Capitulo 31

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Levy Rizzo

En este mundo de tiburones el que no ataca y come será devorado y es algo que no debes permitir.

Los Italianos y los Rusos somos de diferente carácter, somos fríos por el largo periodo de invierno en nuestra tierra a ellos que tienen veranos más cálidos.

Quién lo diría en esta cama viví mi infancia y adolescencia hablando con ella por teléfono, soñando con hacerla mi esposa, haciendo promesas que debo cumplir.

Está boca bajo con la sábana cubriendo medio cuerpo y su espalda descubierta mostrando su desnudez, huele delicioso que todo mi sistema se prende.
Beso su espalda dejando huella en su columna, ella gime al sentir mis labios sobre su piel removiendose de placer.
Coloco una almohada bajo su cadera para darme mejor acceso, está somnolienta pero consiente ante el disfrute de mis caricias y besos.

- Nena buenos días - le susurro al oído mientras la penetro, esto es el cielo y sé que para ella también es la gloria, comienzo a moverme y ella levanta más la cadera arqueando la espalda para poder embestir con mayor acceso. Tomo sus manos entrelazando nuestros dedos no tardamos mucho en llegar al clímax - Te amo nena.

Despierta del todo abriendo esos ojos que me hipnotizan - Buenos días nene gracias por despertarme así ¿A qué hora es?

- Todo un placer Señora Rizzo, son las nueve de la mañana nena - la beso suave y delicioso - ven vamos a la ducha tenemos que ir a nuestra casa.

- Tengo hambre - me dice mientras la levanto en brazos camino al baño.

- Yo tengo hambre de ti.

- Yo también pero de verdad tengo hambre.

- Entonces apurémonos a ducharnos y bajamos a desayunar.

Al verla como el agua corría por su piel me daban ganas de volver hacerla mia pero sabía que estaba agotada y eso lo podría dejar para la noche en nuestra cama matrimonial que compartiremos desde este momento.

- Lev ¿Dónde está mi ropa?

- En casa nena.

- No juegues ¿Y qué me pongo?

- Llamaré a Petrov que vaya por la maleta.

- No déjalo voy con Fiore para que me preste algo de ropa - ya estaba por salir envuelta en toalla.

- Espera yo voy no vas a salir así, hay mucha gente en casa.

- Mejor la llamo - toma su móvil para llamar a su hermana quien llega con un ropa y un abrigo - Gracias hermana me salvaste.

- Bajen a desayunar.

- Ya vamos - le dice Ale.

- Creo voy a dejar algunas cosas aquí para cuándo estemos de visita, no tengo nada.

- Eso tiene solución y yo me encargo nena, vayamos de compras necesitas ropa más abrigable aquí hay calefacción pero afuera estamos a menos cero.

- Bien, lo que digas esposo.

- Me encanta escucharte decirlo - la tomo de la cintura y fundó mis labios con los suyos en un beso apasionado.

- Anda vamos, que vergüenza ya son las diez y no hemos bajado.

- Estamos recién casados deben entender que nuestra prioridad es hacer el amor.

- Ni se te ocurra decir eso delante de nuestros padres, anda vamos.

Al bajar vemos a los hijos de Fiorella jugar con un tren y eso me trae recuerdos de Seguey y yo de nuestra infancia, ahora espero que mis hijos sean los siguientes.

TE ENAMORAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora