Capítulo 31: El amor de mi vida.

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Nota: Leer este capítulo completo; no es el mismo que el primero, aunque al principio lo parezca. Dicho esto, disfrútalo.♡

Cinco años después:

     En una plaza de París‐Francia, lugar dónde el viento acaricia suavemente la piel y el sol se mantiene a la distancia perfecta. Dónde todo parece más tranquilo. Lugar dónde las palomas son tan libres como las personas que se sientan a alimentarlas, a pasar una tarde agradable o a oír a los distintos personajes cantantes que de vez en cuando se sentaban con su instrumento a alegrar los oídos de los que andaban la misma ruta. Uno de esos personajes es James Abreu, que ya acostumbraba a ir casi todas las tardes a hacer bailar a las parejas que se detenían a oírlo y que amablemente le dejaban una limosna, aunque no la necesitara.

     Se encontraba sentado en su banca habitual, con su guitarra acústica sentada en sus piernas, sonreía al sentir la paz que le daba ese aire de despreocupación que le regalaba Le place de Jean XXIII. Una plaza que para él tenía una historia interesante e importante. Los niños pasaban al frente de él riendo y jugando, siendo acompañados de cerca por sus padres.

James Abreu.

     No habían pasado más de cinco minutos allí sentado cuando ya tenía compañía, un señor de avanzada edad se encontraba leyendo el periódico a mi lado. Claro que sentí curiosidad cuando leí «Savage» en la primera plana del periódico que leía ese hombre.

     —Disculpe —Me dirigí hacia él—, ¿podría prestarme un momento el periódico?

     Él me miró confundido y estuvo a punto de abrir sus labios para hablar, pero entonces me dí cuenta de lo que había sucedido.

     —Cierto, ehhh —No sé mucho francés, pero sé lo que debo decir—. Pourriez-vous me prêter le journal?

     El señor seguía sin entenderme y ahora yo menos entendía lo que está sucediendo, ya se lo pedí en su mismo idioma. Luego de un incómodo silencio, habló por fin.

     —Excuse me, sir —El señor habló y ahí sí entendí todo—, I just speak English.

     —Oh, right. So, could you, please, lend me the newspaper? —Le pedí, esta vez sí en su idioma.

     —This? —Sacudió el periódico— Sure, take it.

     Me lo extendió y asentí para agradecer. Fuí directo al titular y era lo que temía, en pocas palabras decía: «Daniel Ochoa, antigüo miembro de la exitosa banda "Savage", falleció en un accidente automovilístico. Se encontraron varios rastros de sustancias ilícitas en su guantera...» y ya no quiero leer más. Me sentí tan triste, pero ya no puedo llorar. Entonces alcé la mirada y la ví, demonios, a unos cuantos metros de mí la ví y quedé inmóvil. Respiré profundo y volví a ver el periódico.

     —Como lo temía, él era el último —Recordé lo que había sucedido con los otros dos.

     —Es una pena, en su tiempo fueron excelentes —Dijo el viejo a mi lado.

     —¡¿Habla español?! —Pregunté confundido y molesto.

     Lo ví a los ojos y él sólo se encogió de hombros.

     —Así es, lo siento. Tengo problemas de confianza con los extraños.

     —Ah, entiendo... —Y volví al tema— Sí, eran de los mejores.

     —Tenían futuro, pero quién diría que por una estupidez, perdón —Al instante me miró como si me hubiese hecho algo—... quién diría que por algo así tan secundario terminaría todo.

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