30: Coincidencia.

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    — Kim Hyunjin, artes marciales mixtas... — anotó el nombre y el número de celular en la agenda electrónica —. Perfecto, iré a verla entrenar con una comisión de la compañía.

    — La hermana de Hyeju es genial, Yves, ha ganado campeonatos locales.  

    — Gracias por la recomendación, la visitaré en la arena de entrenamiento esta semana — les sonrió encantadora.

    — Gracias a ti, Sooyoung-ssi.

    — Es parte de mi trabajo, además, si ustedes me hacen esa sugerencia, confío en que es una buena atleta — contestó con voz suave. 

Hyeju guardó silencio y dirigió su mirada al rostro tranquilo de Sooyoung, pensó: 

"Eres muy amable y cortés, Sooyoung. Ya veo porqué Chaewon te estima tanto, creo que fuiste muy buena con ella en el pasado. ¿Qué te hace tan agradable?".  

   — Disculpen si soy imprudente pero, ¿tienen planes para esta noche? — dijo Sooyoung con la mirada fija en ambas. 

   — Oh no, de hecho ya nos vamos a la estación de metro — respondió Chaewon.  

   — Suban a mi coche, les daré un aventón.

   — Gracias Yves, pero creo que podemos caminar.

   — Chicas, la estación de metro está a quince cuadras de aquí. Es demasiada distancia, no por nada Jinsoul y Yeojin se mueven en vehículo por toda esta zona — soltó Sooyoung ladeando la cabeza en signo de desaprobación. 

   — Realmente creo que podemos ir a pie, gracias — murmuró Chaewon insegura. 

   — Oye Hyeju — llamó Sooyoung —, la tienes difícil con Chaewon, ella tiende a ser necia y terca cuando no acepta la realidad. 

Hyeju sonrió incómoda. 

    — No soy terca — protestó Chaewon riendo. 

    — Entonces vengan conmigo, de todas formas pasaré por la estación.

 Salieron por la puerta de cristal que daba directo al estacionamiento y caminaron detrás de Sooyoung. Después de una pequeña pausa en la que admiraron el costoso deportivo, subieron:

    — Siéntanse cómodas, pronto llegaremos — sugirió Sooyoung con una voz dulce. 

El ambiente dentro del suave auto era tenso y silencioso hasta que Chaewon habló: 

     — Ya es muy tarde, ojalá Yeojin regrese temprano a casa. 

     — Es una adulta y además, está con Jinsoul, no le pasará nada. Es muy noble que te preocupes tanto por tu hermanita — respondió Sooyoung viéndolas desde el espejo retrovisor. 

     — Creo que tienes razón. 

    Hyeju y Chaewon entrelazaron sus cálidas manos y repasaron cada detalle del coche: sus asientos, los cinturones de seguridad, el tablero y las luces; todo lucía tan ordenado y elegante, ese espacio era el reflejo personal de su dueña.  

     — Ustedes se ven muy lindas juntas, hacen una buena pareja — confesó Sooyoung sincera. 

    — Gracias — contestó Hyeju mientras veía atontada el rostro de su novia.

   — Oye Hyeju, ¿qué se siente ser la novia de tu atractiva y mandona jefa? — la publicista se burló haciendo incomodar a Chaewon. 

    — Es duro soportarla — respondió riendo —, pero estoy dispuesta a hacerlo. 

   — Me da gusto escucharlo. 

    El trayecto continuó con un silencio sepulcral. Repentinamente, una camioneta negra BMW x5 se atravesó bruscamente delante del vehículo. Las dos policías se indignaron ante el hecho, sin embargo, la pelirroja no se inmutó: reconoció la placa y sonrió de lado un poco acalorada por el pequeño susto. Subió las ventanas del coche y encendió el aire acondicionado. 

    Escuchó a sus pasajeras en el asiento de atrás hablar sobre la peligrosidad de atravesar la vía pública de esa forma, sin embargo, la acaudalada publicista no se manifestó ante el incidente. Se detuvo en un semáforo y  se disculpó porque quería despojarse de su blazer que dejó entrever la blusa de tirantes  que traía debajo  y su tatuaje floral. 

    — Yves, no mentiste sobre lo de tu tatuaje — comentó Chaewon con la mirada fija en su pecho. 

    — ¿Te asombra que sea tan grande?

    — Me parece un tanto doloroso, en especial en la zona del esternón y los músculos del cuello — dijo dudosa. 

    — En lo absoluto. En mi caso fue muy gratificante hacerlo. 

    — ¿Qué me dijiste que simbolizaban esas flores?

    — La atracción al peligro...

    Sus rostros tensos se reflejaron en la brillantez del polarizado oscuro que dificultaba la visión de las no acostumbradas, Son y Park. Recorrieron unas cuantas cuadras más hasta llegar a la iluminada estación. 

   — Bueno, espero hayan disfrutado el viaje. 

   — Muchas gracias, Yves.

   — Gracias, Sooyoung. Ten un buen viaje.

   — Adiós, espero nos veamos pronto — hizo un gesto de despedida acompañado de una amplia sonrisa. 

    Seguidamente, la pareja se bajó del automóvil, y luego de unos segundos lo  vieron partir.  Se quedaron atónitas al darse cuenta que la camioneta con la que casi choca en el boulevard, seguía a Sooyoung por la oscura carretera iluminada gracias a unas pocas lámparas.

    — Amor, tomaré el vagón rumbo a mi casa. ¿Quieres dormir conmigo esta noche? Ya acondicioné el cuarto de Yeojin.

Hyeju no despegó la mirada de la carretera. 

     — Hey, reacciona. Parece que viste un fantasma, tonta.

    Un tierno beso fue la pócima que deshizo el misterioso hechizo del cual Chaewon desconocía: la calidez de sus labios le devolvió a Hyeju la vida que perdió en un suspiro desencantado. La menor tomó sus manos y se aferró a ellas por unos cuantos minutos mientras la veía a los ojos brillantes. Cuando se sintió satisfecha, las soltó y se abrazó al cuello de su novia. Aunque la cobriza era más baja que ella, sintió la protección que necesitaba cuando apoyó el mentón en sus mechones de cabello perfumados con una delicada fragancia amaderada. 

     — Amor, estamos en el metro — rio cerca de su oído.

    — Te amo, te amo demasiado Chaewon. Mi Park Chaewon...

    — Lo sé, suéltame Hyeju. Nos están mirando demasiado — susurró afectuosa . 

    — Te cuidaré mientras la vida me lo permita — contestó Hyeju aún aferrada a su cuerpo.

    — ¿Te sientes bien? —la apartó entretenida ante lo que escuchaba —. ¿Quieres irte ya de este mundo? Ni siquiera hemos hecho un testamento, amor.

    — No  estoy bromeando — Hyeju la miró con frialdad y seriedad, logrando que se callara. 

    — Bien — Chaewon contestó extrañada por repentino cambio de humor — ¿Vendrás?

    — Sí  — murmuró vacilante. 

     — Te amo. 

   La cobriza besó sus labios de nuevo pero su novia  no le correspondió, simplemente la volvió a ver con desdén; esto era algo que Chaewon no se explicaba. Sin más, el lobo acompañó a su presa hasta su apartamento. Tenía miedo, temía por la vida de su pareja, temía por la seguridad de la reconocida inspectora Park Chaewon. Debía acabar con el problema de raíz y sólo lo lograría planeando la muerte de su principal enemiga.

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Nota:   Disculpas anticipadas por lo que se viene <3

BTW, me gustaría ver a  Yves con tatuajes. 

Identidades Difusas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora