37: Fuego.

32 5 0
                                    

     —¿Estás anotando? — dijo con un  hilo de voz. 

     — Sí Jinsoul. Sé que te encuentras delicada y lo entiendo, pero por favor, haz el esfuerzo por recordar lo que pasó. Una vez acabemos, te dejaré descansar.

    La comisaria Park Chaewon recibió un importante aviso esa mañana:  Jinsoul por fin despertó del coma la noche anterior. Su estado mejoró  y el personal médico se encargó de su cuidado y de alertar a los familiares, que luego de un tiempo prudente,   contactaron con la policía para obtener el testimonio.  Los aparatos médicos emitían el típico sonido que caracterizaba a la zona de cuidados intermedios. 

     — ... cuando salimos de la delegación, Jungeun condujo rumbo a mi casa... Una camioneta negra de lujo nos siguió y de ella se bajó una mujer joven...  Creo que chocamos, no lo sé... no recuerdo muy bien, quizás lo olvidé por la impresión...  — su respiración sonora pausaba ligeramente su relato. 

    — ¿Cómo era esa mujer?

    — Era mala... Jiwoo, ese es su nombre verdadero... 

    — Jiwoo — repitió la comisaria, recordando haberlo escuchado antes.  

    — ... Jungeun es tan correcta que quiso arrestarla, pero ella ya nos había disparado... Creí que moriría cuando vi su sonrisa cínica... Luego que me golpeara, todo se puso oscuro y alcancé a escuchar algo a lo lejos, creo que fueron... ¿maldiciones?

    — ¿Qué tipo de maldiciones?

    — Jiwoo estaba enojada con alguien... Jungeun... Jungeun me defendió... escuché que la mujer gritó del dolor y siguió quejándose... creo que me desvanecí, pero escuché unos leves gemidos a mi alrededor que  se silenciaron en mi mente poco a poco... 

   — Creo que debes saber esto: tenemos las pruebas suficientes  que  esclarecerán el crimen. Con tu testimonio y el registro de ADN, el perfil criminal de la cabecilla de Edén está completo. 

  — Chaewon, por favor, detenla... casi nos asesina... 

  — He escuchado todo lo que necesitaba saber... giraré una orden de captura a nivel nacional e internacional, Jiwoo alias Chuu no escapará de la justicia. 

    Pasados unos segundos, el silencio entre las amigas se prolongó en la fría habitación  olorosa a químicos de limpieza.  Jinsoul posó sus ojos en el rostro preocupado de la comisaria y sonrió sutilmente cuando su compañera cerró la libreta de registros de la policía y guardó la grabadora de voz. 

  — Gracias por apoyarme, Chaewon. ¿Puedo preguntarte algo?

  — Por supuesto. 

  —¿Cómo te sientes luego de la ruptura con Hyeju? ¿Ha pasado algo más?

    La comisaria Park dudó un momento en responder. Había tenido tantas emociones y tareas que le fue imposible reflexionar siquiera en la existencia de Hyeju y su relación pasada. Recordó vagamente su despedida en la oficina, y la vio de reojo durante el reconocimiento de la escena del crimen contra Jinsoul y Jungeun; sin embargo, no se interesó en ella. Chaewon no tenía tiempo de lamentarse ante la repentina ausencia que ignoró desde que Hyeju no se presentó a trabajar en casi dos días. 

    — Eso no importa ahora — tomó la mano de su amiga y le sonrió—. Piensa en ti y en tu recuperación. Yo estaré bien. 

Jinsoul cerró sus ojos debido al molesto resplandor de las luces blancas de la habitación y comenzó a quejarse del dolor en su pierna.  Quiso acomodarse pero le fue imposible: 

Identidades Difusas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora