Capitulo 20

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Alessia.

¡Por fin a casa! Papá estaba ansioso de volver, después de lo ocurrido con Shura las cosas mejoraron un poco.

-Lista nena – entra Levy a la habitación.

-¿Qué haces aquí? Me estoy cambiando y si mi padre entra te pateará el trasero.

-No, está entretenido con mi hermano.

Se acerca lentamente abrazándome de la cintura, mi corazón se agita como un tambor, comienza a besarme la cien, la mejilla y el cuello.

-Hueles tan bien nena.

-Me haces cosquillas Levy, quédate quieto y mantén las manos en su lugar.

-Ya lo sé nena, pero no puedo evitarlo.

-Ya basta, anda vamos que ya el olor a desinfectante me causa nauseas.

- ¿Nauseas? – se me queda viendo fijamente, me dan ganas de reírme porque sé que lo que está pensando - ¿cómo nauseas?

- Sí nauseas, vamos que nos esperan.

-No, aguarda, que te hagan análisis para estar seguros que estés bien.

-¿Qué pasa? Tienes miedo de que... esté embarazada, y sí así lo fuera, me dejaras de querer por un bebé.

– No claro que no, yo te amo y si es así mis brazos están abiertos, no importa que sean gemelos, trillizos o la cantidad que sea.

-¿De verdad? Porque no tiene nada de malo cuidar a otros bebés, mi padre me cuidó y aun lo sigue haciendo cuando mi madre y padre murieron, él es mi padre y sus hijos son mis hermanos, así que nuestros hijos serán sus hermanos.

-Claro, yo te amo y estoy dispuesto a todo.

-Bien eso quería escuchar, andando que nos esperan.

-Necesitas que te revisen, te golpeaste y si no estás bien.

-Estoy bien lo juro, vamos.

-Nena...

-No estoy embarazada Levy Rizzo, no soy una inconsciente ya deberías saber que el olor del desinfectante me causa nauseas, pero te quedaste como palmera.

-¿Cómo palmera?

-Con los cocos hasta el cuello – Salí de la habitación riéndome de su cara.

-Que graciosa Alessia.

En el pasillo se encontraban todos listos para irnos, mi padre se veía más relajado los últimos días estuvo muy tenso.

-¿Lista Principesca?

-Lista papá – el asiste.

-Basilio mueve a la gente que nos limpien el camino.

De camino al aeropuerto fue tranquilo, aunque sentía que me veían es la sensación postraumática.

Los Rizzo viajaron en su propio Jet, papá tenía el suyo de esa forma era más cómodo viajar, al llegar a Italia me dio tanta tranquilidad, saber que estas en casa no tiene precio.

Fui recibida por mi familia y empleados me llena de alegría sentirse tan querida.

-¡Tía! ¡Tía! - llegan corriendo mis pequeños mellizos.

-¿Cómo están mis amores?

-Bien tía, saque una buena nota en mi proyecto de la escuela – dice Stella.

-Excelente mi cielo.

Me fundo en un abrazo fuerte con mi hermana Fiorella, ella sufrió mucho odio por parte de los Smith, intentaron matarla en dos ocasiones, no son las mismas situaciones pero el sentirte vulnerable y en peligro te une en ese sentimiento.

TE ENAMORAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora