8: Bienestar.

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     — Que gusto conocerte, cuéntame cómo te ha tratado la vida,  Hyeju.

                La clínica de la psicóloga Choi Yerim  tenía plantas decorativas  e inspiraba confianza y calidez como si fuera un hogar. Ambas estaban sentadas de frente en cómodos sillones de cuero fino.  Sus libros se encontraban ordenados sobre un estante cercano al gran ventanal que mostraba una escena invernal al otro lado de la calle. La psicóloga Choi la veía con una sonrisa sincera mientras escuchaba todo lo que tenía para contarle, que a decir verdad era muy poco pues Son Hyeju aún mantenía cierta resistencia a entablar conversación. 

    — ¿Tienes frío? Te noto un poco temblorosa, déjame poner la calefacción.

    — ¿Esta será la única consulta a la que vendré? — habló cortante formando una línea recta con sus labios. 

    — No, quiero saber qué más sucede contigo, ven a visitarme la próxima semana y por favor practica los ejercicios de relajación que te he recomendado — dijo amable. 

    — Sí, sí — murmuró hastiada.

     — Mencionaste que tenías un gran problema que no sabes cómo solucionar. ¿Te gustaría platicar más sobre ello? Puedes comentarme acerca de eso que te tiene tan mal.

"No, por favor no insistas más, Yerim...". Pensó harta. 

    — Es muy íntimo, tiene que ver con mi familia. 

   —  Hablaste  muy poco de tu familia en esta sesión.

   — Ellos no están aquí... Me he criado al final de mi adolescencia con los padres de una amiga de la infancia.

   — Entiendo.  ¿Cómo se llama tu amiga?  — Yerim asentía y veía a su paciente con empatía, expectante de conocer su historia.

   — Hyunjin.

   — ¿Cómo ha sido tu relación con ella y su familia?

"Demasiadas preguntas por hoy, psicóloga Choi".

    — Buena — suspiró y cortó con la  plática,— preferiría salir un rato a la calle...

    — Bien, creo que has tenido un buen avance hoy, el hecho de aceptar que necesitas comunicarte para sobrellevar tus cargas emocionales te hace una persona muy fuerte. Lamento la situación con tu familia biológica, luego podemos hablar de ello.

    — Sí.

     — Tus expresiones han variado a lo largo de nuestra reunión. Primero estabas nerviosa y ahora ya no demuestras emociones. ¿Me equivoco si digo que ese acontecimiento ha impactado de alguna manera en tu vida? — Yerim sabía la respuesta, pero necesitaba que no se perdiera la conversación.

     — Toda mi vida cambió cuando ellos murieron.

     — Comprendo, es algo  que te genera tantas emociones a día de  hoy... ¿En qué sentido te ha afectado?, por cierto, disculpa un momento, debo abrir tu expediente en mi base de datos — la profesional se dirigió a su escritorio e hizo lo debido sin dejar de prestarle atención a la paciente. 

"Esto es oficial, ahora tengo un expediente  para que sigas escribiendo cosas sobre mí, no puede ser... Ya estoy harta Choi Yerim, eres tan parlanchina... ni siquiera quería venir aquí desde un principio". Pensó Hyeju fastidiada.

      — Ellos aún no sabían de mi oscuro secreto... nunca supieron en quien me convertí ni en la eterna carga que arrastro —  bajó la cabeza aparentando tristeza, trataba de manipular la situación para escapar de ese consultorio.

Pero se equivocó: entre más hablaba, más detalles le pedía Yerim.

"Quizás he levantado demasiadas sospechas por hoy. A Chuu no le gustaría que nuestro plan se filtrara por mi culpa... Debo controlarme y evitar mencionar lo que no me conviene...  Es momento de acabar con esta plática, Choi Yerim".

          Su mirada repasó los movimientos delicados de la terapeuta que escribía en su ordenador todos los detalles de interés en esa sesión;   Yerim  la miraba expectante con una  sonrisa que comenzaba a generar en Hyeju cierta comodidad, a fin de cuentas,  la psicóloga no era tan insoportable como sus preguntas. 

       — Ese "oscuro secreto" que mencionas parece ser muy importante en tu vida, a lo que me refiero es que te ha marcado tanto... ten la confianza en decirme de qué se trata —  la observó curiosa y  con los ojos bien abiertos.

"Desviaré la conversación con este tema y jamás vendré a esta estúpida clínica".

      — Psicóloga Choi, seré clara... mi secreto es que me gustan las chicas lindas como usted — Son Hyeju fingió una sonrisa seductora y se acercó lentamente al escritorio de Yerim, apoyó sus brazos en este y fijó su mirada en ella. 

        Con esos movimientos teatrales, Hyeju creyó que controlaba la situación, sentía el éxito de librarse de la insoportable sesión con aquella extraña mujer que tenía en frente. Para ella, Yerim era un tanto agradable, lo admitía, pero odiaba que le "obligara" a hablar más de la cuenta, desconociendo que era una posible delincuente en cubierto. 

    — ¡Gracias! ¡Eres tan encantadora! — exclamó con una risa sincera. 

      La verdad es que el plan de Hyeju fracasó en el sentido de incomodar  a su terapeuta, sin embargo, triunfó cuando Yerim dio por finalizada la sesión, no sin antes explicarle que posteriormente hablarían del tema de aceptación  y dejarle claro que no estaba interesada en salir con alguna de sus pacientes; aunque Son Hyeju tampoco  tenía intenciones de reunirse con alguien más que no fuera la Inspectora Park.

Identidades Difusas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora