Capitulo 30

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Alessia Rizzo

Casarse por amor es un sentimiento puro, sabía que mi boda sería fuera de serie por la línea de trabajo de mi esposo y mi familia.

- Es hora de irse Señora Rizzo.

- Pero aún no termina la fiesta Lev.

- Los novios se van primero, pero no te preocupes ya todos están listos para irse.

- Bien, deja cambiarme.

- No, te quiero tal cual estás - me toma de la manos y me guía a la salida, a diferencia de otras bodas salimos sigilosamente.

El jet ya estaba listo, los guardias estaban atentos a nuestra llegada.
Levy me levanta en brazos para llevarme dentro del avión, tenía champán para brindar.

- Está muy lindo.

- Todo tuyo nena, ven siéntate ya debemos salir de aquí.

No tardó mucho en despegar, ya iba rumbo a mi nueva vida. Se supone que deberíamos tener nuestra noche de bodas, se me ocurrió darle un regalo aunque sea en el avión, sería un regalo de altura.

Me levanté para ir al privado, él estaba platicando con Petrov, sé que al ver qué no estaba me iba a seguir.

Me quité el vestido y lo esperé en la cama con lencería que había comprado con las locas rubias de mis amigas.

Me quité el vestido y lo esperé en la cama con lencería que había comprado con las locas rubias de mis amigas

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- Nena - se detuvo por un instante pero se apresuró a cerrar - Malditamente hermosa, eres mi diosa.

Se aflojó la corbata y comenzó a desnudarse.

- Me vuelves loco, yo quería quitarte ese vestido.

- Claro que lo harás pero con el de la boda por la iglesia, este es un regalo mío para ti mi amor.

- Hermoso regalo Nena - recorrió mi cuerpo con sus manos observando cada detalle - mi hermosa esposa, mi señora Rizzo.

- Te deseo nene - gemi ante su toque, comenzó a besar mi cuello recorriendo hasta llegar a mis senos. Se deshizo de cada prenda hasta quedar completamente desnudos.

- Mi amada esposa- dice mientras va entrando en mi - no me cansaré de decirte cuánto te amo nena - Comenzamos a movernos rítmicamente, el ruido de las turbinas ayudan a que nuestros gemidos sean insonoras - Joder me vuelves loco.

Enrollo mis piernas a su cadera para darle más espacio, él sujeta mis manos sobre mi cabeza tomando más impulso para embestirme - !Oh nene!

- Dime nena que quieres , vamos pídemelo - este hombre no se compara con ningún otro, sabe los que hace y lo quiero solo para mí.

- Lo quiero todo mi amor, todo.

- Siempre te daré todo nena - llego al clímax pero él no está ni cerca por lo que me gira de posición en cuatro - sujetate nena es mi turno - joder se siente tan bien que no deja que me reponga del orgasmo y ya está provocando otro en mi interior.

TE ENAMORAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora