Capítulo 29: Reemplazable.

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James Abreu.

     —¿Tienes mucho frío? —Le pregunté al verla hecha bolillo en el sofá, como los gatos.

     Es el último día del año, es entendible que esté así de helada.

     —No, estoy bien —Me sonrió—, sólo que llevas rato sin abrazarme —Hizo una tierna expresión que me hizo sonreír también.

     —Aaay, mi niña quiere que la abrace —Me acosté encima de ella y la abracé fuerte—. Discúlpame, es que estaba con los muchachos en la cocina.

     —Sí, de aquí los escuché reírse.

     Solté una pequeña risa recordando lo sucedido.

     —Es que Román me dijo «James, cómete una alcaparra con vinagre y sal, o las pagas» —Recosté mi cabeza en su pecho—, y no quería pagar nada.

     —¿Entonces?

     —Casi vomito —Ambos nos reímos después de que confesé lo que sucedió.

     —A tí te pasa de todo —Dijo Rachel—... ¿Qué es lo peor que te ha pasado?

     Pensé durante un momento antes de responder, no quería decir que fué el día de mi graduación, aunque así fuese. Prefería evadir mis ganas de ser sarcástico con ella.

     —No lo sé —Mentí—, pero sí sé qué fué lo mejor que me ha pasado.

     Ella dejó de ver al techo y me miró a los ojos, haciéndome cafuné.

     —¿Qué?

     —Tú —Le besé la nariz—, tú y tú.

     Ella sonreía mientras yo plasmaba mis besos por toda su cara.

     —Para, James —No dejaba de reírse—. Ya tenemos que reunirnos para nuevo año.

     —Está bien —Le dí el último beso en la frente, y me levanté—. Vamos a la cocina.

     La ayudé a levantarse y fuimos a reunirnos con los demás. Nos recibieron dándonos una copa de champagne a cada uno.

     —Tu primer año nuevo con nosotros, Ángela —Dijo Román.

     —Y los que faltan —Dijo ella alzando su copa.

     Los demás la siguieron  y bebieron un sorbo de champagne. Me alegra ver que se lleva tan bien con la banda.

     —Bueno, bueno —Dijo Priscilla llevándonos al medio de la cocina—, contemos.

     Vimos el reloj y esperamos unos segundos para empezar la cuenta regresiva, y al unísono, con nuestras parejas, todos gritamos.

     —¡¡Cinco!!

     No puedo creer que este momento es real.

     —¡¡Cuatro!!

     Recibir un nuevo año viendo su sonrisa ha sido la mejor sensación hasta ahora.

     —¡¡Tres!!

     Su cálida mano me asegura que todo estará bien.

     —¡¡Dos!!

     Todos estamos juntos, felices, parece un sueño.

     —¡¡Uno!!

     Mi corazón se aprieta al saber que esto será un recuerdo involvidable.

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