¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙐𝙣𝙤
❝ 𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐣𝐚 𝐝𝐞 𝐏𝐚𝐧𝐝𝐨𝐫𝐚 ❞
Estos días la familia ha estado muy ocupada con los preparativos por la fiesta de cumpleaños de mi hermana mayor Alexandra, ella es la más extrovertida de las tres. Mi otra hermana mayor era Julieta, estaba distrayéndola para que pudiéramos preparar todo para cuando llegara, celebrar su cumpleaños número trece mil. No he visto a papá desde la mañana, seguro está ayudando a mamá con el pastel, seguro está delicioso. Todo casi estaba preparado, Alex se llevaría una gran sorpresa.
—Seguro le encantará mi regalo. —dije mientras alistaba el regalo que había guardado por más de treinta años en mi baúl.
Era un collar de plata con su nombre. Era realmente hermoso, sé que no era la gran cosa pero sabía que le gustaría. Lo había comprado con el dinero que me daba mamá por mis tareas cumplidas, valió la pena el esfuerzo. Daba brinquitos de la alegría, yo amaba a mis hermanas, me trataban bien. Me ayudaban en las tareas, en mis ejercicios de caza y siempre a la hora de dormir me cantaban canciones.
Caminé un poco por la mansión, estaba decorada con cadenetas de un precioso color violeta, era el color favorito de Alex. El suelo estaba cubierto de serpentinas del mismo color, retratos de Alexandra con trajes diferentes colgaban en todo el hogar., como si quisieran destacar su bello cabello peli naranja. Ella era particularmente linda por su color de cabello anaranjado y sus múltiples pecas en nariz y mejillas. Yo quería ser así de linda, pero ella siempre me dice que yo también soy hermosa.
—Cielo, ve a abrirles la puerta a tus hermanas. —gritó mamá desde la cocina, seguro estaba llevando el pastel al comedor.
Como mis piecitos me lo permitieron, corrí a abrir las puertas principales. Las largas puertas se abrieron paso y vi a mis hermanas mayores. En cuanto vi a Alexandra la abrasé por la pansa y ella me correspondió. Estaba ansiosa por verla y abrazarla.
— ¡Feliz cumpleaños Alex! —grité con mi pequeña voz a mi ejemplo a seguir de hermana.
—Gracias pequeña. —correspondió mi pequeño abrazo y luego nos zafamos.
— ¿Y para mí no hay abrazo? —extendió los brazos mi otra hermana Julieta.
— ¡No ella es toda mía! —Alex me levantó en brazos y corrió lejos de mi hermana.
Julieta empezó a perseguirnos por toda la mansión diciendo que era un ogro y que nos comería si nos agarraba. Así que nos escondimos en varios lugares, jugamos un rato y nos rendimos. Julieta nos capturó a mí y a Alex y nos llevó a mí cogida de la mano y a Alex con los ojos vendados con la otra mano. Julieta nos guio a el comedor y soltó mi mano, hizo una seña pegando su dedo a su labio de forma vertical y me guiñó el ojo. Yo asentí y sonreí de forma infantil y emoción.