| Capitulo 13 |

93 12 1
                                    

Uno de mis errores. 

"Nunca nadie había sido tan indispensable para mí. Es como si se hubiera quedado clavado dentro de mi pecho y nada ni nadie ha podido sacarlo de allí" —Belosnezkha.

🦋

Adhara. 

Miro el hermoso atardecer que al paso de los segundos empieza a desaparecer para así darle pronto la bienvenida al anochecer. A lo lejos, se puede ver las azuladas aguas del mar y sus olas agresivas.

El viento desordena mi cabello sin que yo pueda evitarlo.

—Últimamente te siento algo más relajada, sonriente. ¿Hay algo que le quieras contar a tu vieja madre? 

Sonrío y entro una cucharada de helado a mi boca sin apartar la mirada de mi pequeño remolino, la cual se encuentra jugando con Dilan en la arena, bajo una gran sombrilla rosada. 

Las preguntas de mi morena aquí presente, no han cesado, y no lo harán hasta que sepa la verdad. El único detalle es que Abdel quiere estar presente en el momento de decirles a todos, decirles que somos novios, que al fin dimos ese paso; no es que lo queramos ocultar, todo lo contrario. 

—Que no, mamá, que no. ¿Aún no crees que los resultados positivos de los análisis de Emma no son suficiente para mantenerme así? —La miro, torciendo mi sonrisa a la misma vez que dejo el vaso de helado a un lado de mí. 

Esta entrecierra sus ojos y al notar una vez más que mis palabras son sinceras, se relaja, aunque en realidad no son lo del todo porque también hay algo de por medio. 

Si, los resultados de la salud de Emma me tienen tan feliz que no he parado de llorar, incluso, cuando le conté Abdel por llamada sobre el tema no aguante el llanto y él tampoco. Todo está avanzando tan bien como nunca. 

—Está bien, está bien. Yo también estoy feliz, nunca he perdido la fe en poder verla al fin libre de aquella enfermedad con la que tanto hemos luchado. —Toma mi mano y la aprieta de la misma forma que hace cuando me quiere dar fuerzas—. Es nuestra niña, siempre lo será. Estoy muy segura de que eres la mejor madre que Dios le pudo dar a ese remolino. 

Mi corazón se escoge, se aprieta, pero no se endurece, jamás lo hace cuando se trata del más grande amor de mi vida. Soy tan sensible cuando de ella se trata, aunque la circunstancia me quiera hacer fuerte hay momentos en los que un mar de lágrimas inundan mis adentro amenazando con salir al exterior, pero por ella he tenido que retenerlas y hacerme tan vigorosa. 

—Aprendí y sigo aprendiendo de la mejor. 

Tuvimos que pausar nuestra conversación puesto a que ni siquiera nos dimos cuenta cuando Lara se estaba acercando con Hanna, la exesposa de Abdel, hasta que estuvieron frente a nosotras. 

Hace unos minutos Lara fue en busca de ésta, y si, me había informado que la invitaría para compartir todas juntas y yo no tuve problemas con eso, aunque de alguna forma me sintiera algo incómoda por evidentes razones. 

Lara nos presenta, y al escuchar la voz de Hanna me di cuenta que no solo físicamente es atractiva, sino que hasta incluso su voz y su léxico lo son. Ya sabía que era una mujer hermosa, ya la había visto en una foto en la cual se encontraba con Abdel, la misma que vi cuando estaba de curiosa investigando al jefe de los jefes, o sea, al mismo Abdel. 

El cabello negro de Hanna esta hecho una cola alta, ésta ha venido acorde al lugar en el que no encontramos. Para ser franca, a pesar de que todo de ella grita elegancia o finura, la primera impresión que nos ha dado en unos cuantos minutos de estar ya sentada y conversando no es de alguien prepotente y altanera. 

La confianza entre Lara y ella es notable a kilómetros, y su cariño es mutuo también. 

Me hizo mucha gracia cuando Dilan le presentó a Hanna a Emma como su tía, ya que ésta volteó y miró a Hanna, la saludó y le sonrió de una forma extraña para luego irse corriendo hacia donde estaba anteriormente. Hanna no le dio mucha importancia solamente la elogió para luego seguir hablando con cada una de nosotras, pero como conozco a Emma sé que no le causó mucha gracia.

Hipnotizada con el movimiento del agua cristalizada sonrío, con cada vaivén esta moja pies y deja rastros de arena. No dejo de pensar que sería grandioso si Abdel estuviera aquí; lo hecho tanto de menos, ya son dos semanas desde que se fue. 

—¿Tú y él están juntos?

Mi rostro se voltea al escuchar la voz de Hanna a mi lado. Aparto el mechón de cabello rojizo que se había pegado a mi mejilla.

—Lo pregunto porque me encantaría saber si al fin lo están. —Se adelantó a decir antes que yo pudiese contestar a su pregunta.

—¿Lara te ha contado lo sucedido? —pregunté.

Mueve su cabeza algo dudosa de su respuesta.

—Me ha contado algunas que otras cosas, pero Abdel... él en estos últimos meses estuvo muy mal y al fin me contó detalladamente, entre lo que cabe, de la mujer que había robado su corazón —explicó.

Agacho la mirada, volviendo a ver mis pies, solo que esta vez con una sonrisa triste. De tan solo imaginarme como estuvo en estos meses hace que un sabor amargo se establezca en mi paladar, me arrepiento mucho de lo que hice. 

—Nunca lo había visto así, con tantos años que pasamos juntos, nunca lo había visto tan vulnerable por una mujer, por mí. Y cuando hablaba de ti sus ojos, su piel, todo transmitían un sentimiento diferente. —La vuelvo a mirar. Esta mira hacia el frente, sus brazos están hacia atrás mientras que sus manos están unidas—. Nunca había recurrido a mí de esa forma y fue muy extraño, aunque no estaba del toda segura de mis palabras le dije que volverías porque seguramente tú estabas tan destruida como él. 

Este momento es un buen ejemplar de cuando tengo que reprimir las lágrimas, pero ella seguramente se habrá dado cuenta de mi nostalgia ya que no logro decir nada. 

—Se merece a alguien que lo amé y que lo abrace siempre porque tiene dolores de los que no suele hablar, y está para quien ama incondicionalmente. —Sonríe—. Creo que ese fue uno de mis errores, no abrazarlo cuando más lo necesitaba; lo dejé solo con su tormenta aunque niega y suele decir que se alejó de mí lo suficiente como para que yo no lo pudiese hacer. Así que, espero que se haya arreglado todo porque estaría feliz al saber que tú estés con él porque lo amas como nunca nadie lo ha amado, ni siquiera yo, ya que independientemente de lo que pasó tú te alejaste pensando que era mejor que fuera así, y solo alguien que ama toma la decisión de alejarse para no cometer errores que saben que dolerán más que un adiós. Mas sin embargo al principio yo no lo hice pensando en nada de eso, solo me mantuve ajena a él y luego ambos buscamos consuelo en otra piel.

Me mira y en sus ojos puedo notar la tranquilidad como si ya supiese que él se encuentra bien a mi lado. 

—¿Tú aun sientes algo por él? —Mi pregunta se debe por como sucedieron las cosas entre ellos, porque al igual que yo, ella también puede que se haya arrepentido y se haya dado cuenta que aun lo ama.

Me sonríe. 

—Abdel siempre será parte de mí, eso no se puede negar, pero yo ya encontré a alguien, como él te encontró a ti —dijo, empezando a meterse al agua.

Ambos nos encontramos. Desde un principio entre los dos las cosas siempre fueron algo extrañas y únicas, y yo dudo que solo yo haya notado aquello.

Ahora es cuando más tengo ganas de verlo y besar sus labios como nunca antes lo he hecho.

Ahora es cuando más tengo ganas de verlo y besar sus labios como nunca antes lo he hecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sweet love© (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora