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-Ya te lo dije muchas veces. Junseok no me ha hecho nada...

Si el contrario seguía caminando de un lado a otro en la habitación seguramente haría una gran zanja. No podía entenderlo bien, pero estaba demasiado preocupado por un bienestar ajeno.

-No tengas miedo, estoy aquí porque me llamaste. Vine porque lo necesitabas, así que dime la verdad.

El peliblanco le dirigió una mirada de obviedad y suspiró. Era tarde, estaba cansado pero sabía que el chico era terco como la mula más necia que haya existido en toda la historia universal y que no pararía hasta tener los detalles completos.

Si bien era cierto, no quería meterlo en problemas por un simple estúpido inservible que buscaba molestarlo solamente. Pero necesitaba sacar todo eso antes de que llegara a algo peor.

-No se trata de miedo Hwang... No es fácil contar estas cosas...

La mirada le cambió y su caminar cesó de pronto. Se giró en la dirección del bonito muchacho aún pálido de los recientes acontecimientos.

-¿Entonces ese hijo de puta te hizo? ¿Él acaso te a...?

No podía siquiera terminar la pregunta adecuadamente.

La sangre circulando en sus venas llegó a punto ebullición demasiado rápido con la sola idea de que alguien pudiera estar tan retorcido para hacerle semejante atrocidad a un muchacho como Kim.

Iba a encontrar a ese mal nacido desgraciado que...

-No, no empieza de algo reciente, viene de hace tiempo y tampoco me ha violado, por si te lo preguntas... Ven, te contaré todo a detalle.

Palmeó el lugar a su lado en la cama para invitarlo a sentarse y oírle mejor.

Sunoo y sus delicados gestos le recordaban a su madre cuando le contaba historias o lo arrullaba de niño.

-Verás... Hace unos tres años ya, Junseok era mi... Pretendiente. Tenía muchos iguales a él haciendo fila y la verdad no es que sea soberbio, pero no tenía interés en nadie... Él y yo salimos un par de veces y se nos fue la mano en una ocasión, desde ahí no había parado de buscarme hasta hace unos meses pero hoy me reconoció cuando estaba caminando de vuelta a casa.

-Y entonces sólo te siguió, ¿no te tocó ni te hizo algo extraño? Sé sincero, una acusación y esa cucaracha no vuelve a ver la luz del día.

-Seguro, no me hizo nada. Salvo darme un pequeño susto, pero al menos esta vez respondiste el teléfono. Gracias por ayudarme, lo digo en serio Hwang.

-N-no hay de qué... Digo, eres muy importante para... El proyecto y eso, además Yeji me encargó cuidarte y-

-Eso ya lo sé bien. Mejor cállate. -sugirió tratando de ser serio pero fallando y soltando una pequeña risa-

-Sí, mejor ya me callo....

Ambos se miraron en silencio con una sensación de tranquilidad que hasta parecía ajena a muchas ocasiones anteriores donde se quedaban solos a altas horas de la noche.

Apenas se daba cuenta lo bien que esa delicada piel blanca y lechosa se veía con la luz de la luna, aquella que traspasaba con facilidad las delgadas cortinas que danzaban en armonía con la brisa que ingresaba suave por la rendija abierta.

Apenas veía lo hermosos que eran los ojos del contrario, mucho más cuando sabía que solo podían verlo a él y a nadie más, haciendo que su pecho se llene de orgullo.

Su conciencia no estaba limpia y lo tenía presente, porque no era la primera vez en que se percatara de esos apetitosos labios rojizos y carnosos que portaba el mayor. Aún además de sentir ese deseo burbujeante en su ser por probarlos nuevamente.

You're My Criminal [SunKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora