Te fuiste de aquella fiesta, tardaste unos minutos en llegar a casa y debías esperar hasta obtener información de Kurtz. Paso media hora, hasta que recibiste un mensaje "ve abajo" decía este, bajaste casi corriendo para la parte baja del departamento. En la entrada se encontraba Jones tirado en el suelo.
—Jugh —Dijiste yendo hacia el, te acercaste y por suerte estaba consiente —¿donde diablos estabas?
—Esperándote —Respondió, lo estiraste del brazo para tratar de levantarlo. Cuando al fin lograste que se pusiera de pie, hiciste que se apoyara en tu hombro. Pero antes tu celular volvió a sonar, teniendo que responder.
—Te lo deje sano y salvo —Dijo Kurtz detrás del teléfono.
—Al menos podías haberme ayudado a subirlo —Te quejaste tratando de que no se te cayera Jones.
—Hice mi parte, me debes una princess nos vemos luego —Dijo por la llamada para luego colgar, aun la policía lo buscaba y no podía arriesgarse a usar mucho el celular.
[.......]
—Con cuidado Jones —Le dijiste mientras lo ayudabas a ir al sillón de la sala —pesas demasiado... —Lograste recostarlo —ahora solo duerme.
—Solo dime algo, T/n —Dijo Jugh —¿aun sientes algo por mi, aunque sea muy poco?
No sabias que responder, querías hacer las cosas bien pero todo se volvía difícil. Primero el regreso de Kurtz y ahora los sentimientos encontrados de Jughead.
—¿Por que no respondes? —Preguntó al ver que ni siquiera lo miraste —Al menos, ¿fue real?
Desde que pisaste nueva York habías decido borrar todo recuerdo del pasado, pero al tener no frente a ti, dolido y destruido te hacia recordar viejos tiempos.
—Por favor, no te quedes callada —Dijo casi en una suplica.
—Paso mucho tiempo, Jugh —Respondiste al fin —y estoy casada, lo sabes.
—Esa no fue la pregunta.
—Te quiero, y le duele que estés así —Tomaste asiento en el sofá.
—Si me quisieras, no me hubieras dejado solo —Se quejó dolido —Solo di que me amas.
—Te amo Jughead Jones —Le dijiste finalmente correspondiendo a su suplica para que se dignara a dormir o seguiría en si fase depresiva —mañana será otro día, mejor duerme.
Le quitaste sus botas, para cubrirlo con la manta para que no tuviera frío. Lo miraste por ultima vez para alejarte ya que estabas cansada por todo el esfuerzo que había hecho, solo esperabas que cargar a Jughead no fuera malo para el bebé; sentada en el suelo, pensando demasiadas cosas que lo único que hiciste fue llorar, habías prometido que jamas lo volverías hacer, solo te pusiste de pie y limpiaste tus lágrimas para ir hacia la cocina. Tomaste tu computador, para comenzar a realizar trabajos atrasados de tu trabajo. Si no lo mandabas, tu padre se enteraría y se daría cuenta que no estabas en los ángeles como lo habías prometido.
Eran las 3 Am y la puerta de casa se escucho abrirse y cerrarse, tu esposo había llegado a casa y no era una hora adecuada de llegar. Al parecer la fiesta estaba entretenida.
—Amor, ¿que haces despierta —Fue lo primero que dijo Sweet al verte en la cocina, con papeles en la mesa. El hombre se acerco a ti, para depositar un beso en tu mejilla.
—Llegas tarde.
—¿Me puedes decir que hace Jughead dormido allá? —Señalo hacia la sala, tu solo ignoraste su pregunta —responde.
—¿Desde cuando te tengo que decir todo lo que hago? —Te quejaste.
—Solo responde mi pregunta, T/n —Ordeno —te fuiste de la fiesta...
—Jughead necesitaba mi ayuda —Volviste a poner atención a lo que estabas haciendo —se quedara a dormir.
—No, no lo hará —Negó —No puede quedarse con nosotros. T/n... Ya hablamos sobre esto y...
—No quiero discutir, Sweet Pea —Dijiste cansada.
—No discutiré, solo que no se quedara a dormir aquí —Te recalcó —no puedes correr hacia el cada vez que tiene problemas.
Suscitaste cansada, una de las cosas qué más odiabas era que te dijeras que hacer, y Sweet Pea desde que habías regresado trataba de controlar tu vida o eso es lo que tu creías.
—No me hagas esa mirada, amor —Te dijo al ver que habías hecho tu típica mirada de desaprobación.
—No puedes decirme que hacer, Sweet Pea —Le dejaste en claro —el esta solo...
—T/n —Dijo tu esposo haciéndote callar —no estoy pidiendo excusas.
—Y yo no pregunte, el se queda.
—¿Segura? —Preguntó, de alguna u otra su pregunta fue para que decidieras por el o por Jughead.
—Jughead se queda, punto final —Levantaste la voz.
—Bien... —Dijo para tratar de irse, mordiste tu labio inferior con frustración ya que no era tu estilo darle la razón o ir tras de el; lo detuviste tomándolo del brazo.
—Lo siento, amor —Le dijiste.
—¿Cambiaste de opinión? —Indagó.
—No, no lo hice, pero... Eres el hombre de esta casa, tienes la ultima palabra.
—Bueno amor —Sonrió levemente al ver que por primera vez en mucho tiempo le dabas la razón —puede quedarse.
—Prometo compensarte de la mejor manera, amor —Le dijiste.
—Lo único que quiero es ir a la cama con mi esposa y dormir —Te tomo de la mano, para guiarte hacia la habitación.
—¿No quieres darte una ducha? —Le preguntaste al sentir el olor a alcohol en el —te ayudare.
—Si me lo dices de esa forma, acepto —Comenzó a quitarse su chaqueta, tu le sonreiste para comenzar a quitarte tu ropa al igual que el, para ir al baño y encender la ducha.
Al final de todo, la ducha había quedado a un lado cuando se tenían tan cerca del uno con el otro. No pudieron controlarse y ya estaban teniendo sexo en la ducha, tratabas de ocultar tus jadeos y gemidos para no despertar a Jones, pero lo dudabas ya que estaba tan ebrio como para darse cuenta de su alrededor.
—Me vuelves loco —Susurro Sweet mientras besaba tu cuello, tu acariciabas su torso desnudo mientras te dejabas llevar por completo.
—El auto, la cocina y ahora la ducha —Le dijiste recordando momentos —vamos mejorando, ¿no crees?
—Debo demostrarte en todos los lugares, que solo eres mía —Apretó tu trasero —sólo yo puedo tocar esto.
Le sonreiste para volver a besarlo, y volver a meterse en sus papeles para darse placer mutuamente. Después de todo este tiempo, el sexo había mejorado y como suelen decir "Pareja sin un buen sexo, solo son extraños" y tenían razón.
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🐍Sweet Pea y Tu🐍 | Obsesión
Hayran KurguSegunda Temporada. -Obsesion- El inició de una vida mejor, era lo que todo el mundo esperaba de esta realidad. En algún punto de nuestra existencia, ¿Alguien puede amar sin llegar a la obsesión? La mente es tan poderosa que te hace dudar demasiado...