí dedo.

—Lo juro —Prometio, me abalanze contra el para abrazarlo y besarlo, había hecho una gran elección al enamorarme de el.

—¡Papá! —Grito Jane corriendo hacia nosotros, más bien hacía Kurtz. El se separó de mí para abrazar a su pequeña.

—¿Te divertiste Princess? —Le pregunto tomándola en brazos y ella sonrió abrazándolo.

—Casi golpea a una niña por querer la misma mariposa que ella —Dijo Liam burlón quien traía el algodón de azúcar y los osos que el había ganado en los juegos para Jane.

—Jane, eso no se hace cariño —La regañe, debía hacer amistades pero a ella nunca le importo sociabilizar con otros niños.

—Es mío mira —Le dijo a Kurtz mostrándole su mariposa con luces.

—Es hermosa amor, ¿Tu la ganaste? —Ella asintió —, esa es mí niña.

—Tio Liam también —Señalo la mano del pelirojo que traía otras mariposas.

—Tuve que ganarlas todas, o se pondría a llorar —Se excuso.

—¿Ahora que haremos con tantas mariposas?

—Jane, te compre esto —Dijo Cheryl mostrándole una corona que había conseguido, se acercó a la pequeña para ponerle la corona —, la princesa más hermosa.

—Papá ahora soy una princesa —Dijo Feliz, como si la única opinión que a ella le importaba era la de el.

—Eres una princesa con o sin esa corona Princess.

—Hay que regresar a casa antes de que llueva o esto será un caos —Dijo Liam dándome un poco de los muñecos y osos que traía, era demasiados.

Después de un largo día hicimos que Jane por primera vez en dos años, durmiera sola en su habitación, fue un trabajo duro de lograr ya que se había acostumbrado a dormir con nosotros, pero al final se logró después de contarle unos cuantos cuentos.

—Tu hija es una caprichosa —Le dije mientras terminaba de arreglar la cama para ir a dormir.

—Me recuerda a alguien —Respondio Kurtz mientras dejaba su celular, billetera en la mesa de al lado.

—Yo no soy caprichosa.

—Si tu lo dices amor —Se acostó en la cama y yo hice lo mismo, casi nunca veníamos la televisión solo hablábamos entre nosotros o leíamos libros hasta quedarnos dormidos, era más relajante antes de estar quemando nuestro celebro mirando programas de televisión estúpidos —, hoy pensé en algo que me gustaría que se cumpliera.

—Crei que ya tenías todo lo que quieras.

—Lo tengo —Confirmo —, solo que ahora que Jane cumplirá tres años estaba pensando que tal vez...

—¿Tal vez que?

—Tal vez podamos tener otro bebé —Valla eso sí me había caído por sorpresa, ni siquiera se me había pasado por la mente en tener otro bebé y pensar en tener otro era algo nuevo  —¿Que dices?

—Seria increíble tener otro bebé —Le dije, aún podía pensarlo pero sería lindo romper con el hilo familiar, con eso me refería a que mí abuela solo tuvo a mamá y mí madre solo me tuvo a mí, y era mí turno de cambiar la historia.

—Jane estará feliz con la noticia —Movio mí brazo para pasarlo por debajo para acercarse a mí y poner su cabeza cerca de mí corazón —, aunque creo que se pondrá un poco celosa.

Bueno, ahora si me había emocionado con tan solo pensar en un nuevo bebé. Me acerque a el para besarlo, el continuo el beso de una forma delicada.

—Creo que deberíamos empezar ahora —Le dije, y el acepto rápidamente, ni siquiera lo dudo; fue cuestión de segundos cuando ya lo tenía sobre mí besándome de una forma desesperada. Le quite su remera dejando a mí vista su abdomen marcado, algo que me ponía realmente caliente, no puedo describir lo sexi que es, sin palabras me deja cada vez que lo veo de ese modo.

Una inesperada llamada había recibido esa noche, Jane había respondido la llamada. Me acerque a ella para tomar el celular ya que no era Kurtz o sino ella hubiera continuado hablando.

—¿Con quién hablas amor? —Le pregunté, ella no me supo decir de quién se trataba y solo se fue a seguir jugando. Apenas respondí me di cuenta de quién se trataba, era Jughead. No cambie mí número, así que supongo que solo se acordó de mí existencia.

—Hola T/n —Dijo, me asegure de que nadie estuviera a mí alrededor, a Kurtz no le gustaba que mencionara a nadie del pueblo contrario, bueno el pueblo que ante era de las serpientes y ahora era de las gargolas.

—¿Cómo estás?

—Supe que tuviste una niña —Dijo primeramente.

—Si, es la niña más hermosa que vi en mí vida.

—Me gustaría... —Hubo una pausa, pero luego volvió a retomar sus palabras, se lo escuchaba dolido, como si estuviera llorando — verte de nuevo y conocer a Jane.

—Aunque las gargolas controlen el pueblo,  aún Jane puede salir herida si regreso

—Es hija de Sweet Pea, jamás le harían daño —Aclaro haciendo que recordará a Sweet Pea, llevaba mucho tiempo sin pensar en el —, es una serpiente aunque digas lo contrario.

—¿Cómo está Sweet Pea?

—Preguntas por el, y ni siquiera me preguntaste si estoy bien.

—Pasaron tres años Jugh, pero jamás de olvidé de ti —Le mencioné y era verdad, aunque no lo viera Kurtz me prometido que Jugh estaría a salvo de cualquier cosa y que ninguna gárgola le haría daño —, le dije a Kurtz que te protegiera, y se que estabas bien.

—No estoy bien si ti.