"Considero que es positivo que te acerques de nuevo a Hyunjin. Relacionarnos con nuestros seres queridos es una excelente herramienta en este proceso. No estás sola Hyeju y sé que será un gusto para ella verte otra vez y charlar acerca de lo que han hecho".
La dueña de estos recuerdos maldecía por dentro con la mirada en dirección al suelo, cada palabra de la psicóloga Choi le hacía mella. Suspiró fastidiada restándole importancia a las recomendaciones de Yerim. Si bien admiraba su profesión, mantenía cierta resistencia en su proceso personal y a las largas sesiones a las que había acudido.
Contaba algunas piedras cercanas a sus pies a medida que avanzaba por el sendero de un parque recreativo a orillas del Río Han, una vez llegó a su destino se sentó en una banca cercana a unos brotes de flores que estaban próximos a abrirse. Sujetó delicadamente uno de ellos y lo observó. Eran mediados de marzo, pronto la primavera llegaría a su máximo esplendor. La belleza natural al finalizarse la estación invernal era algo muy admirado por las personas que frecuentaban el lugar, a pesar que aún podían sentirse las bajas temperaturas. Lastimosamente Son Hyeju no podía darse el privilegio de disfrutar del paisaje pues el tiempo que le impuso Chuu la consumía con lentitud.
Para su desgracia su día podía ser peor: la noche anterior lavó apurada su ropa de civil, (hacía tiempo que no la necesitaba al haberla reemplazado por uniformes policiales), para su cita con Hyunjin, no podía ir vestida con ropa de trabajo, porque pensó que podría incomodarla. Tomó un hoddie y unos jeans húmedos que destilaban un escandaloso olor a detergente. Odiaba pensar en la posibilidad de atrapar un resfriado.
No lo soportaba, le irritaba que otras personas le impusieran las decisiones a cumplir: primero Chuu con su estúpido plan criminal, luego Heejin que la seguía como un perro guardián y finalmente, la psicóloga Choi Yerim que le recomendaba que conviviera más con Hyunjin. Sin embargo, Son Hyeju reconocía que las primeras dos eran las mujeres más insoportables y peligrosas que había conocido, así que podía lidiar tranquilamente con Yerim y la terapia. Como ese día trabajaría en horario vespertino, decidió llamar con anticipación a Hyunjin y seguir los consejos de Yerim.
"Jamás debí citarla. No entiendo por qué estoy haciendo esto... Si Heejin me ve pondré en peligro a Aeong, lo mejor es que esté lejos de ella". Se lamentaba a punto de irse.
— ¡Hey! Hyeju por fin te veo — gritó una chica pelinegra de figura atlética — ¿Cómo has estado hermana?
—Hyunjin, diablos, has crecido demasiado — exclamó sorprendida.
— ¿Tú crees?
La sonrisa en el rostro de Kim Hyunjin era brillante, como si se tratara de una niña pequeña que ha recibido su regalo más preciado. Era su amiga de la infancia y al terminar de madurar juntas, su trato evolucionó hasta el grado de comportarse como hermanas de sangre. Se sentó con ella.
— Creí ya no nos veríamos luego de aquel evento.
— Aeong, no me distanciaría de ti si tú no lo quisieras. Es sólo que todo ha sido un tanto difícil...
— Hermana, te quiero y en este tiempo he reflexionado sobre lo que sucedió en el pasado... Sé que no hablamos seguido, pero siempre has estado en mi mente. Quizás no te agrade hablar del tema de nuevo, pero me gustaría disculparme contigo por lo que te hice.
— No te preocupes por ello, sé que me lo advertiste y aún así decidí hacerlo...
Flashback
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Identidades Difusas.
Fanfiction"Lloró porque encarnó el refrán del lobo vestido de oveja". La experimentada inspectora policial Park Chaewon debe detener al poderoso grupo criminal Edén, con ayuda de su equipo de trabajo y en especial, con el apoyo de la asistente forense So...