¿Cómo podría perdonarlo?
"No sé si son mis raros pensamientos depresivos, pero, siento como si todas, absolutamente todas las personas en las que confíe me traicionaron de alguna forma" —Belosnezkha.
🦋
Adhara.
Sumida en los terribles pensamientos que parecen no querer desaparecer desde esta mañana, muerdo el lapicero que tengo entre mis dedos, mientras mi mirada está perdida en alguna parte de la oficina.
¿Ahora qué se supone que haré? ¿Cómo puedo lidiar con la verdad, con esa terrible verdad?
Una mano de mujer se mueve de arriba abajo frente a mí, haciendo que vuelva en sí. Esas uñas extensas y rojas, dedos largos y con anillos caros no dejan de pasearse frente a mí hasta que aquella persona capta toda mi atención.
—¿Qué? —pregunté tras un suspiro, volteando mi mirada hacia Michelle.
—¿Quieres prestarme atención?
Ésta está sentada en el borde de la mesa. Cruza sus brazos y alza sus cejas.
La miro confundida, ¿Qué querrá de mí ahora?
—Te he estado haciendo preguntas y pareces que estas perdida. ¿Tú siempre estás así, metida en problemas que te llevan a verte..., bueno, algo mal? —Volvió a hablar, con ese tonito que me castra.
Entrecierro mis ojos aún mirándola.
—¿Y tú siempre eres tan mierda? —masculle—. Ah, no me contestes, porque sé la respuesta.
Ésta pone su mano derecha sobre su pecho como si se hubiera ofendido con mis palabras.
—Estoy intentando ser tu amiga, hablar contigo, ya sabes, como dos personas civilizadas.
—Hmmm, claro, claro. —Dejo el lapicero sobre la mesa, aún lado de unos papeles y la vuelvo a mirar con desganas—. ¿Exactamente qué me estabas preguntando?
Sonríe, pone sus manos sobre la mesa estirándose un poco hacia atrás.
—He escuchado rumores de que has llegado con el Sr. Martins. ¿Eso es verdad? ¿No fue casualidad o algo parecido?
¿Qué más podía esperar de Michelle la narcisista? ¿Alguna pregunta sobre el proyecto en el que estamos trabajando? ¡Ajam! Me quedaban esperanzas, hasta hace unos segundos.
Inhalo y exhalo.
—¿En serio? —pregunté.
Asiente, poniéndose completamente derecha y mueve sus brazos haciendo una mueca al comenzar hablar.
—A mí me pareció extraño, no sé que creer, aunque han habido habladurías antes de ambos; tú no eres...
—¿Y qué te hace pensar que son habladurías? —Enarqué mi ceja izquierda.
Michelle tiene esa capacidad de joderme la paciencia cuando precisamente no tengo el control sobre mi tolerancia, es como si mis momentos más fastidiados son como imanes que la atraen.
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Sweet love© (Libro 2)
Romance-Estás enojado. Mis ojos, los cuales se habían cerrado tras aquella sencilla caricia, se abren al sentir como aquel tacto con el que he soñado durante días desaparece de mi piel. -Y tú borracha. No sabía el poder que tiene en mi tan solo un toque...