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La repentina confesión le heló la sangre con rapidez, no había visto venir la noticia.

-¿Qué...?

-Tengo un tumor en uno de mis pulmones, los doctores dicen que como no presento más síntomas que la fatiga, la enfermedad aún está en sus primeras fases...

-P-pero... ¡Hay que decirle de esto a mamá!

-Lo sé, SunWoo. Pero no sé cómo decirle que si el tratamiento no funciona puedo morir... Y que, no tengo dinero para el tratamiento en este momento.

-¿Cómo? ¿Y tu trabajo?

-Hijo, ya no recibo el mismo salario de antes, ya tengo más de 40 años, estoy viejo... Y la empresa ya no quiere pagarme igual porque hay mejores talentos y más jóvenes también. El dinero que recibo se ha ido únicamente en gastos de tu carrera universitaria y tampoco he tenido el valor de comunicarle eso a tu madre.

-Sin importar eso, yo creo que lo mejor será decirle la verdad, papá...

-Ella se va a sentir mal, sabes que aunque casi nunca demuestra sus emociones se preocupa por nosotros, y mucho. Se va a estresar demasiado por conseguir dinero para apoyarme y no digo que eso sea malo, pero no quiero verla llegar más cansada de lo que ya lo hace,ni mucho menos guardar toda esa carga ella sola...

-Se va a sentir peor si la engañamos y le ocultamos esto. Ella es nuestra familia, la única que ambos tenemos papá... Tiene el derecho de saberlo. Y del dinero, no te preocupes, yo lo voy a conseguir.

-Hijo...

-Padre, yo los amo a los dos. Ustedes se han esforzado para mí toda la vida, es momento de que yo haga algo por ustedes. Haré lo que tenga que hacer, pero porfavor dile la verdad lo más pronto posible. Cuando te sientas preparado díselo, pero no esperes hasta las últimas consecuencias. ¿Está bien?

-Eres el mejor muchacho del mundo mi querido Sunnie... Ven aquí y dame un abrazo antes de que llore —le pidió, para luego abrir sus brazos y envolver al peliblanco entre ellos—

El silencio gobernó el ambiente, pero no era incómodo, ni mucho menos lúgubre o triste, sólo un padre y su hijo abrazados sólo esperando lo mejor para el contrario en el futuro y deseando seguir juntos ante la adversidad.

Estando tan inmersos en su abrazo tan cálido y reconfortante a la vez, no escucharon las llaves ni la puerta.

JiSoo, acababa de llegar muerta de cansancio pero feliz de poder ver a su querido esposo y a su preciado hijo. Se encaminó a la sala sin encontrarlos allí y fue que percibió un delicioso aroma proveniente de la cocina. La sorpresa de su parte no se hizo esperar ya que era raro que Seok cocinara, así que fue lo más pronto posible al lugar a verificar que no estuviese llorando mientras preparaba sus platillos favoritos.

Al estar ya en la puerta, vió como su esposo lloraba en brazos de su hijo. Entonces, silenciosamente se acercó a ellos, uniéndose al abrazo que compartían.

-Mamá... ¿Cómo estuvo tu día?

-Pues, estuvo bien Sunnie. Sólo trabajo y más trabajo, pero es bueno llegar aquí y verlos así. Ustedes siempre... Consiguen hacerme sentir bien. —expresó, sintiéndose algo tímida ante sus palabras—

-JiSoo... Necesito, decirte algo... Pero... Por favor, no te molestes conmigo... —imploró estando de rodillas ante ella—

-Claro, Sun, ¿nos das un minuto?

Pero justo antes de que el menor se retirase de la cocina, su padre le tomó la mano.

-No amor, que Sun se quede... Porfavor...

-¿Qué está pasando? ¿Te ocurre algo, cielo?

-Y-yo... Hoy fuí al hospital... Y... Los doctores dijeron que... Mi fatiga... Mis mareos y esos pequeños desmayos... Son... Son síntomas de cáncer. —sollozó sintiéndose miserable de no poder ser un hombre en excelente estado para estar al lado de aquella gran mujer que tenía por esposa—

Los ojos de la pelinegra se ampliaron y ella quedó congelada por unos minutos que parecieron una eternidad ante la mirada triste de su marido que la observaba desde abajo.

-¡Lo siento mucho! No quería... Que te preocuparas... Debí ir a hacerme esos chequeos mensuales, debí prevenir esto. Yo debí ser mejor hombre para tí, estar al mismo ritmo que tú, pero no fuí suficiente...

Y entonces, ella cayó de rodillas al suelo y abrazó a su esposo con fuerza, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y la punta de su delgada nariz se tornaba color carmín. Los hípidos no se hicieron esperar por su lado, estando asustada de perder al amor de su vida.

-Seok, estaré aquí siempre para tí mi amor porque jamás me iría de tu lado, somos dos mundos unidos por el amor, ¿recuerdas? Y tenemos un lazo... Que jamás se va a romper. Vivo en tí y tú vives en mí. No vuelvas a decir nada malo de tí jamás, ¿me oyes? —declaró acunando las mejillas del mayor entre sus delicadas y tersas manos—

-Está bien...

El más pequeño se arrodilló junto a ellos y les sonrió, para luego mirar a su padre asintiendo con lentitud animándole a continuar diciendo la verdad.

-Y respecto al tratamiento... No tengo dinero para eso, cielo... Ya mi salario no alcanza...

-No te preocupes, yo voy a ingeniármelas para conseguir ese di... —sus palabras fueron detenidas por la mano de su hijo Posada con sutileza sobre su hombro izquierdo—

-No, mamá... Voy a conseguir un trabajo y yo voy a correr con el tratamiento de papá, tú sólo preocúpate por apoyarlo como siempre. Yo soy testigo de cómo se han apoyado mutuamente toda su vida... Y cómo se han esforzado por darme todo lo que han podido, mucho más el amor y cuidado que me dieron. Así que es mi turno de velar por ustedes, estén tranquilos.

Los dos adultos miraron a su pequeño hijo quién tenía un semblante decidido y sonrieron. Fue allí que supieron que tenían un hijo maravilloso.

El momento familiar se vió interrumpido por un extraño olor. Acaso... ¿Algo se quemaba?

-¡Rayos! ¡La comida! —el mayor se apresuró y se incorporó, suspirando aliviado cuando se percató de que sólo había sido una pequeña parte— Uf... Logramos rescatar todo.

-Ustedes dos son de verdad lo más feliz de mis días... —admitió—

-Y tú lo mejor de nuestra vida, mamá. Oigan papás, quiero preguntarles algo...

-Sí, dinos Sunoo...

-Pues... —no, era mejor decirles lo de la propuesta cuando consiguiera el trabajo, así que decidió cambiar su pregunta— Ustedes, ¿creen que será difícil hallar un buen trabajo?

-Ay, eres el mejor de todos Sunnie, a dónde te presentes seguro ganarás el puesto, así que sólo quédate alerta a cualquier oferta y toma las oportunidades a la primera.

Su padre tenía razón, debía estar atento a todas las ofertas laborales... Y eso incluía la oferta de la señorita Hwang YeJi.

You're My Criminal [SunKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora