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Estaba tranquilamente dormido.

Después de tantos sucesos extraños y que se le otorgase un día libre, el cansancio acabó provocando que buscara la posición más cómoda posible en el escritorio para rendirse a los brazos de Morfeo.

La puerta fue abierta. Por el único que tenía la llave, obviamente.

Riki se encontró con la imagen de Sunoo durmiendo plácidamente. Se acercó con cuidado de no despertarlo y así observar más que su cabellera de finas hebras blancas. Dejó la ropa a un lado y se acercó lo suficiente para observarlo.

¿Podía haber una persona con ese nivel de belleza? Pues... En realidad no, pero Sunoo, él era esa excepción.

Se halló a sí mismo admirando ese rostro que al parecer había sido tallado por los mismos ángeles. Esa expresión de tranquilidad mientras dormía, sus largas y rizadas pestañas sobre sus pómulos levemente sonrojados, los ligeros movimientos que hacia su nariz involuntariamente con las suaves respiraciones que daba... Y sobre todo, el lindo puchero en los labios rojizos y rellenitos.

Recordó entonces el incidente de apenas unas horas antes. Si es que podía llamarle de esa manera a la situación a la que lo llevaron sus instintos, algo que en realidad él también quería. Aunque de todos modos no sabía realmente si el contrario que ahora se hallaba completamente en un profundo sueño lo había querido en la misma medida.

Al sentir una respiración más bastante cerca de su rostro, comenzó a abrir sus ojos. Y se encontró con Riki observándole.

-¿Q-qué haces?

-Nada... Sólo... Te veía dormir... —era la verdad a fin de cuentas—

-Tengo hambre... —al parecer lo había dicho sin pensar, puesto que se cubrió la boca con timidez al pensar en sus demandas— Es decir... No, este... Olvídalo, se me pasará...

-No, de hecho y-yo... Traje comida. No sé si te guste. No sabía que traer así que opté por teokbokki...

Era consciente de que no lo había elegido a conciencia, pero el hecho de pensar en que había elegido su comida favorita... Hizo que diversos colores se subieran a su rostro sin su permiso.

-¿No te gusta? Puedo ir por más si tú quie- —la negación con la cabeza de Sunoo lo hizo parar de hablar—

-No... No es eso... Sólo... Es mi comida favorita, te lo agradezco.

¿Desde cuándo se avergonzada con alguien más? ¿Desde cuando tenía la capacidad de ser tan idiota con alguien?

Y no idiota por descortés, idiota por el hecho de tener cobardía de esa manera.

-No es nada... No tienes que agradecer nada, te debo muchas disculpas después de todo. Te traje ropa también.

-Pensé que lo olvidarías por el estrés. Yo... Antes de comer quisiera asearme y cambiarme. ¿No te importa?

-Este... No. Yo puedo esperar.

-Qué grosero eres contigo mismo Hwang Riki. "Yo puedo esperar"?

Ya que el estudio tenía baño propio, Sunoo aprovechó en entrar con la ropa limpia a la pequeña habitación. Se tomó poco tiempo puesto a que pese a no tener la mejor relación con el otro, hubiera sido descortés dejarlo esperando un largo tiempo y sobre todo dejar que se enfríe la comida.

Al salir el menor ya había puesto la comida en la mesa y ambos empezaron a comer a gusto.

Durante el lapso de haber almorzando, no hubo palabras. No había necesidad de decir algo. O al menos ninguno lo sentía así.

Se dieron cuenta de que habían terminado la comida mucho después de lo que en realidad lo habían hecho. Sólo se quedaron contemplando el escritorio vacío, evitando a toda costa mirarse.

Ya que ahora ambos podían recordar perfecta y claramente lo del beso frustrado que ambos tuvieron.

-Parece que ya habíamos terminado.

-Sí. —abrió la boca para hablar pero pareció pensar un poco más antes de hablar—Oye SunWoo.

-¿Si?

-Lo del beso... Es decir, del que casi ocurre... Yo, lo siento...

-Oh? No tienes porqué. Yo-Yo

-No en serio. No tenía que pasar... Ni siquiera sé porqué dije que quería en primer lugar, no podría haber más que sólo trabajo entre nosotros. Por muchos motivos, uno que tú planeas irte cuando tu trabajo termine... Otro es que... No es correcto. Y por último, tú y yo jamás vamos a establecer una relación que no sea de trabajo-odio entre nosotros.

Él mantenía la cabeza gacha y sentía un... Un pequeño dolor en su pecho que no podía explicar. Pero lo más posible era que se debiese a las palabras dichas por el rubio.

-¿Entiendes? —asintió, aún sin mirarlo— Además, no soy tu tipo, lo sé... Y tú... Tampoco eres el mío. Ambos perderíamos tiempo en algo que no va a ser de provecho... Oye, ¿quieres beber algo? Quizá un jugó o una so-

-Llévame a casa. —sus palabras siendo rápidas, secas. Duras—

-P-pero... Apenas son las 5 de la tarde y ya te quieres ir... Es temprano aún, Kim.

-No eres quién para controlar los horarios, mucho menos el día de hoy. Me dieron día libre gracias a tí por si es que no te acuerdas.

Cierto. Tenía un buen punto.

-Te noto molesto, ¿es algo que dije? ¿La comida no te gustó?

-No es nada, sólo quiero irme a casa.

El menor sé puso de pie y abrió la puerta, salieron por el mismo camino por el que habían entrado unas horas antes y llegaron al estacionamiento del edificio.

Volvieron a subirse a la moto para emprender la marcha en dirección al domicilio de Sunoo.

Pero esta vez...

Esta vez no se aferró a su cuerpo. Apenas y se sujetó de él para no caerse. Ya no era un abrazo, sólo lo suficiente para permanecer estable en el transcurso.

El mayor le pidió estacionarse un par de calles antes de su casa. A sus padres les daría un infarto de verlo llegar del supuesto nuevo trabajo en una motocicleta con alguien que al parecer no era a una muy buena influencia.

Bajó con cuidado de no golpearse ni nada por el estilo. Apenas y quería hablarle por un extraño motivo.

-Adiós.

-Pasaré por tí mañana. Esta vez no habrá nadie que nos secuestre. Lo prometo.

-Bien.

-Estaré justo aquí a las 8:40am. No tardes tampoco o creeré que de nuevo te hicieron algo esos tipos.

Asintió. Le dió la espalda y comenzó a caminar en dirección a su casa.

Con el corazón doliendo.

You're My Criminal [SunKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora