❪24❫

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𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤

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𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤

❝ 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐯𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐨 ❞

— ¿Entonces me estás diciendo que has soñado con un lobo hace lunas atrás?

La de ojos topacios asintió. Su labio temblaba, dudaba si en verdad quería oír el comentario de él sobre eso.

¿Y que también te lo encontraste por casualidad en el bosque?

Asintió nuevamente, esta vez un poco desconfiada. Unos segundos después, su corazón saltó de pavor cuando escuchó el grito de su tío, alegando que era magnífico y que debía hacer unas cuantas pruebas para poder destacar correctamente si era cierto lo que ella hablaba ser verdadero. Se levantó con lentitud cuando Freddy saltó literalmente del elegante sofá y corrió escaleras arriba. La vampira paseó sus dedos por la madera que había sido creada para no caer por las escaleras. Escuchó varios trastes en la habitación, terminó de empujar la puerta y sonrió al ver a su tío con una notable sonrisa de oreja a oreja. Era muy pocas las veces que podías verlo tan feliz, era extraño, pero único.

Acércate. —extendió su mano. —intentaremos algo, y estoy seguro que funcionará.

La vampira le confió su mano sin resentimiento o sospecha y ambos se acercaron al escritorio, el cual traía un juego de frascos con viscosidades de colores. La fémina se hizo atrás cuando el hermano de su padre comenzó a mezclarlos sin miedo alguno, la joven bien tenía experiencia en las explosiones que a veces se creaban en esta misma habitación. Finalmente, el resultado de la combinación de sustancias dio en un frasco un tanto pequeño, más que el resto. Este era trasparente, pero su aspecto era negro, Freddy Witheley lo acercó a su rostro. Contento con el resultado, puso un tapón y lo revolvió, esperando con ansias a que este se volviera más opaco.

Luego de un rato, Freddy llamó a su sobrina, que se había mantenido mirando la arquitectura del lugar para matar el tiempo. Uno se colocó frente al otro, le mostró el frasco y le indicó que lo oliera. Le advirtió que no sería muy agradable pero que el hedor acabaría cesando rápido. Hizo lo indicado por su tío y lo olió en un gran bocado hacia sus pulmones, cerró los ojos con fuerza, era cierto cuando decía que no era agradable, pero aun así mantenía su nariz cerca del frasquito. Puso velozmente su mano izquierda tapando sus fosas nasales.

Silencio y duda se sembraba en el hombre de lentes, pisoteando el suelo una y otra vez con impaciencia, siendo el único sonido que adornaba la recámara. Frunció el ceño cuando vio a _________ toser un poco, este la ayudó golpeando con suavidad su espalda. Cuando acabó su síntoma, abrió lentamente los ojos. No había nada, ni una pizca de humanidad, sólo un color negro muy oscuro y opacado, ni siquiera lo blanco se encontraba en ellos, ni siquiera ese brillo que se encontraba en los seres que respiraban y se alimentaban.

Por parte de la de hebras rojas, no veía más que sí misma en diferentes situaciones, lo que se conocía como visiones. Discutiendo, enfrentándose a un enemigo, gritando de dolor, riendo con lágrimas en sus ojos. Entre esas epifanías había destacado una en específico, tuvo la oportunidad de mirar su mano izquierda, en ella se encontraba un anillo de tres gemas blancas, era de compromiso, pero ¿qué quería significar eso?

Lo que podía ver el hombre de la sedosa coleta era a su sobrina, estudiando cada reacción o mueca que hiciera su rostro, midiendo si tendría que intervenir o no. Contempló como debajo de los ojos de _________ brotaban venas del mismo color de sus ojos, su piel se tornó de color gris a medida de que las líneas negras conquistaban parte de su rostro. Freddy lo vio como una clara señal de que debía a su experimento. Se apresuró a tomar un frasco rojo —lo cual era sangre— y lo paseó por la nariz de la afectada, que ahora, medio cuello se llenaba de venas oscuras. Despertó de aquel ataque de acontecimientos constantes frente a sus ojos y su piel volvió a su pálido natural mientras que en sus ojos se desteñían el negro para volverlo amarillo. Finalmente pudo llevarse la mano a su pecho, buscando todo el aire que había perdido en los pocos segundos que se había mantenido en ese estado.

El Witheley sonrió por el resultado, es cierto que había salvado a su sobrina más pequeña de los efectos de la sustancia sombría, pero había valido la pena, sus preguntas habían dado su respuesta por medio al resultado. Estaba convencido de que estaba en lo cierto, lo había comprado.

Bien _________, te diré lo que sucede. —la susodicha le prestó atención. —por medios de esos sueños, como el lobo por ejemplo. —la fémina asintió comprendiendo. —y que luego puedas verlos aquí en la vida real. Esto significa que tu talento ya ha despertado.

Se quedó en silencio unos segundos, cayendo en cuenta. Soltó un chillido de euforia, asustando a Freddy y verlo saltar hasta la mesa en el proceso. Se sentía enorgullecida, ya sabía sobre su talento y de qué se trataba, podía adivinar el futuro a través de sus sueños. Irrealista pero cierto. Pero luego un pensamiento se adentró en su mente, ¿para qué le valdría saber el futuro? Pues realmente no pasaba nada emocionante en su vida, aunque lo pensó una vez más. Podría sacarle algo de provecho a eso, y que además le daba curiosidad del anterior ataque de epifanía que había tenido, todo era una enigma que necesitaba resolver.

Se despidió de Freddy y antes de que pudiera tocar el picaporte, su tío le advirtió:

—_________ ahora que el elíxir está dentro de ti, habrá en algunos momentos en el que no podrás detenerlo y te convertirás... en un demonio vampiro.

Aquel término asustó a la fémina, pero poco duró su preocupación cuando giró el picaporte y corrió por toda la mansión impaciente por contar la nueva noticia.

— ¡Madre! ¡madre!

La líder de los Pura-Sangre escuchó los pasos de su progenitora bajar las escaleras con prisa, su mente imaginaba lo emocionada que estaba para hacer tanto ruido en la travesía. Dejó el plumero a un lado y se giró con una sonrisa, extendiendo los brazos, atrapando a su hija en un acogedor abrazo. Había estado días alejada de su madre y le hacía falta de su cariño, puede que vivieran bajo el mismo techo, pero eran pocas las veces que se encontraban y charlaban por horas. Buscaba ese calor maternal del que tanto se había alejado y que pensaba del cómo se le había dejado de quererla en primer lugar. Levantó la mirada de su pecho y la miró con ternura, como la pequeña niña que se consideraba a los ojos de ella, contó su noticia y no hubo más que una y mil felicidades por parte de la mayor. Tanto era el orgullo que llamó a los demás miembros de la familia. Luego de que todos lo supieran, celebraron durante una hora y no dejaron de preguntarle a la afortunada qué se sentía tener un talento tan asombroso, y como respuesta la susodicha respondía con bromas de que pronto dominaría el mundo con el poder que llevaba dentro.

Aunque después tendría que consultar una par de cosas con su tío y además la forma de entrenar con su nuevo talento. Además de la celebración, en su cabeza resonaba lo que su tío Freddy le había advertido, no dejaba que aquel aviso la molestara y siguiera con su fiesta.

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©littlebastard_

𝑹𝒆𝒅 𝑳𝒊𝒑𝒔 ━━━━ ᴊᴊᴋ ; ᴋᴛʜ[✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora