Capítulo 2: La más hermosa de aquí.

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James Abreu.

     Todos los días son lo mismo en este lugar. A veces no entiendo en qué se basa la vida ni de qué se trata, bueno, nunca he sabido. Los adultos me dicen que esta es mi mejor etapa... ¿Esta porquería es mi mejor etapa? Tengo diecisiete años, curso último de preparatoria, tengo más de veinte horas de sueño acumuladas, mi físico no me ayuda en el amor, nadie se atreve a conocerme cómo en verdad soy, Dios mío. ¿Cómo la adolescencia puede ser la mejor etapa de mi vida? Me rompo la mano escribiendo, me canso la mente intentando entender a los profesores del orto. Esto es horrible.

     Pero los chinos dicen que; En todo lo malo hay algo bueno. Y lo bueno de este lugar es ella.

     —No sé cómo se compró ese vestido, no tiene ni para el pan —Dijo una de sus amigas hablándole al mismo grupo de chicas que, sentadas en la misma esquina de siempre, se rieron de su comentario. Menos ella, que no se burló.

     —¿Quién sabe? Quizás tiene un familiar dotado de dinero —Dijo la única que no se rió.

     Su voz es dulce, cómo me gusta oírla, es adictiva. Su sonrisa tiene ese algo que me atrapa, desearía una foto de ella sonriendo... Bueno, eso es turbio.

     ¿Cómo puede cuidar tanto su cabello? Necesito acariciarlo. Si tan sólo estuviese a su alcance no dudaría ni un momento en...

     —¡Muy bien, estudiantes! —Exclamó el profesor entrando de nuevo al salón. Había salido a "hacer una llamada", pero todos sabemos que estaba fumando— Anoten lo que está escrito en el pizarrón, se los dejo como deber. Investiguen todo lo relacionado a la conquista de Cristobal Colón... Ehhh ¿Necesita algo, Abreu? —Me preguntó el profesor advirtiendo que había levantado la mano.

     —Ya va a empezar —Dijo Anthony, que estaba a dos asientos de donde me encuentro yo.

     —Romero, cierre la boca. Continúe, Abreu —Sentí un tremendo placer al oír cómo lo callaban, pero tenía algo que añadir.

     —Profesor —Me levanté—, Cristobal Colón no conquistó América. De hecho, ni siquiera la descubrió él.

     Todos se rieron, pero no me importó. Busqué con la mirada a ella, y no se reía. Me estaba viendo sin expresión alguna, o al menos no una mala.

     —Silencio todos —Movió las manos para que hicieran silencio—. ¿Por qué dice eso, señorito Abreu?

     —Le respondo con otra pregunta —Lo miré a la cara—; ¿Qué hace usted cuando le gusta una mujer?

     En ese momento oí varias risas aguantadas, pero no me importó; ella seguía concentrada en mí. Ya me querían atacar los nervios porque no me quitaba la mirada.

     —Intento conquistarla —Se sentó encima de su escritorio.

     —¿Y la obliga a estar con usted? —Le pregunté.

     —Claramente no, le muestro el porqué pienso que debería estar conmigo.

     —¡Exacto! —Dí un aplauso— Cristobal Colón no conquistó América, él no demostró el porqué América debería "casarse" con Europa, ¡él casó a América con Europa sin conquistarla!

     —Entiendo su punto —Se levantó—, puedo decir que tiene razón. Aunque el término «Conquista» también apoya lo que hizo Cristóbal.

     Suspiré aliviado al ver que ella seguía viéndome sin expresión burlona, al contrario, sonreía un poco.

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