| Capítulo 27 |

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Entre pantalones y vestidos.

"No llorar no me hace más fuerte, de hecho, creo que me he envuelto más débil desde la última vez que lo hice" —Belosnezhka.


🦋

Adhara.

Blanda, muy blanda estoy. No puedo parar de ver aquellas rosas que minutos atrás Abdel envío para mí,  con una tarjetita color hueso y con letras negras impregnadas, dejándome el mensaje de que esta noche vamos a salir.

Innamorato! Pazzo d'amore!  

Abdel sin duda alguna tiene ese algo que hace que me olvide de los problemas. La sencillez de hacerme un planeta dentro de otro. 

Sonrío al ver a Rubí hablar con el Sr. Marqués, su grandulón como ella misma lo llama. Éste está serio, mientras que Rubí no para de sonreír. Al parecer no se le han quitado los celos de haber visto como en la mañana Pepe, un joven que trabaja en el departamento de finanzas, hablaba con ella y, según Marqués éste le estaba hablando con chulería y coqueteo. 

Javier se da la vuelta y Rubí, con cara de traviesa, le da un azotito en culo haciendo que éste la mire nuevamente con expresión de mala leche, pero al final  claudica, sonríe y antes de irse le da un beso en los labios.

Sarah, la señora de Recurso Humanos que estuvo en la oficina de Abdel junto a mí ora antes, seguramente le daría un ataque si viera esto en horario de trabajo. 

Rubí, enamorada hasta las trancas, voltea sobre su talones dándome ahora el frente 

—Me vuelve loca cuando se pone tan terrenal. —dice, mordiéndose el labio inferior. 

Noto como Michelle la mira de arriba abajo, pone sus ojos en blanco y se da la vuelta para seguir mirando los papeles que tiene en mano. 

Rio. 

—¿No ha llegado aún Lily? —preguntó Rubí, mirando el asiento vacío de la rubia. 

Niego. 

—No. Me da pena, Michael es un estúpido, está jugando con su sentimientos y ahora ni siquiera en el trabajo quiere dejarla en paz. —Resoplo, sintiendo coraje y ganas de estrangularlo—. Está provocando que me le aparezca en bar Gema y le estampe una botella de alcohol en la cabeza, aunque después tenga que pagarla con mi propio dinero. 

—¿Quién es Michel? —pregunta el Teletubbies, de Michelle. 

Estoy por responder, pero Rubí se me adelanta...

—La ex pareja de Lily. 

Michelle alza las cejas y luego me mira. 

—Cuando quieras, podemos ir ambas y  hacer que ese tal Michel sacuda las botas. Lily me agrada. —Vuelve a mirar los papeles, sin esperar una respuesta de mi parte. 

Por primera vez, desde que trabajo junto a ella, estamos de acuerdo en algo. 

Rubí me mira moviendo sus cejas de arriba hacia abajo ante las palabras de Michelle. 

De pronto escuchamos unos aplausos y un gritito de emociones; miramos hacía la entrada de la oficina. Sorprendidas vemos a Lily la cual parece estar más contenta de lo que recordamos antes de que saliera a ver que hacía Michel en la agencia. 

Sweet love© (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora