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-Seamos honestos... Necesitamos más de tu tiempo, Kim, y tú no puedes darte el lujo de perder este trabajo. Sabemos que es difícil para tí quedarte más días o no ir a descansar a casa.

-Jae, debes entenderme... Quiero ver a mi esposo y a mí hijo. Al menos déjame ir por mis cosas este fin de semana y pasar tiempo con ellos.

Su vista se clavó sobre los ojitos de Jisoo, no podía evitar caer cuando ella lo veía con súplica. Dios, estaba mal estar tan enamorado de su subordinada pero no podía hacer mucho.

Su jefe suspiró, él sabía cómo era cuando la contrató. Aunque realmente, ella sabía en qué clase de trabajo se estaba metiendo. Sin mucho que hacer, cedió.

-Bien, todo el fin de semana podrás volver a casa. Pero el domingo a las once de la noche pasarán por tí, ¿de acuerdo?

-¡Eres genial, Jaebeom! —dijo mientras lo abrazaba—

-Sí, cómo sea. Sólo no te vayas a retrasar porque tenemos que viajar pasada la media noche. El chofer va a esperarte en la puerta en unos veinte minutos.

Le hizo una seña para que ella se fuera a lo que obedeció rápidamente. Sólo quedaba tomar sus cosas y volver a su querido hogar. Después de todo su familia la necesitaba ahora mucho más que nunca.

 Después de todo su familia la necesitaba ahora mucho más que nunca

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-Mira, Park. Este es un trato considerable para tí y para nosotros. Conocemos tu historial y de dónde provienes, la carrera de tu padre se puede ir directo para abajo si no aceptas.

-Sabes que sólo hay una forma de salir de todo esto. Y esa forma es en una caja.

Tragó en seco. Quien lo había metido en todo eso nunca le advirtió, al igual que su poco cerebro. Aunque eso no le quitaba razón al pelinegro frente a él.

-Avancen rápido. Va a querer o no va a querer escalar. Tengo hambre. —bufó—

-¿Tú no eres... Hwang Riki?

-Eso no te importa, toma una decisión lo más rápido que tu cabecita trabaje. —el pobre Sunghoon estaba harto de esperar en medio de los berrinches y dudas—

-Bien, acepto.

De acuerdo, no es que el chico tome muchas decisiones correctas. De hecho, ni él mismo sabía que hacía con su vida.

-Genial, te vemos aquí el lunes a medio día y sé discreto, niño bonito. Si haces algo para delatar a los Hwang... Estarás perdido. —le advirtió Shim—

-Ya, vámonos par de idiotas. Es tarde.

Los tres se retiraron en la extravagante camioneta color rojo brillante que les había prestado Hyunjin para los repartos.

[...]

-P-papá... Ahh necesito, uff necesito hablar contigo...

You're My Criminal [SunKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora