Déjame ser el único que brille contigo.
"Quiero saber cual fue el último momento en que pude abrazarte, besarte y hacerte sentir todo lo que ahora no sientes, para regresar a ese instante y nunca soltarte"—Belosnezkha.
🦋
Adhara.
Siento como una de sus manos acaricia mi cabello lentamente. Mi cabeza está sobre su pecho y puedo jurar que escucho su corazón latir; trazo en su abdomen con mi propio dedo índice corazones invisibles.
—Lo siento. —Mis dedos pararon de moverse, pero Abdel no detuvo sus caricias en mi pelo, más bien se quedó callado esperando a que continúe hablando porque sabe que quiero decir algo más—. Para mí sí tenía sentido dejar que tú siguieras tu camino sin mí. Yo... yo tenía miedo de muchas cosas, tenía miedo de que terminaras con alguien tan pesimista cuando de el amor se trata. Tenía miedo de que te dieras cuenta de lo cruel que puedo llegar a ser, y tuve miedo al sentirme tan vulnerable.
La sábana se deslizó por mi cuerpo el mismo instante en el que me senté sobre la cama, aun lado de Abdel, dejando mi desnudez a la vista y mi cabello suelto cubrió mi espalda. Abdel me mira de una forma neutral y eso activa mis nervios, ya que no hay manera de saber que piensa sobre lo que digo, al menos si no habla.
—Te extrañé. Te juro que te extrañaba, pero aún así seguía pensando en que era lo mejor. —El temblor de mi voz es evidente. Aunque para él tal vez no tenga sentido, para mí en su momento sí lo tuvo y, en cierta parte, lo tiene. Señalo mi pecho y trago como si eso servirá para que el nudo de mi garganta desaparezca—. Me duele aquí. Me duele mucho cada vez que te veo aunque no lo parezca, todos los días y es por mi culpa, porque cuando te veo sé que a ti también te duele por lo que te hice.
No puedo evitar mirarlo con dolor y arrepentimiento.
A veces cometemos estupideces que por más que pase el tiempo nos duele cada vez más.
En un momento sentí que no iba a poder aguantar las lágrimas que comenzaron a acumularse en mis ojos al ver que Abdel seguía mirándome de esa forma tan neutra, sus ojos mieles no transmitían nada y sus facciones mucho menos. No quería que me abrazara y me hiciera sentir como si fuera yo la víctima, no, por eso aguanté hasta que pude ver como sus manos fueron a su rostro y un soplido saliera de su boca.
—Tienes todo el derecho a quejarte, he esperado a que lo hicieras. No me gusta que de repente estemos bien sin ni siquiera escucharte reclamar por haberte lastimado de esa forma. —Dejo que una risa irónica se interponga en mis palabras—. Están estúpido que incluso momentos antes de nuestra reconsiliacion yo te protestara por algo como si fuera la mas indica para hacerlo.
Abdel se sienta también sobre la cama sin dejar de mirarme a los ojos, ahora de una forma sumamente profunda, como si pudiera ver más allá de mi cuerpo desnudo y, como si esperara a que yo pueda ver más allá del suyo.
—Tú y yo sabemos lo que pasó, Adhara. Tú viste como me dolías, y yo vi como te empeñaste a hacer algo que te destruía. No fueron los mejores días de mi vida, claro esta, y no creo que tampoco fueron los tuyos; no puedo reclamarte por algo que tú también sufriste. —Su mano derecha con ternura se deslizó por mi mejilla hasta la punta de mi barbilla—. Déjame ser el único que brille contigo. Que con tan solo mirarte tu piel se sonroje. Que con tenerme cerca te pase lo mismo que me pasa cuando estás junto a mí.
—¿Qué es lo que te pasa? —pregunté.
Éste toma mi mano y la lleva a su pecho, en donde se puede sentir como su corazón bombardea rápidamente.
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Sweet love© (Libro 2)
Romance-Estás enojado. Mis ojos, los cuales se habían cerrado tras aquella sencilla caricia, se abren al sentir como aquel tacto con el que he soñado durante días desaparece de mi piel. -Y tú borracha. No sabía el poder que tiene en mi tan solo un toque...