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𝙏𝙧𝙚𝙨.2
❝ 𝐒𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞, 𝐬𝐮𝐝𝐨𝐫 𝐲 𝐥𝐚́𝐠𝐫𝐢𝐦𝐚𝐬 ❞ [•𝑳𝒂́𝒈𝒓𝒊𝒎𝒂𝒔•]
—Lo dices como si en vez de ser una bendición fuera una maldición. —sonreí de lado.
—Supongo de cómo lo ven las personas.
—Sé positivo, ahora sabes cuales personas valen la pena. —le sonreí y este me imitó con una pequeña.
Kim volvió con nosotros muy contento y muy satisfecho por su nuevo talento. Dijo que mi tío Freddy le enseñó unas técnicas y también un espejo, dice que puede ver cosas que pasan en otro lugar por el espejo, pero la verdad es que yo no veía nada.
—Probemos con algo. —propuse. —yo iré a un lugar de la casa en donde no me vean, ustedes se quedan aquí y si es cierto que SeokJin puede ver cosas en otros lugares me dirán que esté haciendo ¿de acuerdo?
Todos asintieron con emoción infantil y caminé dentro de la casa por la puerta trasera. Subí hacia el segundo piso y me encontré con mi hermana Julieta y con Max. Estaban viendo fotos en un álbum, más bien el álbum de ella y de Max. Después de que se casaron se empezaron a hacer fotos por cualquier cosa, ahora tienen como cinco y sólo ha pasado una semana desde que se casaron, se ve que se aman.
—Hola por aquí. —toqué la puerta que se encontraba abierta y ambos estaban acostados boca abajo mirando los libros de fotos.
— ¡Oh hola _________! —me saludó Julieta amablemente y me invitó a pasar.
— ¿Cómo estás mi pequeña cuñada? —saludó Max con una sonrisa.
—Sabes muy bien que no me gusta que me digas “pequeña cuñada”, sólo tengo veinte mil años. —dije con obviedad.
—En todo caso ¿qué haces por aquí hermanita? —se sentó correctamente.
—Este… sólo probaba el nuevo talento de SeokJin, dice que puede ver cosas que pasan en otros sitios desde un espejo que le dio el Tío Freddy. —subí los hombros.
—Ahhh, que genial talento, aunque el mío es mejor. —dijo subida de ego.
— ¡¿Tú también tienes un talento?!
—Y yo igual. —dijo Max sentándose.
— ¿Pero es que ahora me entero yo que mi familia es descendiente de superhéroes?
—No superhéroes, solo vampiros con talentos.
— ¿Y cuál es el tuyo? —me senté al lado de Julieta.
—Sip, verás se llama psicoquinesias. Es de mover las cosas con la mente y eso, no es la gran cosa. —dijo con normalidad.
— ¿¡Mover cosas con la mente!? ¿¡Y aun así dices que no es la gran cosa!?
—Puede que se escuche genial pero te quita muchas energías.
—Sí, puede llegar a quitarte la suficiente energía como para desmayarte. —explicó Max.
— ¿Y el tuyo cuál es Max? —lo miré atenta.
—Sólo puedo escuchar los sonidos más inaudibles y más lejos hasta mi rango de noventa metros.
—Es genial, ¿me pregunto cuál será el mío? Bueno, debo volver con los chicos, nos vemos en la cena.
Me despedí de ambos y los dejé solos, bajé las escaleras y volví al patio trasero. Miré a los chicos atentos al espejo y luego me miraron.
—A ver ¿dónde estuve y qué hacía? —sonreí simpática.
—Hablabas con Julieta y Max en su cuarto. —dijo Kim muy confiado.
— ¡Es correcto!
Celebré de manera infantil y luego hice un ridículo baile de la victoria. Sin darme cuenta todos me estaban mirando y riendo, observé a JungKook y también reía. Me puse seria y dejé de hacer tonterías, no era tiempo para eso.
—Bien, ¿Quién será el próximo? —dijo el tío Freddy aun riendo por mis tonterías.
— ¡Yo! ¡Yo! —levantó la mano Jeon con una sonrisa.
—Bien veamos…—colocó su mano en el mentón pensativo.
El tío Freddy examinó a JungKook a fondo, miró sus brazos, sus ojos, las piernas. Como todo un doctor investigando el caso de un paciente y dio con la clave. Sonrió como siempre y dijo unas palabras de origen desconocido y desapareció en un humo negro que surgió de su silueta. Había desaparecido delante de nosotros. Me alarmé claramente.
— ¿Tío Freddy? —intenté buscarlo por algún lugar. —chicos debemos encontrarlo. —le dije a los demás.
Lo primero que hicimos fue buscarlo por el jardín, no podía haber ido muy lejos. Unos minutos después no lo encontramos, votamos por ir dentro de casa, buscamos por todo el primer piso, sin rastro. Luego a la segunda planta, sólo faltaba revisar en su oficina.
— ¡Tío Freddy no puedes desaparecer así como así! ¡Te estuvimos buscando! —dije con angustia mientras lo observaba leer un libro bastante grande.
—Lo siento sobrina, es sólo que necesitaba comprobarlo. —me miró y me sonrió como antes.
— ¿Comprobar qué? —se le acercó Jeon a ver el famoso libro.
—Tú eres un caso especial JungKook, tu poder se concentra en la ira. —observó el libro a más detalle.
— ¿La ira?
—Lo que intento de decir es que cuando sientas demasiada furia como tanto destructiva como odiosa, sólo saldrá a la luz tu talento. —concluyó cerrando el libro y dejándolo en su escritorio.
—Vaya, pero creo que eso será difícil. Yo me suelo enojar muy poco. —rio con su mano en su nuca.
—Al parecer solo surgirá con una furia extremadamente fuerte.
—Supongo que en algún momento en concreto.
¿Por qué siento que ya he escuchado eso en alguna parte? Seguro no es nada en especial.
— ¡Mi turno! —dije animada. Me acerqué al tío Freddy y lo miré a los ojos, ya sabía el procedimiento.
—Bien _________, veamos quién eres. —me miró de la misma forma que los demás
Algo me hacía permanecer en silencio, mirando atentamente dos globos oculares. Era como una terapia, debía saber qué significaban las cosas que ignoramos y no le damos importancia. Llenando los vacíos que tenemos todos, dependemos de él para ser personas, nadie en realidad puede encontrar la felicidad eterna porque siempre estará ese agujero dentro de nosotros que nos dirá cada segundo de nuestras vidas no son perfectas, pequeños detalles que nos arruinarán y nos convertiremos en seres neutrales. Con felicidad y alegría en nuestros corazones pero vacíos por la desgracia y el dolor… Espera ¿por qué pienso cosas así? ¿Estoy drogada?
—Qué interesante…—pronunció Freddy.
— ¿Qué pasa tío?
—No puedo descifrar tu alma. —buscó el gigante libro nuevamente