31: Ruego.

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    — Prepararé la ducha, necesito un baño; si quieres lo hacemos juntas para ahorrar agua. Quizás así se te quite la cara tan amarga que traes.

     Llegaron al apartamento en silencio, exceptuando unas pocas frases hechas por Chaewon e ignoradas por Hyeju. Luego de una intensa reflexión en su cabeza, se decidió a filtrar parcialmente el expediente y eliminar cuanto antes a Chuu. Lo haría en compañía de Heejin, y sería algo que la ingenua inspectora Park desconocería. Según ella, Chaewon era  frágil y sensible, inconsciente y confiada, dulce y apacible; tanto que no podía imaginarla siendo víctima mortal de Edén.

    — Quiero que pruebes estos jabones de coco, también tengo aceite y esencias relajantes — Chaewon caminó hasta su novia, y la abrazó en búsqueda de calidez —: pasemos una linda noche, Hye.   

 Apoyó su cabeza en el pecho de la joven y se detuvo a escuchar los latidos de su corazón. Le resultaban familiares, pero por alguna extraña razón no se sentía cómoda, presentía algo. 

    — No me ignores, no me gusta — expresó cabizbaja —. Si quieres entremos ya a la ducha.

La loba le hizo caso.

    — Amor, quizás no quieras hablarme pero creo que podrías decirme la razón, si es que te apetece. ¿Es porque hoy nos vimos con Sooyoung? — cuestionó llena de shampoo y con los ojos cerrados.

El único sonido que escuchaba era el del agua cayendo. 

    — Estás rara, no sé por qué te comportas así. Me quedaré en silencio, si eso quieres. 

 Hacía tiempo que Chaewon dejó de existir en los pensamientos coléricos de la intranquila Hyeju:

"Manipulas todo a tu antojo, Jiwoo. Esa camioneta es la misma que usas para moverte en tus sucios negocios... Estás arrastrando a más personas inocentes a tu vida. Sooyoung no parece mala, y ella no encaja en este infierno en el cual me atormentas. Te odio, porque diluiste mi verdadera esencia e identidad".

Deseaba descargarse.

    — Amor, te dejo la ducha desocupada. Pondré algunas ropas limpias para que te vistas— susurró Chaewon con una pizca de paciencia.

    Hyeju terminó de ducharse, después tensó los músculos de su cuerpo y se secó. Cuando salió se encontró con Chaewon, quien descansaba plácidamente en la cama. Estaba de  espalda y al sentir el tacto de su limpia y olorosa novia entrando  en su lecho, se volteó y le besó la frente.

Ni siquiera esto no pudo tranquilizar a Hyeju.

    — Te amo, mi agente Son — la abrazó con ternura.

Hyeju veía su reflejo en los  resplandecientes ojos de su novia, su mirada era tan ingenua como la de un cervatillo a punto de ser devorado por su cazador.  Silencio absoluto.

   — ¿Actúas así por Sooyoung? — cuestionó preocupada —. Amor, yo no tengo ningún interés en ella, desde el principio he sido honesta contigo. Dime qué sucede, por favor...

   La pelinegra calló sus palabras con un beso no correspondido, tan salvaje, tosco y grotesco que le desangró los labios a Chaewon; le impidió separarse y respirar, y poco a poco la ahogaba en dolor. Chaewon no tenía más remedio que empujarla, creyendo  que escaparía del contacto no deseado.  

    La ira rebalsó en la angustiada mente de la criminal:  odiaba a Chuu y amaba a Chaewon, pero en ese momento no existía la cobriza ni el más mínimo respeto a ella. Se dejó llevar por el impulso animal lobuno y la sometió sin compasión, imaginándose que Chuu estaba en su lugar. Cuando se sintió satisfecha, la miró despectivamente; esto hirió  a la horrorizada Chaewon:

    — Hyeju, tranquilízate, ¿por qué haces esto? — sollozó miedosa. 

   La menor omitió la orden. No podía soportarlo más, quería ser dueña de su propia existencia: deseaba ser la insignificante Son Hyeju, la chica misteriosa de la cual se enamoró Chaewon; pero no podía, porque  debía actuar como Olivia Hye, *"topo"  de Edén. 

    — ¡Hyeju!—murmuró  desconsolada —. ¿Por qué me tratas así?

   La pelinegra apoyó su peso sobre su débil novia  y atrapó sus frágiles muñecas que  dejaron de percibir sangre debido a la fuerza descomunal. Chaewon se quejó, su tórax dolía, al igual que sus sentimientos confundidos que no se explicaban el odio que estaba recibiendo. Su sufrimiento se alargó: 

   — ¡Detente!, duele mucho — forcejeó con la esperanza de librarse de dos posibles fracturas. 

La oveja desvistió su alma y la demoníaca loba resurgió.

  — Jiwoo... — gimió lastimera. 

Soltó sus muñecas y con la mirada perdida, sujetó el cuello de la desesperada Chaewon. 

   — Esto será lo último, Kim Jiwoo...   

   Chaewon sintió el peligroso tacto que lentamente la asfixiaba,  ese demonio no era su Hyeju; y ciertamente, aunque no podía procesar la situación, debía actuar rápido. Pero no pudo, porque se quedó congelada hasta que percibió un mordisco doloroso en el cuello. Gritó imaginándose lo peor:  

   — ¡Por favor! No me lastimes más...

   La sensación de ahogo se desvaneció repentinamente, abrió los ojos llenos de lágrimas y apenas pudo enfocar a una arrepentida Son Hyeju. Jamás se imaginó que su complaciente novia pudiera causarle tanto daño. Estaba en shock, de su boca pendía un hilo de sangre y el pulso  en su cuello evidenciaba su agitado corazón. Tapó su cuerpo con la sábana y se sentó al borde de la cama mientras observaba su arma de equipo ubicada en la mesa de noche. 

    — Chae... — murmuró llorando.

    — Vete— suplicó sin energías.

    — Perdóname...

    — ¡Que te vayas! — gritó furiosa entre lágrimas.

   La asistente forense agarró sus pertenencias, todavía asimilando lo que acaba de hacerle a la persona que se supone, protegería con su vida. Se hundió en la miseria cuando vio a Chaewon abrazándose a sus piernas en busca de consuelo; la escuchó sollozar decepcionada y rota.

    — Chaewon...

    — ¡Déjame sola! ¡Ya no te quiero!, ¡ya no quiero que te me acerques! — rogó inaudible. 

No hubo respuesta pero la cobriza sabía que aún seguía ahí paraba: 

    — ¡¿Que no lo entiendes?!, ¡largo! No quiero seguir contigo...

La pelinegra huyó del apartamento casi desmayándose. Finalmente, la loba la hirió y rompió en mil pedazos.


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*"Topo" es agente secreto. 

Me dolió escribir este capítulo, los siguientes serán ¿emocionantes?, ¿dramáticos?,  no lo sé, espero les guste.  


Identidades Difusas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora