Una miradita, princesa (Charleimy)

48. ❛ Andate a la mierda ❜

—Charly

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.

Miré los comentarios de la noticia y los de las redes sociales. "Zorra" era lo más lindo que llamaban a Yeimy. Sentí un nudo en el estómago; lo único que quería era matar a la gente que estaba hablando así de ella.

Con manos temblorosas busqué su número entre mis contactos y la llamé. Una voz automatizada me informó de que el celular estába apagado. Era comprensible. No sabía hacía cuánto tiempo había sido publicada la noticia, pero probablemente la estaban acosando a llamadas después de eso.

Marqué a Jack.

—¿Estás con Yeimy? ¿Está bien? —pregunté con urgencia.

—Sí, está acá en el estudio.

—¿La ponés al teléfono?

—La dejé en mi oficina, dijo que quería estar sola.

—No jodás, Jack, soy su novio —esposo, corrigió la voz de mi mente—. No creo que eso aplique pa mí pues.

Reinó el silencio durante unos segundos.

—Está bien.

Escuché pisadas, y luego a Jack de fondo diciendo mi nombre.

—¿Hola?

—¿Yeimy? ¿Mi amor?

Pensé que estaría llorando o algo así, pero solo se escuchaba... Vacía.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—¿Vos qué creés? Fue el pirobo de Juancho, estoy segura.

—Sí, yo también lo creo —inspiré hondo—. ¿Cómo estás?

—Divina, obvio —respondió con ironía.

—Perdón, es solo que...

—Mirá, no estoy mal por mí. Sí, lo entendí, es gente desconocida y no debería importarme lo que piensen pues. Pero estás vos, los niños, mi familia... Y lo peor es la rabia de saber que ese imbécil al final ganó.

—Juan no ganó nada, ¿entendés? Vos y yo juntos somos mucho más fuertes.

—Gracias —casi podía ver su sonrisa mientras la escuchaba decir eso—. Quiero irme a casa.

—Venite, yo también te necesito.

—No, está toda la prensa acá, no puedo salir. Supongo que en algún momento se cansarán y se irán —suspiró.

—Okey, voy para allá.

—¡No! Ni se te ocurra, Charly, no quiero que te acosen a vos también.

—Eso es decisión mía, ¿no creés? Y yo lo que quiero es estar con vos.

—Lo sé, pero... Mejor no dar papaya, ¿sí? Vos encargate de Mateo, nos vemos más tarde.

Colgó, y yo ya la extrañaba. Sabía que se estaba haciendo la fuerte, pero que eso le afectaba más de lo que quería admitir.

No me lo pensé dos veces. Me pasé la mano por el pelo para peinarme un poco, apoyé el celular en la mesa e inicié un live de instagram.

—Hey, parceros, princesas... ¿Por qué tan poco fan acá, ome? Vamos a esperar a que esto se llene, tengo que decir algo importante.

Empecé a leer los comentarios, ignorando los relativos a Yeimy que eran la mayoría. La mitad preguntaban acerca de lo ocurrido con mi novia, y la otra eran insultos y ofrecimientos de "consolarme" ellas mismas.