Capitulo 41

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Llevo casi un año encerrada, tan solo mi madre es la única que me visita. Domingo, día de las visitas comi cada domingo salgo para recibir a mi madre, pero la persona que hay delante no es mi madre si no Yesvi.

-Se puede saber que haces aquí.

-Hola Nora, ante todo disculparme por haber tardado en venir, pero no lo echo antes deseaba dejar todo resulto para que salgas de este infierno.

- Que quieres, Yesvi.

-A ti, Nora. Te amo tanto que mataría por ti. Aquella noche cuando llegue y vi a ese hombre como te tomaba por la fuerza no lo puede soportar. Lo golpee hasta que tropezó y cayó dándose en la cabeza.

-Me estas diciendo que tu...matastes a Rachid.

-No llegué porque no soy un asesino, pero ganas no me sobraron. Te amo Nora, y no me arrepiento de lo que hice.

-Yesvi, yo te quiero, pero prefiero morir a matar. Prefiero mil veces esta condena.

- Tu condena ya se acabó, en un par de días saldrás libre. Libre porque tu no as echo nada malo para merecerte esto.

Mis lágrimas comienzan a salir de mis ojos de la emoción de ver como este hombre que tengo delante ha estado luchando para salvarme de las acusaciones de la familia de Rachid. Ellos me ven como una asesina que mató a su hijo por estar con otro hombre.
Continuo hablando con Yesvi hasta que la hora de visita finaliza. Me despido de él entre sollozos, me duele admitir que me equivoqué con Yesvi. El me ama como yo a él, pero su cruz es mucho mayor que la mía, no me lo dice, pero no hay que ser muy torpe para no darse cuenta que sufre en silencio.

Dos días después soy puesta en libertad. Salgo a la calle y le doy gracias a Dios por todo, siempre estoy agradecida por todo, aunque sean cosas malas.

En la puerta me encuentro a mi hermano Jamal, nos abrazamos, entre risas y lágrimas de emoción. Aun no se puede ni creer que haya salido de la cárcel. Nos montamos en un coche que le ha prestado su amigo, por el camino le comento lo que hable con Yesvi, ahi es cuando me entero que Yesvi estuvo hablando con mi madre, el que no me lo quiere decir.
Que debo pensar, yo lo único lo que mas deseo en esta vida es tener a mis hijos a mi lado.
Estos meses que he estado encerrada han sido los peores de mi vida.
Llegamos a mi casa, se escuchan voces. Miro a mi hermano el me devuelve la mirada, todo lo rápido que podemos bajamos del coche. En la calle está la madre, el hermano de Rachid y algunos familiares más insultando a mi madre.
Mi hermano sale en busca de mi madre, pero ella no esta sola, hay mas familiares con ella. Yo no se que hacer si continuar o no.
Lo pienso y echo andar, cuando la familua de Rachid me ve todos se enzarzan conmigo a base de insultos y algun golpe.
Entre varios familiares que salen a mi encuentro logro pasar a mi casa.
Al rato los gendarmes llegan, ponen orden y se llevan al hermano de Rachid esposado.
Desde mi antigua habitación presencio todo, parece que la pesadilla con esta familia no tiene fin.

Intento asimilar todo lo que está pasando en mi entorno. Todo me parece tan increíble como creíble. Ya la gente se ha marchado, mi madre yo comenzamos a hablar de todo lo que nos ha ocurrido estos duros días. El cansancio puede conmigo, me quedo dormida al mismo tiempo que mi madre me acaricia mi pelo y rostro.
Por la mañana salimos a comprar, estar de vuelta en mi pueblo ha sido un poco deplorable y patético, la gente nos mira a mí y mi hermano como si fuéramos bichos raros, incluso se permiten el lujo de cuchichear. Me encuentro incomoda, mi hermano trata de quitarle importancia al asunto pero para mí el que me miren fijamente y comiencen a hablar por lo bajito es superior a mis fuerzas.
Seguimos con la compra, pero esas mujeres que no tienen nada mejor que hacer más que criticar y ver los defectos en las personas ajenas, me sacan de mis casillas. Intento mantener la compostura pero prefiero decirle a mi hermano que nos marchemos a casa.
Pasamos a mi casa todo está en silencio, parece que no hay nadie. Miro algo extrañada a mi hermano, éste se encoje de hombros. No sé si fiarme o no. Pero el ruido de un coche me saca de todas mis dudas, allí está saliendo del coche todo lo deprisa pronunciando mamá. Mi pequeña Amal, salgo a su encuentro está tan grande y hermosa. Amal, mi hija la abrazo todo lo fuerte que puedo cuanto la extrañaba.
En todo el día no me separo de mi hija, pero me sigue faltando mi pequeño. Por la noche viene varios familiares visitarme. Cenamos todos en familia debatiendo sobre el tema que está en boca de todo el mundo. Ese miserable que fue mi marido.
Cansada me voy con mi pequeña a dormir, esa noche duerme en mis brazos, cuanto echaba de menos estos bellos momentos. Mirarla como duerme es toda una satisfacción, pero lo que me mata es no saber nada sobre Yesvi, desde que me visitó en la cárcel no he sabido nada.
Me encuentro ayudando a mi tía Naima, hoy se casa mi prima Haya, no me lo puedo creer que se vaya a casar con ese muchacho que iba con ella al colegio. Desde siempre se quisieron y ahora van a hacer su sueño realidad. Qué bonito, me alegro tanto por mi prima, se ve tan radiante de felicidad como hermosa.
La fiesta da comienzo, para no variar soy el centro de atracción, en la boda me encuentro con algunas primas de Rachid, les dejo que se arrimen a la pequeña, no deseo ya que la gente hable más. Yo tan falsa como ellas también las saludo, víboras. Te ponen verde y luego te dan dos besos.
La fiesta da comienzo, todas las mujeres comenzamos a bailar y cantar mientras la novia espera a que llegue el novio a por ella. Cuantos recuerdos me trae esto, pero yo no estaba tan feliz y enamorada como lo está mi prima. En ese momento Yesvi acapara mis pensamientos, imaginándome que soy yo la que está en el puesto de mi prima casándome con él. Diciéndole todo lo que siento por él.
La comida ya se está sirviendo, me siento con algunas tías mías para darle de comer a mi Amal, enfrente mía se sienta un tia de Rachid, ella sin pelos en la lengua comienza a decirle cosas a la pequeña sobre Rachid. Amal como niña que es, le dice que ella tiene un padre que se llama Yesvi. La habitación se queda en silencio, mientras yo discuto con la tía de Rachid. No soporto más que se metan conmigo pero que insinúen cosas a mi hija. Por ahí si que no paso. Mi tía Naima alarmada viene a poner paz. Pero yo estoy totalmente enfada, no aguanto más le digo a mi tía que me marcho. Ella comienza a ponerse todo nerviosa me agarra del brazo y me hace de subir hacia su habitación. Allí habla conmigo intentando que recapacite. Ante las peticiones de tía y por no darle un sufrimiento accedo a quedarme. Estas víboras se irán y ya no volverán más.
Después de la comida las tías de Rachid se marchan, no sin antes murmurar cosas y hablando mal de mí.
Yo agradezco a mis primas que se acercan a mí para darme conversación y quitarme de la mente todas las palabras hirientes de esa familia. Hasta cuándo se va terminar esta lucha.
Por la noche la fiesta da comienzo, todas las mujeres bailamos y cantamos. Dentro de lo mal que lo he pasado ahora me encuentro mejor, me cambiado de vestido, me maquillado y me echo un recogido en mi pelo. Me veo hermosa, pero me falta alguien, ese hombre con ojos marrones, labios dulces piel morena para que me lo diga. Suspiro, mis ojos comienzan a llenarse de agua, porque Yesvi, porque no puede arrancarte de mi corazón, que me has hecho para que te odie y te ame al mismo tiempo. Que me está pasando. La voz de mi prima me saca de mis pensamientos. La cena se esta sirviendo. Subo hacia la terraza está decorada preciosa, con cortinas rosas y blancas a juego con las mesas, las invitadas ya han tomado su asiento. Yo también me siento con mi familia. Entre risas y anécdotas comenzamos a comer. Amal se lo está pasando muy bien no deja de jugar con el resto de los niños.
Terminada la cena llegan los novios, que feliz se ve mi prima. Está hermosa con su vestido azul bordado y su corona parece una princesa. La saludo deseándole la mayor felicidad del mundo junto a su marido. Entonces ella muy sonriente me dice que me espera abajo una sorpresa.

Ansiosa por saber que pasa, bajo hacia abajo, allí puedo escuchar como las jovencitas están murmurando algo, me quedo parada en mitad de la escalera, que estoy viendo. No me lo puedo creer es Yesvi, vestido con un traje negro, está tan hermoso. Nos contemplamos durante un buen rato mientras descubrimos en nuestras miradas ese brillo que te hace sentir tan especial. Despacio bajo, me encuentro a escasos metros de él, todas las mujeres que se encuentras presenten no dejan de mirarnos. Yo siento una pequeña vergüenza, comienzo a ponerme roja, sin darme cuenta de mi boca sale un sonrisa de felicidad. El sin apartar sus ojos marrones de mi me agarra por mi cintura dándome un beso en la boca.
―Pero Yesvi, ¿se puede saber que haces?-Le reprocho algo molesta por lo que acaba de hacer. Lo que me faltaba como si la gente ya no estuviera hablando de mi ahora esto.

―Nora, lo que debo de hacer. Besar a la que será mi futura mujer. El corrillo de mujeres cada vez se va haciendo mayor, de reojo miro hacia una habitación y veo a mi madre con mi tía Naima llorando de emoción.

―Siento no haber venido antes, tenía que dejar todo resuelto, una de las cosas es que me vuelto al islam. La otra es preparar la que será nuestra boda, si tu aceptas.
El sin dudarlo clava una rodilla en el suelo, con una caja en la mano la abre mostrando un anillo de oro blanco con un pequeño diamante. Se hace un silencio, mientras Yesvi se declara:--Nora sé que cometido muchos errores contigo. Te he lastimado más de lo que tu te mereces. Pero no hay día sin sol, y Luna sin estrellas. Mi vida sin ti no tiene sentido, me di cuenta que te amaba tarde, pero ahora quiero una oportunidad para enmendar mi error y poder hacer que esas lágrimas que derramaste sean risas. Quiero que cada amanecer sea como el primero y cada noche envolverte entre mis brazos para decirte lo que te quiero. No quiero estar un día más separado de ti. Nora, aceptas casarte conmigo.
Trago saliva, estoy tan nerviosa ante las palabras de Yesvi, el sigue observándome con una ternura, giro mi cabeza y mi madre asiente con su cabeza. Sin pensarlo me abalanzo sobre él. Al tiempo que el se alza para cogerme en volandas comenzando a dar vueltas de felicidad al mismo tiempo que le digo emocionada que si quiero casarme con el.
Todas aplauden, otras se lo comen con los ojos, me da igual es mio. Pronto será de nuevo mi marido. Pero la mayor sorpresa es cuando escucho una voz tan dulce que viene hacia mi corriendo gritando mamá, mamá. Mi pequeño Yesvi. Mi hijo. Por fin lo tengo entre mis brazos.
Miro a Yesvi toda llorosa. No me lo puedo creer que todo esto me esté pasando. Pasar de lo malo a lo bueno en tan poco tiempo. Pero así es la vida, así es el destino.


♥AMOR REGALADO, AMOR COMPRADO♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora