Capítulo 15: Noche de cacería.

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Ángela Collins.
Tres años después:

     —Buenas noches, ¿la puedo ayudar en algo? —Le pregunto amablemente.

     —¿Me puede decir el precio de las mallas negras? —Se lo dije, y después de pensarlo un momento las compró—. Por cierto, no es de noche, sólo es quién la vino a buscar tapando el sol.

     —¿Tapando el sol? —Claramente veo que está oscuro afuera, ¿a qué se refiere?— ¿Quién me vino a buscar? No entiendo.

     Ya me estoy empezando a confundir, pero también estoy empezando a tener una idea de lo que sucede.

     —Sí, salga para que me entienda —Me indicó la clienta.

     Salí de la tienda, y ciertamente había algo tapando el sol, pero bajaba poco a poco, parecía una nave muy ruidosa, y se hacía cada vez más grande... No, es un helicóptero. Pero, ¿un helicóptero? No estoy entendiendo absolutamente nada.

     Me detengo en mitad de la carretera que pasa por el frente de la tienda y una ráfaga de aire me golpea y me balanceó un poco. Terminó de bajar y el día volvió, volteé a ver a la muchacha y ya no estaba. Al girar de nuevo, me encontré con alguien bajando del helicóptero... Y recibí una increíble sorpresa al ver que del helicóptero, estaba bajando James.

     —Tanto tiempo, Rachel —Vestía como el típico rockero famoso que derrocha dinero sin pensar en más nada.

     Yo estaba atónita, podía sentir mi barbilla en mis pies, mi corazón se aceleró al verlo al frente de mí. No esperaba verlo tan pronto y sonreí. Le sonreí y apenas lo hice, escuché un fuerte rugido, como del motor de un automóvil en su máxima fuerza. Me asustó un poco y a un extremo de la calle venía un lujoso auto negro, y al detenerse lo ví bajando... Jacob bajó del auto. Mi respiración se entrecortó y lo ví separar sus labios.

     —Hola, Collins —Vestía de traje y corbata.

     Apenas me habló, sentí un terremoto, uno fuerte que movía el helicóptero junto al coche. No sabía de dónde sujetarme y me caí. Entonces se abrió una grieta en el suelo; en la que cayeron Jacob y James. Me levanté gritando a buscarlos, y ambos se sostenían del borde de la grieta.

     —¡Salva a uno, Ángela!

     —¡Toma rápido la decisión, Collins!

     Yo los veía; a Jacob, a James; a Jacob, a James; a Jacob y me desesperé.

     —¡No sé qué hacer!

     Luego me cegó la incandescente luz de la bombilla de mi habitación. Ví a mi alrededor y lo entendí todo. Qué alivio, sólo estaba soñando... Todo fué un sueño. Sin prestarle mucha atención a mi hiperventilación, empecé mi rutina matutina.

     Estaba oyendo la radio mientras preparaba mi desayuno, cuando oí algo que me llamó la atención; hablaban de algo ocurrido en mi zona.

     —...iño se quitó la vida hace unos días —Informaba el locutor—, aún no tenemos detalles exactos de su fallecimiento, porque la policía local y el departamento de investigaciones lo han mantenido en secreto. Tampoco sabemos por qué lo hacen, pero apenas tengamos más información...

     Eso me hizo pensar en algo muy serio; «Tan asocial he estado que no me doy cuenta de los desastres de mi propia zona si no fuese por la radio. Ja', increíble».

~•~

     —Es un placer, señora —Cerró su puerta y me dirigí hacia mi segundo trabajo.

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