Capitulo 22

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Levy

El medio en el que crecimos la debilidad y el miedo no debe estar en nuestros genes, mi padre siempre me decía "debes ser frío como la nieve pero a la vez quemar como la nieve" a él era muy difícil verle expresiones faciales, su personalidad imponía no por algo era el Zar del hielo, con mi madre era amoroso en la intimidad de la familia, siempre y cuando no hubiera nadie ajeno a la familia.

Las muestras de cariño hacía nosotros eran escasas, mi madre lo justificaba ya que si él mostraba afecto hacía nosotros el enemigo nos tomarían como su tesoro más grande y blancos en su contra, aunque cuando estaba enojado nos gritaba si alguna vez nos atrapaban no esperáramos a qué nos rescatara, era nuestro problema y deberíamos salir por nuestra cuenta.

Desde pequeños nos llevaba a los entrenamientos de sus reclutas, eran intensos solo quería gente leal, capaz y con cero debilidad junto a él, hasta que murió a causa del cáncer que desarrollo en los pulmones por fumar como una chimenea.

¿Cómo conocí a Alessia? Fue en Italia, lo acompañamos para conocer del negocio, estaba aburrido de escucharlos hablar de armas, dinero, cuántas, rutas y embarques, el Señor Bianchi es duro como papá, cuando habla su acento italiano se escucha enérgico, me ponía a pensar si debería actuar de esa forma cuando fuera grande. Salí a despejarme de todo ese ambiente tenía tan sólo diez años, desde la ventana de esa enorme casa veía el campo abierto , el verde de las plantas transmitía tranquilidad quería bajar y correr entre entre ellas.

-¿Que ves?

Escuché la voz más suave y armoniosa, todos en casa eran cortantes incluyendo mi madre. Pero aquella niña me miraba con curiosidad, ojos azules, cabello rubio castaño y labios rosas, tés clara y delicada.

-¿Quieres ir a correr?

No sabía que decirle, por lo que me di la vuelta para regresar a la reunión.

- Adiós.

Dijo y la vi bajar corriendo he ir hacia los campos, su cabello volaba con el viento, se veía feliz y alegre. ¿Cómo podía ser eso? ¿ acaso no tenía miedo a los hombres armados que estaban afuera?

-¡Alessia! ¡Alessia! Una guarda espaldas la llamaba y ella corría a esconderse de él, no se enojaba con ella al contrario le seguía el juego hasta que se cansó y la tomo de la mano llevándola aún auto saliendo del lugar.

¿Qué me atrajo de ella? Su energía, vive la vida con mucha alegría, su jovialidad, tiene un corazón lleno de amor. Apesar del medio en el que crecimos ella estuvo rodeada de amor.

En una ocasión le dije a mi padre que me gustaba la hija de los Bianchi y quería que fuera mi esposa. Se enojo conmigo, dijo que no me casara con alguien que me gustara, te hace débil si llegarán a secuestrarla o matarla perdería la cabeza y un líder nunca debe perder el piso. De está forma no te dolerá su muerte, eso me dio a entender que no amo a mi madre o simplemente sentía cariño por ella, pero yo sí quería ser amado, quería ser feliz, que alguien me diga que es feliz de estar a mi lado.
Este mundo está lleno de personas interesadas, pero apesar de todo mi loco corazón siguió y sigue latiendo por ella.

- Joven, señorita los Moratti - llega Petrov entregándome mi arma.

- Tuvieron la osadía de pararse aquí , esto no se va a quedar así.

-Levy, mantén la cabeza fría no caigas en sus provocaciones, pero sí pasan el límite mátalos aunque déjame al imbécil de Ángelo.

- Bien nena, andando.

Llegamos a la casa, era un caos hombres apuntándose unos contra otros, Valentino y Gregory no estaban, sólo Fabrizio estaba frente a Moratti.

- ¡Tienes el descaro de poner tu trasero aquí Moratti!

TE ENAMORAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora