Segunda Temporada.
-Obsesion-
El inició de una vida mejor, era lo que todo el mundo esperaba de esta realidad.
En algún punto de nuestra existencia, ¿Alguien puede amar sin llegar a la obsesión?
La mente es tan poderosa que te hace dudar demasiado...
No tardaron mucho en darse cuenta que habías escapado, Marcus era el culpable de que eso sucediera y Johnny no tardó en hacerlo notar, lo mando a llamar para que volviera a solucionar todo. Solo que Marcus no estaba seguro de arruinar tu vida, tenías una bebé y no quería que esa niña se quedará sin una madre por culpa de alguien despiadado.
—Recuerda que tengo el poder de arruinar tu vida.
—Separar a una madre de su hija, y golpear a su esposo no era el trato —Respondió al notar que estaba acorralado.
—Eso no es de tu incumbencia, ahora ve y traela de regreso, tienes media hora.
—Bien... —Acepto no muy convencido, su madre corría peligro si no hacía lo que le pedían, solo que cambiaría un poco los planes —Después de terminar con esto, me retirare.
—Haz lo que quieras, pero traela de regreso —Le ordenó, Marcus lo miro de mala manera para ir en tu búsqueda. Mientras que tu padre debía decir cuál era el trato realmente, y Kurtz era una pieza clave para esto y el juego al fin terminaría después de este último capítulo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Ya sabes lo que debes hacer, hijo.
—¿Quiere que decida entre mí novia, y mí hija? —Cuestiono el castaño, iba a ser una desición difícil, pero no estaba dispuesto a verte sufrir, ni mucho menos ver sufrir a su pequeña.
—No creo que sea tan difícil para ti, pero también tienes un comodín a tu favor, tal vez quieras usar esa carta.
—¿Cual es esa opción? —Indago.
—Tu vida por la de ella, es la única forma en la que dejaré tranquila a T/n.
—¿Que gana Haciendo esto?
—No estoy de humor para responder preguntas, así que decide ahora, o cuando T/n pase por esa puerta —Señalo — acabaré con su vida y no le daré tiempo ni despedirse de ti ni de su hija.
—Si le toca...
—No es momento de amenazas Kurtz, el tiempo corre —Le mostró un reloj —esto es fácil, eres tu o ella. Tu decides.
Era el tiempo de pensar de Kurtz, te amaba tanto que no le importaría dar su vida por la tuya, sería nuevamente una forma de demostrar su amor sincero hacia ti. Por otro lado tu seguías corriendo por aquel bosque, mientras más corrías sentías que esto era un lugar sin salida, y la noche ya era presente dejándote incapaz de visualizar tu alrededor volviendote una presa fácil.
—No te haré daño —Lograste escuchar, te asustaste y trataste de salir corriendo pero la persona que había hablado te había atrapado, trataba de forcejear para escapar pero te sostenía con fuerza — ¡Tranquila, no te haré daño!
—¡Sueltame! —Le gritaste.
—Te soltare, pero no trates de correr —Dijo soltandote despacio — solo trato de ayudarte.