𝑹𝒆𝒅 𝑳𝒊𝒑𝒔 ━━━━ ᴊᴊᴋ ; ᴋᴛʜ[✔︎]

❪18❫

𝘿𝙞𝙚𝙘𝙞𝙤𝙘𝙝𝙤

❝ 𝐁𝐢𝐭𝐚́𝐜𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐦𝐚 ❞

La tranquilidad y el silencio habían vuelto a la inmensa mansión, todo parecía tan inmenso a mí alrededor, como una luciérnaga en una oscura y fría noche, aferrada a su única luz interior. Me propuse en ir a por Freddy, quería preguntarle una cosa que tanto me molestaba por las noches. Esas pesadillas, ¿por qué soñaba con ese animal todas las  noches? Ese lobo invadía cada noche mi mente, siempre estaba ahí, observándome. Eso tan solo era la punta del iceberg, desde aquel día en la universidad, se empezó a repetir todas las veces que dormía. Ocultando ya gran misterio en su afilada mirada, algo me parecía familiar, pero muy indescifrable. Siempre que intentaba acercarme a él o hablarle, se esfumaba y yo despertaba con un sabor agridulce en la boca. Exigía respuestas, y conocía a la persona que me ayudaría.

Toqué varias veces su puerta, solo silencio me respondió. Acerqué mi mano al picaporte y abrí con suavidad. Aquella habitación había tanta serenidad como desorden, me asombré por tal descuido de limpieza y orden, era extraño,  el tío Freddy jamás había sido desarreglado en cuanto a sus aposentos. Di unos pasos al frente, contemplando libros, vidrios rotos de seguramente frascos y restos de cera de vela por el suelo. Algo había pasado en este lugar, algo notó mi completa atención. Me acerqué al escritorio, las cosas de este estaban apartadas a los lados, como si alguien en un ataque de ira los hubiera hecho a un lado. En aquella mesa se encontraba una vela y un libro no muy grande. Vacilante analicé la portada de este, en el dicho traía un murciélago. Muy irónico.

Rodé los ojos aburrida, puede que pareciera una escena del crimen o algo parecido lo que había a mí alrededor, pero eso no le quitaba que parecía una vieja biblioteca.

Un ruido se hizo presente, parecían pisadas. Alguien se acercaba.

Como si algo en mi mente me gritara, tomé el libro y lo oculté a mis espaldas. No sé por qué lo hacía, pero ya más tarde tendría tiempo de saciar mi curiosidad.

La puerta abrió de golpe. Le vi con algo de sangre en los labios, al parecer había ido a cazar.

—Bienvenido de vuelta. —le sonreí con gentileza.

—Oh, no pensé que estarías aquí. —hizo un gesto con la cabeza y frunció sus labios. — ¿qué haces aquí?

Recordé el motivo por el que estaba en aquel lugar.

—Solo venía a preguntarte algo tío Freddy, pero ya no importa.

Con disimulo pasé por su lado ocultando lo mejor posible el libro y este asintió la cabeza extrañado por la sonrisa que aún le daba. Este continuó su camino hacia el escritorio y cerré la puerta soltando un aliviado suspiro. Sin perder mucho tiempo, me encaminé a mi habitación mirando el dichoso libro, ¿por qué me carcomía tanto el sentimiento de ambición por saber qué ocultaba ese libro?